El régimen chavista en Venezuela introdujo, desde 1999 hasta la actualidad, medidas que se han probado son muy perjudiciales para la economía venezolana. A mediados de la década de 1960, Venezuela, con su gran riqueza en petróleo y minerales, tenía un PIB per cápita similar al de Noruega. Sesenta años más tarde, y tras la gestión de la economía del régimen chavista, hay un colapso de la actividad económica, con el racionamiento de multitud de productos, una inflación que ronda el 10.000.000%, y un desempleo que supera el 30% de la población activa. Además, en los últimos años, 2,3 millones de venezolanos han abandonado el país, el equivalente a 7% de la población.

Algunas de las medidas tomadasdurante el mandato de Hugo Chávez (1999-2013) fueron:

Nacionalizaciones y expropiaciones. En 2001 Chávez introdujo una Ley de Tierras que permitía la expropiación de latifundios siguiendo unas reglas que consideraban ciertas tierras como ociosas. La propiedad de la tierra no pasaba a los nuevos poseedores sino que era el Estado el que se convertía en gran propietario. Hasta 2010 el gobierno distribuyó entre 5,5 y 7,5 millones de hectáreas de las 27 millones utilizadas para cultivo en toda Venezuela.La producción agrícola, sin embargo, cayó entre 2008 y 2015. El Ministerio de Agricultura y Tierras registró una caída del Valor de la Producción Agrícola de 9,69%, en este lapso.

También hubo expropiaciones en otros sectoresde la economía. Estas se pueden dividir en dos, aquellas propiedades de capitales extranjeros con las que se llegó a un acuerdo de pago por parte del Estado (Banco de Venezuela, Cantv, Electricidad de Caracas, Sidor y Cargill, entre otras) y las que eran propiedad de venezolanos, a las que nunca se les pagó, como Sidetur, Agroisleña o el Sambil. En ambos casos la productividad de las empresas expropiadas o nacionalizadas disminuyó de manera importante. Por ejemplo, Sidor, con una producción alrededor de 40% de su capacidad y Lácteos Los Andes y Fama de América, cuyos productos faltan con frecuencia en los establecimientos.

Control cambiario. El control cambiario tuvo como principal consecuencia la apreciación artificial del bolívar. Esto hizo que en muchos sectores fuera más rentable importar que producir localmente, lo que sentó las bases para la carestía de productos de primera necesidad que se dio posteriormente. En 2010, Venezuela importaba 80% de los productos que consumía.

Control de precios. Entre 2003 y 2012 se mantuvieron intervenidos los precios de casi un centenar de bienes y servicios de primera necesidad. Desde 2005, los ajustes de precios se hicieron menos frecuentes y de manera selectiva, haciendo que los productores tuvieran que asumir los costes en un contexto inflacionario. Esta política hizo que bajase la inversión en la producción de estos bienes y servicios de primera necesidad, produciendo en momentos de crisis la carestía de dichos productos. Además, las regulaciones de precios no sirvieron para controlar o disminuir la inflación.

Intervención en la industria petrolera. Tras la huelga general de 2002 y 2003, Chávez despidió a 19.000 empleados de Pdvsa, la empresa petrolera venezolana, para reemplazarlos por trabajadores fieles a su gobierno. Además, se incrementó la presión fiscal sobre las empresas extranjeras que habían invertido en la industria petrolera venezolana. En 2009 se ordenaron 140 expropiaciones a empresas privadas de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo que prestaban servicios de transporte y mantenimiento a Pdvsa. Como consecuencia de estas medidas, la producción de petróleo,que tocó techo en 1998 con un bombeo de 3,5 millones de barriles diarios, ha caído por debajo del millón de barriles por día a fecha de hoy.

Incremento del gasto público. El gobierno de Hugo Chávez incrementó el gasto público hasta niveles históricos. Esto hizo que el país no se beneficiara de los altos ingresos petroleros que en aquel entonces tenía Venezuela. Como dato significativo, el gobierno de Chávez incrementó el gasto público 600% desde 1999 hasta 2004.

Además de estas políticas económicas, hay que destacar la influencia negativa que la corrupción ha tenido en Venezuela. Según Transparencia Internacional, en América solo Haití superaba a Venezuela en corrupción.

