La ?carta magna? venezolana sentencia en su artículo 91: ?Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales?? ?El Estado garantizará?un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica?. Acorde con ello, y en sintonía con la ?cruzada nacional universitaria? en pro de un ?salario mínimo vital? que no esté divorciado con el ?bolsillo de los venezolanos?, se tratan algunos elementos conceptuales  y empíricos:En términos del  ?salario mínimo? oficial vigente en la actualidad (7.421,67 bolívares), es posible identificar el estrato social al cual pertenece cada grupo familiar (en promedio 5 personas). La clase A y B se caracterizan por poseer ?holgura? económica. La clase C en general tienen vivienda propia y sus ingresos familiares mensuales pueden llegar a superar apenas los 50.000 bolívares. Para el caso de la clase D estos se encuentran entre un rango que va desde los 15.000 hasta los 30.000 bolívares. Y en la clase E, no superan el techo de los 15.000 bolívares. Por otra parte se agrega que el porcentaje del ingreso familiar destinado al consumo de alimentos define un ?estatus? monetario-patrimonial que podría estar asociado a los ciclos económicos: auge o depresión. Entre menos sea ese porcentaje, es signo de que el poder adquisitivo mejora y la estructura de gasto se diversifica favorablemente (auge).Consiguientemente, ¿en qué porcentaje es el gasto mensual familiar en alimentos?, fue la  pregunta ?detonante? presentada en su mayoría a un grupo de estudiantes universitarios, pertenecientes a nobles y honestas familias venezolanas, que generó una interactiva y productiva charla de la cual se muestran algunos hallazgos: i) la ponderación o porcentaje del ingreso mensual ?normal? que gastan las familias en alimentos se ubica en el rango de los 55% a 100%; ii) buscan alternativas de ingresos ?extraordinarios? para tratar de mantener el poder adquisitivo; iii) se requieren más de 60.000 bolívares por mes para ?medio vivir?; iv) ?Un kilo de carne para 3 personas se va en 2 días, ¿y el resto del mes?; v) ?Si se gastan 80% o más en alimentos, ¿cómo pagan luz, agua, saldo teléfono, basura, gas, pasaje?; vi) ?Exacto, no alcanza, por eso el fenómeno de la delincuencia y el bachaqueo?; vii) ?Y lo demás que no se consigue fácilmente pagarlo con sobreprecio?. Se puede observar hasta aquí que el ?salario mínimo? oficial no coincide con las exigencias del ?costo de vida?.viii) ?Cabe destacar que ya uno no come lo que quiere, sino lo que pueda comprar o  que se consiga?; ix) ?Llegará el día en que no podamos comer proteínas a diario?; x) ?Mi mamá gana 20.000 mensual, es la única que trabaja, y en la casa somos 4. Esos 20.000 no alcanzan?; xi) ?Por algo la gente ahora hace bachaqueo interno. O es eso o se mueren de hambre. Porque para nadie es un secreto que un bachaquero gana más que hasta un profesional?; xii) ?Estamos hablando del sueldo como si solo se gastara en comida, cuando hay personas que de ese mismo sueldo deben sacar para pagar alquiler, pasajes, etc.?; xiii) ?Aquí ya es muy difícil el que diga que se pudo comprar un par de zapatos porque o comen o se visten?; xiv) ?Un  ingeniero no puede salir a buscar trabajo en las grandes ciudades porque gastaría todo su salario en alquiler y pasajes?; xv) ?Tenemos que restringirnos de muchas cosas, a veces hasta una arepa con mantequilla toca comer? y si es que se encuentra…?.Se seguirá insistiendo en que el ?índice nacional de precios al consumidor (INPC)? es el indicador utilizado para medir oficialmente la inflación, y en consecuencia habilitado constitucionalmente para determinar el ?salario mínimo vital? (SMV). Por ende, los aspectos metodológicos relacionados deben considerar estrictamente todos sus componentes, entre ellos, el relacionado con la ponderación o porcentaje del ingreso familiar dirigido al consumo de alimentos. En Venezuela se ubica este valor por debajo de 50% según la desactualizada data oficial: contradictorio e incoherente, ante una situación de escasez, desabastecimiento y subida continua de los precios de los alimentos (que desvirtúa el real valor del SMV).


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