En medio de las mayores crisis humanitarias que atraviesa nuestro país, una de las pocas certezas que aún conserva el venezolano está en la capacidad de trabajo y entrega de nuestro personal sanitario que sigue aferrado a la frontera que separa a los ciudadanos de la vida y la muerte.

Hay que tener profundas convicciones personales y una ética de trabajo inquebrantable, para seguir asistiendo a centros de salud sin recursos ni condiciones, y aún así exponer la vida frente a una pandemia letal, con el único incentivo de tratar de salvar al mayor número de venezolanos que sea posible.

Hay servidores públicos que, por cotidianos, a veces parecen invisibles, pero que en esta Venezuela tan llena de urgencias merecen el mayor reconocimiento y solidaridad de sus ciudadanos. Un agradecimiento eterno y siempre necesario.

Convencidos de ello, acompañamos el pasado 10 de febrero a los trabajadores de la salud en una movilización desde el Hospital J. M. de los Ríos hasta la Defensoría del Pueblo, en su lucha por justas demandas por un sueldo digno y mejores condiciones de trabajo. No hay contradicción, de eso estamos convencidos, entre la vocación de servicio del personal sanitario y la necesidad de visibilizar, exigir y reclamar con determinación, para lograr mejores condiciones laborales y de vida, para quienes están poniendo en juego su propia  existencia para salvar a otros compatriotas.

Aquel encuentro fue una oportunidad para volver a escuchar a estos profesionales de la salud y actualizar la comprensión que tenemos del verdadero tamaño de la crisis humanitaria que vivimos, una crisis que se instaló en Venezuela, cabe recordar, mucho antes de las sanciones norteamericanas y europeas, aún cuando el régimen se empeñe en buscar, fuera de nuestras fronteras, a los responsables de nuestra tragedia.

Nuestra participación, en esta manifestación, nos sirvió para reforzar nuestra certeza de que Venezuela, en estos momentos, no puede por sí misma hacer frente a esta crisis y que necesitamos con urgencia todo el apoyo internacional en forma de ayuda humanitaria y en el trabajo de las organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil que están sobre el terreno.

El régimen tiene que permitir la entrada de la ayuda humanitaria, apoyar con transparencia y bajo criterios técnicos y profesionales la cooperación internacional y, sobre todo, debe garantizar el libre ejercicio de los profesionales, técnicos y voluntarios de la sociedad civil quienes están expuestos, junto a nuestro personal médico, a los mayores rigores de la crisis.

Es una exigencia que cobra más fuerza frente a la pandemia. La llegada de vacunas contra el covid-19 debe estar acompañada de una metodología de distribución que garantice la transparencia del proceso, atendiendo a criterios de prioridades bien definidos (primero el personal sanitario y luego la población de mayor riesgo) para garantizar una inmunización de manera justa.

Desde nuestra experiencia de trabajo y con el fin de visibilizar los esfuerzos de la sociedad civil, construyendo redes de trabajo, nos unimos a otras organizaciones y creamos la Red de Apoyo a los Trabajadores de la Salud y nuestro aporte, durante los últimos 4 meses del año pasado, a través de nuestro emprendimiento social Sustento, fue la elaboración y distribución de 1.500 almuerzos diarios a los trabajadores de 15 hospitales de Caracas.

Desde nuestro espacio de convivencia estamos convencidos de que la salud, la alimentación y la educación son los tres pilares fundamentales de la sociedad y que estas bases se consolidan si vivimos en un sistema democrático y libre, razón por la cual seguiremos en la calle, junto a los ciudadanos, trabajadores sanitarios y compañeros de otras ONG, luchando por el cambio que necesita nuestro país.

Creemos en una Venezuela donde estén presente los valores de la solidaridad, la  productividad y la democracia y este compromiso nos lleva a estar al lado de los trabajadores de la salud, un gremio que entiende muy bien aquel principio según el cual quienes no viven para servir, no sirven para vivir.

Gracias a todos quienes constituyen esa gran comunidad que cuida por la salud de los venezolanos, por su esfuerzo, dedicación y compromiso.

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