Quisiera decirlo, mas el periodista Daniel Lozano lo ha dicho muy bien en el diario argentino La Nación. Ese es el día fijado por el dictador Nicolás Maduro para que se realicen las elecciones de la Asamblea Nacional. ¿Y se hizo el “nuevo” CNE? Bueno, bajo el yugo de un régimen totalitario, ninguna de las instituciones de la democracia, es democrática. Son utilizadas para ejecutar lo que el dictador desee. Ejemplo: lo que sucedió con la fiscal de la República, Luisa Ortega Díaz. Salvo una Asamblea Nacional menguada; derrotada.

Es sencillo. Y no hay que ser un gran politólogo, un numerólogo para responder a esa inocente pregunta. El gobierno mismo lo ha dicho con rostro bien lavado. Hace más de20 años vio la luz, con gran éxito editorial (por algo será) el libro Manual del perfecto idiota latinoamericano, escrito por Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa, publicado por Plaza y Janés, en 1997.

Recuerdo este libro, y su bien delineado idiota, porque leí la columna del periodista argentino Daniel Lozano escrita en Caracas, para La Nación, el 18 de agosto, la cual copio a continuación:

“Nicolás Maduro decretó la fecha de defunción para su propia ‘hija’ política, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), nacida de forma ilegal e inconstitucional en 2017 con la misión de arrebatar sus poderes al Parlamento democrático.

Será con ocasión de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, pese a que el órgano revolucionario, que funcionó como una especie de Comité de Salud Pública de la Revolución francesa al servicio del Palacio de Miraflores, no discutió ni redactó en tres años un solo artículo de la Constitución, función para que la oficialmente se impuso.

Más que pasar página, se trata de abrir un nuevo capítulo de la pantomima bolivariana: una vez atada y bien atada la próxima Asamblea Nacional (AN), de nada vale tener abierta la paralela ANC. ’De aquí a diciembre van a ordenar todo el trabajo legislativo y dejarán un trabajo adelantado al país’, dijo Maduro, abriendo la puerta a la celebración de un referéndum constitucional, como prometió hace tres años.

Los delegados de la ANC, todos chavistas incluida Cilia Flores, la mujer de Maduro, y el hijo del mandatario, fueron elegidos en unos comicios desconocidos por la oposición y por las principales democracias del mundo. Pese a no contar con rivales, acabó en escándalo: Smartmatic, la empresa tecnológica encargada del recuento, denunció que se introdujeron en las urnas más de 1 millón de votos de forma fraudulenta.

Con la puesta en marcha de la ANC, Maduro prometió que alcanzaría ‘la solución definitiva a la guerra económica’. Los resultados le quitan la razón: desde aquel día Venezuela perdió la mitad de su producto interno bruto (PIB), 6 millones de emigrantes conforman la enorme diáspora venezolana, y la hiperinflación, que comenzó solo 3 meses después de la juramentación de los constituyentes, sigue pulverizando los bolsillos.

El anuncio de Maduro confirma que las elecciones parlamentarias de diciembre van viento en popa para la revolución, con los principales partidos de la oposición tomados por el gobierno, con sus dirigentes inhabilitados, encarcelados o exiliados, con un Consejo Nacional Electoral (CNE) a la medida de sus intereses y con una nueva ley electoral que multiplica sus posibilidades.

Si se le suman los trucos del censo electoral, la hegemonía comunicacional, el sistema de control social implantado a través del carnet de la patria y el uso indiscriminado de los fondos del Estado se dibujan las elecciones perfectas o ‘las más democráticas de la historia’, como asegura el gobierno.

‘Estamos enfrentando un boicot mundial contra las elecciones parlamentarias constitucionales de Venezuela. Y debemos enfrentar de frente (sic) al imperialismo y sus lacayos. Quieren sabotear las elecciones de Venezuela’, se quejó otra vez el ‘presidente pueblo’ durante la videoconferencia realizada con dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en la que también participó Diosdado Cabello, presidente de la ANC”.

Fin del artículo. Antes de votar, es bueno releer o leer este libro. Meditemos si en esta ocasión el idiota ha muerto o vive. La dictadura se ha normalizado. Debemos preparar otros métodos. Esta no es la primera dictadura que nos oprime. Volveré sobre esta lección. Advierto que no soy un prodigio. Además, estoy paralítico. Pero puedo pensar. Y eso es bastante.

 


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