La muerte del general Raúl Isaías Baduel en manos del régimen madurista no es cualquier muerte porque él representaba el máximo símbolo de los presos políticos en Venezuela, y ni siquiera representaba a algún dirigente de la oposición, porque era la representación del chavismo más originario y constitucionalista que tenía la república.

De hecho, aquí por más que el madurismo intente borrar la historia de protagonismo militar de Raúl Isaías Baduel, ahora con su extraña muerte, supuestamente generada por un “paro cardiorrespiratorio” derivado por el “covid-19”, según un tuit de Tarek William Saab (1), a partir de allí, estamos obligados a realizarle al “fiscal general” varias interrogantes: ¿Cómo es eso que de un momento a otro se informe de la muerte del general Baduel por tal enfermedad, máxime cuando venían realizándose denuncias por parte de sus familiares y organizaciones defensoras de derechos humanos sobre el deterioro de su salud?

Igualmente, ¿por qué no se anunció oportunamente que el general Baduel tenía covid-19 y haber dado la oportunidad a sus familiares de llevarlo a un centro privado de salud? ¿Por qué siempre el régimen madurista se arroga los médicos que pueden examinar a los presos políticos, o incluso aquellos que son parte de la población penitenciaria, y nunca acepta que puedan ser evaluados por aquellos especialistas que sean de la confianza de ellos o sus familiares conforme hayan sido sus distintas patologías? ¿Adónde fue trasladado el general Baduel en tales condiciones y quiénes lo atendieron en sus problemas de salud? ¿Quién(es) firma(n) el informe forense? ¿Podrán nuevamente determinarse las causas patológicas de la muerte de Raúl Isaías Baduel con otros médicos si sus familiares lograran interponer algún recurso jurídico? ¿Si estaba contaminado de covid-19 el espacio de reclusión del general Baduel, cómo ha permitido el madurismo que eso haya ocurrido, cuando supuestamente todos sus voceros explanan en sus declaraciones que las cárceles, sin excepción, están regidas bajo estrictas “normas de bioseguridad”? ¿Fue trasladado con la celeridad del caso el general Baduel al “centro de salud”, o se esperó hasta que sus condiciones ya eran totalmente desfavorables para poder enfrentar cualquier complejidad biológica?

Si de algo está obligado Tarek William Saab es iniciar una investigación profunda sobre las causas de la muerte de Raúl Isaías Baduel. No basta un mensaje por Twitter, ni unas condolencias, contradictoriamente emitidas por un “fiscal revolucionario” con las siglas en inglés “RIP”, Rest in peace -y curiosamente enviado desde un costoso celular iPhone, cuando los salarios y pensiones son de 1 dólar al mes para casi 100% de los dependientes de la administración pública – y además, de buenas a primeras “asegurar” que este murió por consecuencias del covid-19.

Aquí la única verdad es que el general Baduel tenía más de una década preso, aislado, sin derecho a visitas, encarcelado en los espacios de lo que se conoce con el nombre de “La Tumba” en la sede del mal llamado Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), y en donde jamás se pudo conocer de cerca, si efectivamente sus derechos humanos estaban siendo realmente garantizados. Tampoco fue posible conocerle una defensa privada sobre su “juicio” y menos que alguien tuviera acceso al expediente para conocer las razones de los “delitos” que se imputaron en su contra. En otras palabras, si existió un caso viciado en todos los órdenes del debido proceso, y que además rompió todas las garantías constitucionales y jurídicas fue la detención política de Raúl Isaías Baduel.

Una realidad inocultable, y que desgraciadamente mantiene en afasia a Tarek William Saab y el resto del “Ministerio Público” y ni hablar del “Poder Judicial”, es que la casi totalidad de la población carcelaria vive en el más completo escenario de torturas, humillación y degradación de vida, tal como el suscrito fue víctima de esa barbarie entre los sótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar y el infierno del Rodeo, lo cual hace evidente que esa realidad no tendría que haber sido distinta con el general Raúl Isaías Baduel, ni con el resto de los presos políticos.

Ante ello, la muerte del general Baduel confirma todas las denuncias que han venido realizando organizaciones como Provea, Foro Penal, Observatorio Venezolano de Prisiones, y muchas otras; las cuales han venido alertando sobre las condiciones infrahumanas de los presos políticos y el resto de la población carcelaria de Venezuela en que los reclusos carecen de asistencia médica oportuna, medicamentos, alimentación mínima balanceada, y hasta de agua para lavarse las manos, y todo en la más completa letrina de inmundicias que alguien pueda imaginarse, lo que conforma un escenario para morir de covid-19 y también de cualquier enfermedad, porque al fin y al cabo, los presos, incluyendo los detenidos por razones políticas, representan para el neototalitarismo madurista la más putrefacta y despreciable bazofia.

Lo irónico de esta lamentable y, reiteramos, muy extraña muerte del general Raúl Isaías Baduel es que, de no haber sido por él, Hugo Chávez jamás hubiese retomado el poder durante aquellos hechos del golpe de Estado de abril de 2002, y menos Nicolás Maduro y todo el conglomerado de panegíricos y corruptos que han estado en el poder desde ese entonces, hoy estarían en Miraflores y menos saqueando y destruyendo a la nación en los términos de podredumbre y miseria histórica que atraviesa Venezuela.

¿Murió Raúl Isaías Baduel de covid-19? ¿O es el covid-19 una excusa para justificar su muerte? La historia algún día hablará con la verdad.

@vivassantanaj_

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(1) “Lamentamos el fallecimiento de Raúl Isaias Baduel de un paro #Cardiorrespiratorio producto del Covid19: mientras se le aplicaban los cuidados médicos correspondientes y recibido la primera dosis de la vacuna… Transmitimos nuestras #Condolencias a sus familiares y amigos #RIP”

 


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