Esto es: ¿por qué le temen a Javier Milei? Y ¿hasta cuándo? Y ¿qué es lo que determina ese cuándo?

Estas eran mis cavilaciones entre sueño y pereza mientras hacía el cruce de un sereno Río de la Plata, sin vientos, vaivenes ni sobresaltos, para llegar a esta fabulosa ciudad. Porque Buenos Aires es una ciudad fabulosa, estamos todos de acuerdo ¿no? Aun con todos los vientos, vaivenes y sobresaltos de hoy.

Al respecto, hace unos días el tema eran los 100 primeros días de gobierno de Milei. Los de la “luna de miel”. Ese tratar de entenderse entre nuevo gobierno y vieja oposición, de ser tolerantes con los estilos y las costumbres, para ver si se puede convivir.

Aquí no ha sido así, habría que hablar de cómo han sido estos tres o cuatro primeros rounds, mientras la pelea sigue y, por el momento, nadie sabe hasta cuándo ni menos cuál será el desenlace.

-¿Cómo está la cosa? ¿Qué va a pasar?, pregunté al remisero, una forma muy poco ortodoxa, y mucho menos científica, de averiguar sobre el estado de la opinión pública. Es  un viejo conocido, al que contrato cada vez que vengo; un buscavida, hábil, baquiano y con cierta picardía y buen olfato; un peronista que votó a Milei. Un peronista peronista, emocional, desde chico, sin preguntarse ni analizar mucho, pero que estaba harto y cualquiera que viniera para sacar a los kirchneristas era bueno y si era medio extremista mejor.

“Y esto cada vez está más embarullado, antes no había vacunas ni tampoco tapabocas, había que usar una bufanda vieja o deshacer una camisa para tener un trapo para enmascararse y mientras un montón de vivos se robaban todo; hoy estamos tapados de mosquitos y no hay repelente por ningún lado y el que se consigue es al precio del mejor vino premium. Y todos los días un nuevo escándalo; se destapan ollas que hieden a corrupción y “ jodas” de todo tipo. Y en eso estamos, y nadie sabe cómo va a terminar”.

Tal la respuesta de mi viejo conocido.

Está claro ,¿no?

Milei salió a noquear. A hacerlos pedazo. No tenía otra. La circunstancias y el estado de situación exigían un tratamiento de “shock”, como dirían los economistas. Y eso  podría decirse que le ha mantenido el apoyo de algo mas de la mitad de la gente. Hasta ahora.

Pero los contrarios también juegan. Atentos y estudiosos ante la andanada de puñetazos; por ahora. Cada tanto sacan una mano y le tocan el rostro -un paro acá, una manifestación, un cierre de calles, mucha piedra todavía no- y no se van a entregar así nomás. Milei los acorrala y no tienen otra. No les deja ni una rendija por donde escapar. Además, es mucho lo que tienen para perder, si los llegará a noquear, no será solo perder el conocimiento: pueden terminar linchados. Y perdido por perdido cualquiera pelea. Y esperan: su suerte depende de como le vaya al gobierno en materia económica.

Ellos y todo el mundo sabe que no será fácil.  La herencia y el desastre es grande y no solo se arregla con bajar la inflación, deficit cero y no emisión. A la larga esa es la formula, pero a la larga estaremos todos muertos ( Keynes dixit, según mal se le atribuye). En estas horas a la gente de a pie les preocupa conseguir repelente y ni que hablar de las inquietudes de los jubilados, los funcionarios públicos, los despedidos, aunque nunca hayan ido a trabajar, los sumergidos trabajadores formales y los veintitantos millones de pobres. Las expectativas, la resignación ante la realidad de los hechos y las esperanzas tienen piernas cortas, sobre todo cuando la necesidad apura y aprieta.

El kirchnerismo esas cosas las mantiene en carpeta, los “gordos” y millonarios dirigentes de la Confederación General de Trabajadores también, más las muchas ONG y la propia Cámpora de Kirchner hijo ( Máximo) que ven que su “negocio” a costa del Estado se termina.

Esperan además que el plan de “RRPP” de Milei juegue a su favor. Es que el presidente no deja títere con cabeza y solo son sus amigos  los que lo aplauden, lo festejan y hacen lo que él dice, hayan hecho lo que hayan hecho en el pasado,( ser parte de la “casta política” y hasta kirchnerista). El resto son traidores , corruptos, “ensobrados” y lo que venga: Milei es de lengua ágil.

Notoriamente, el presidente argentino es un hombre intolerante. Por muy acertadas que puedan ser las medidas que quiera imponer.  Es autoritario y la oposición le teme. Esta dice con mala fe que esta loco. Hay quienes creen que se hace el loco pero hay los que creen que efectivamente lo está y si un autoritario es temible mucho mas lo es un loco autoritario.

Tiene cosas : sus desprecio al Parlamento y los parlamentarios, a los que no piensan como él, su invocación a “ las fuerzas del cielo ” que lo  guían y lo iluminan, las consultas a sus perros ( en particular a uno muerto) y hasta el rol de sus hermana Karina, que según él es “su jefe” y en consecuencia la “super jefe” del gobierno argentino a la que nadie eligió. Todas cosas muy  raras.

Milei es un hombre dispuesto a subir siempre la apuesta – es lo que ha pasado hasta ahora- y en eso se parece mucho a Néstor Kirchner .Y éste con ese estilo metía miedo y durante 20 años el kirchnerismo reinó.

La oposición por su lado, se cuida pero no baja los brazos ni abandona las armas. Tiene mucho para perder; aunque sea mal habido es demasiado y  se han acostumbrado a tenerlo y disfrutarlo. Es un fuerte motivador.

Hay que esperar. Se habla de diálogo y de un Pacto para el 25 de Mayo, sobre bases propuestas por Milei pero que como él dice son innegociables. Puede que de aquí a allá se llegue a algo. Hay optimistas, esperan mas flexibilidad y que se asuman culpas y costos; que cada parte haga lo suyo. Pero, lo dicho: hay que esperar y no conviene hacer apuestas.


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