tierras irán
AFP

En esa nebulosa densa y obscura que es este régimen, todas las semanas surgen agujeros negros que nos sorprenden por ser demasiados absurdos, y hemos comprendido que son parte de su propaganda, contrapropaganda o distracción; pero hay otros que por su dimensión e intensa gravedad, como el de la entrega a Irán del millón de hectáreas para el cultivo, no solo nos abruman por su desproporción sino por su insensatez, lo que nos obliga a pensar: ¿qué hay detrás? al tomar en cuenta la inmensa gravedad de asignar semejante espacio a un gobierno extranjero sin la debida legalidad e interés nacional de por medio. Supuestamente, este anuncio de entrega es producto del acuerdo de cooperación estratégica por 20 años de junio de 2022 entre ambos países, y su alcance cubre todas las áreas. De hecho, hoy son conocidos y puestos en la práctica a nivel energético los intercambios de petróleo, suministro de diluente, petróleo, componentes de gasolinas, y más recientemente el traspaso de refinerías a manos de iraníes como la de El Palito.

Para dar idea de la dimensión, 1 millón de hectáreas son 10.000 Km2. Es una superficie mayor que muchos estados de Venezuela como Trujillo (7.400 Km2), y Yaracuy (7.100 km2), y cercana a la de los estados Táchira (11.100 km2) y Mérida (11,300 km2), todos con terrenos para la agricultura. También, los 10.000 km2 son una área mayor que todo Puerto Rico y un poco más que la mitad del territorio total de República Dominicana.

Debemos considerar también algunos aspectos relevantes sobre Irán. Tiene un sistema político definido como una teocracia, lo cual significa  regido por la Ley Islámica, en donde existe la figura de un líder supremo que no rinde cuentas y sus decisiones son de estricto cumplimiento para la nación. Este sistema político se combina con algunos elementos de la democracia, en donde se permite con el voto la elección de representantes del gobierno, es decir, la religión domina el proceso político interno.

Como es conocido, la fuente principal de actividad económica de Irán viene del sector petrolero, hoy en día sujeto a sanciones por un desarrollo nuclear cuestionado por el riesgo de tener capacidad para producir armas atómicas en una región potencialmente de alta conflictividad y que además representa una zona de alto valor estratégico, tanto por sus reservas de petróleo y gas como del suministro mundial de hidrocarburos.

Sobre el sector agrícola, según el Banco Mundial la agricultura representa para Irán 24% del PIB, y la actividad se concentra en el cultivo de cereales, como el trigo, maíz, y el ganado bovino cuya lana es utilizada en la fabricación de alfombras persas. Irán se caracteriza por ser uno de los principales productores de pistacho del mundo, para lo cual utiliza alrededor de 340.000 Has. Entonces nos preguntamos cuáles serían los aportes para el desarrollo agrícola que nos trae Irán, cuando además el sector agrícola en Venezuela está en crisis, por falta de fertilizantes, electricidad, combustibles, etc.

Ahora bien, tomando como referencia la propia Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, aprobada por la Asamblea Nacional en 2001, donde el censo agrícola efectuado nos dijo que habían 1.903.000 Has con tierras de buena calidad agrícola (casos I y II) y 2.678.000 Has de mediana calidad agrícola (casos III y IV); el resto, “6.648.000 Has, son tierras cuya calidad agrícola es marginal para la agricultura. Es decir, un total de 11.229.000 Has son de tierra cultivable en nuestro país, y el equivalente a 10% son destinadas a Irán. Esta simple comparación nos induce a descartar que el propósito real sea el de destinar una superficie inexistente para la agricultura, salvo que sea en pequeñas porciones de 100-200 Has distribuidas en distintas regiones del país, ocultas con ese supuesto propósito,

Pero, si vamos al texto de la Constitución, que tanto dice defender y respetar la supuesta revolución, allí podemos encontrar que: en el Capítulo II, del Territorio… nos dice: ”El territorio nacional no podrá ser jamás cedido, traspasado, arrendado ni en forma alguna enajenado, ni aún temporal o parcialmente, a potencia extranjera”.

Entonces, tenemos que preguntar: ¿qué hay detrás de todo esto?

Provocación al mundo occidental, con especial énfasis a Estados Unidos, fundamentalmente mostrando una supuesta unión política con el régimen iraní, su archienemigo. ¡Peligrosa provocación! Un asunto de extremo cuidado, en circunstancias como las actuales, dando el nivel de incertidumbre y volatilidad que vivimos, con la guerra en Ucrania, la tensión con Taiwán, y del balance de suministro energético global.

Anteriormente indicábamos el tipo de sistema político de Irán, y es importante mencionar que los chiitas no han minimizado su empeño y espíritu de expansión y conquista, prueba de ello es su presencia en Iraq, Yemen, y el conflicto con los suníes, a lo cual se agrega Israel.

Podemos suponer y exponer muchas hipótesis más, entre ellas si las riquezas minerales existentes en nuestro país, vendrán a continuación como otro anuncio derivado de la asignación de 1.000.000 de hectáreas. Dado el sinsentido en la Venezuela de hoy, donde no sabemos dónde estamos ni hacia dónde vamos. Todo lo cual nos permite preguntar con asertividad… ¿Qué hay detrás de todo esto? Ya sabemos que pistacho no es?

Por cierto, a los grupos políticos de la oposición, que hasta el momento no han dicho una palabra sobre algo tan delicado que atañe al presente y el futuro del país, ¿habrán entendido?, ¿sabrán algo de esto que los ciudadanos desconocemos?

@JFernandeznupa

 


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