La economía con Chávez, sin embargo, creció considerablemente entre 1999 y 2013. Estas medidas no tuvieron un impacto negativo inmediato, pero, sin duda, sí hicieron que la economía venezolana se encontrara en una situación de desequilibrio y debilidad. Así, desde la llegada de Maduro como presidente en 2013, Venezuela acumula una caída de 50,61% del PIB del país a fecha de septiembre de 2018.

Sin embargo, los problemas de la economía venezolana comenzaron antes de la llegada de Maduro. Así, en enero de 2010, tras un lustro con el bolívar anclado en un cambio de 2,15 unidades, Venezuela lo devaluó hasta las 2,6 unidades para los bienes y servicios de primera necesidad y hasta los 4,3 bolívares para el resto.  En 2011, unificó el cambio a 4,3 unidades por dólar. En 2013 primero lo depreció hasta los 6,3 bolívares y luego introdujo un sistema múltiple. La devaluación del bolívar siguió imparable, lo que además produjo un incremento de la inflación.

Muchos sectores de opinión compararon en su día la devaluación de 2010 con la crisis económica que estalló en Venezuela el Viernes Negro del 13 de febrero de 1983. Ese día, el gobierno del socialcristiano Luis Herrera Campins decretó una devaluación del bolívar del 28%. Desde entonces, esa es una fecha simbólica que resalta la división en dos tiempos de la historia de Venezuela: años de bonanza petrolera y despilfarro, y las consecuentes décadas de vacas flacas y pobreza. Por eso, al 8 de enero de 2010 se le llamó “el viernes rojo” de Chávez en distintos círculos.

A los problemas estructurales que arrastraba la economía venezolana se le sumaron los problemas en el sector petrolero. Venezuela alberga la mayor reserva comprobada de petróleo del mundo. Sin embargo, la caída del precio del petróleo en 2014 junto con la disminución de la producción, hizo que los ingresos por la exportación de petróleo disminuyeran de manera radical. El Brent alcanzaba los 112 dólares por barril en junio de 2014. En enero de 2015 el barril de Brent se situaba por debajo de los 45 dólares. Entre junio y diciembre de 2014, los precios del petróleo experimentaron la tercera mayor depreciación semestral de los últimos 24 años.

Finalmente, en noviembre de 2017, la hiperinflación llegó a Venezuela, registrándose una inflación interanual de 1.370%. Las principales razones de la misma son la intervención del gobierno en la política monetaria y el Banco Central de Venezuela, a través, principalmente, de la inyección de dinero en la economía.

En tres años (2017-2019) el PIB de Venezuela habrá sufrido un derrumbe de 40%. Actualmente, Venezuela vive uno de los peores episodios de hiperinflación registrados en todo el planeta desde la Segunda Guerra Mundial. Además, en los últimos meses escasean los productos alimenticios más básicos.

Es difícil que la recuperación de la economía venezolana llegue en el corto plazo, incluso con un cambio de gobierno. Uno de los motivos es la deuda que tiene acumulada Venezuela. En 2003 esta alcanzó 61,44 % del PIB, disminuyó hasta llegar a la cifra más baja en 2008 con el 23,1%, incrementándose hasta ascender al 52,1% del PIB en 2013 y llegando al 161,8% en 2018.

Existen, sin embargo, propuestas económicas para sacar a Venezuela de la crisis, como la realizada por los economistas Ricardo Hausmann, Miguel Ángel Santos y Douglas Barrios. Estas incluirían una donación de 20.000 millones de dólares, similar a la de Haití entre 2009 y 2011, un programa financiero de 60.000 millones, como el que el Fondo Monetario Internacional otorgó a Argentina recientemente, y una reestructuración de la deuda de las características de la que se realizó con Irak.

La gestión de la economía por parte del régimen chavista se ha mostrado a todas luces equivocada. Medidas intervencionistas hicieron que el país perdiera la competitividad necesaria para hacer frente a épocas de dificultades. Además, el despilfarro y la corrupción en época de bonanza petrolera hicieron que al llegar las vacas flacas Venezuela no estuviera preparada para afrontar los retos que se le planteaban. De una situación así se debe aprender para el futuro, para que no vuelva a ocurrir. Y, sobre todo, Venezuela debería dar paso a otros gestores de la economía que solucionaran los problemas actuales con otro tipo de políticas.


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