Reconversión monetaria
BCV

Al final, no pasó nada. Pero solamente porque la puesta en marcha de la reconversión estaba en manos mayoritariamente de los bancos privados, que tienen bien controlados y mantenidos sus sistemas para darle un buen servicio a los clientes. Tampoco es que tuviera que pasar algo, porque esta medida de quitar seis ceros es más que todo cosmética y se sabe desde que Nicolás Maduro la tomó la primera vez.

Dijo muy orondo el presidente chavista que la anterior hizo efecto por dos años y medio, antes de que tuviera que inventar otro cono monetario, como si en la economía sana de países normales esto fuera una medida común. Eso se lo creerán los que no saben nada de nada, los que más sufren, porque los que entienden algo de este tema saben que inventar nuevos billetes y borrarle ceros a la moneda son medidas caóticas y efectistas.

El efecto que sí tuvo la reconversión es que el precio del dólar subió, lo que no había hecho en semanas. Y de paso, como siempre, el precio de los bienes y servicios también. Como consecuencia, la gente no solamente es más pobre, con la terrible sensación de tener en sus cuentas bancarias cifras ínfimas, sino que la inflación seguirá aumentando.

Pero esto qué le va a importar al gobierno chavista, si lo que ellos quieren es dar la “sensación” de que la economía está recuperada, no recuperarla de verdad. Por allí entonces aderezan estas medidas con el cierre de grandes cadenas de tiendas para hacer ver que ellos están defendiendo al pueblo de los especuladores, que no se están rigiendo por el precio del dólar del Banco Central. Pues deben saber que eso ocurre en la calle, en los mercados, en el buhonero que vende el cartón de huevos y eso sí no lo controlan porque para eso tendrían que trabajar de verdad.

¿Dónde están las medidas que deberían acompañar este asunto de los ceros para que realmente se le ponga freno al flagelo inflacionario? ¿Dónde está el aumento de la producción para inundar los mercados de productos y bajar los precios? Si los campesinos no pueden ni siquiera sacar sus cosechas de los sembradíos, ¿cómo se puede creer en la buena intención de gente que lleva años equivocándose y no ha hecho nada por enderezar las cargas?

Todo se encarece porque todo se trae de afuera y el dólar que se usa no es el del BCV, para que se entere la ministra. ¿Cómo se lucha contra eso? Pues no será abriendo casinos en Caracas o premiando a los que instalan bodegones por doquier dejándoles traer mercancía sin pagar impuestos. Lo que pasa es que a este gabinete le quedó grande la responsabilidad de gobernar, nada saben hacer -aparte de entregar bonos- para beneficiar a las grandes mayorías necesitadas, pero así no se construye un país. ¡Sépanlo y déjense asesorar, que buenos conocedores de la materia aún quedan en Venezuela!


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