Con base en la denuncia del 27 de septiembre de 2018 por 6 Estados partes, contra Nicolás Maduro por crímenes de lesa humanidad en Venezuela, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, inició una investigación el 3 de noviembre de 2021 sobre los crímenes atroces cometidos en nuestro país, por Maduro y miembros civiles-militares de su alto gobierno.

Por el inicio de la guerra de Rusia en territorio de Ucrania, el 24 de febrero del presente año, 41 países miembros solicitaron a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional una investigación sobre crímenes de guerra cometidos por Vladimir Putin en ese país.

Debemos destacar que Nicolás Maduro y Vladimir Putin han tenido vínculos políticos, económicos y de cooperación militar entre sus gobiernos y ahora ambos están siendo investigados por la CPI por crímenes cometidos en el ejercicio del cargo, lo cual según el artículo 25 del Estatuto de Roma genera responsabilidad  penal individual, tanto para Maduro en Venezuela, como para Putin por los delitos internacionales cometidos en territorio de Ucrania.

Crímenes en Venezuela

En el caso concreto de Venezuela estamos en presencia, además, de crímenes de genocidio contra los pueblos indígenas del Alto Orinoco y el estado Amazonas, donde está ubicado el Arco Minero decretado por Nicolás Maduro el 16 de septiembre de 2020, región donde estas poblaciones aborígenes están siendo sometidas a un exterminio o genocidio por la destrucción del hábitat original y la contaminación del medio ambiente, por lo que también se configura un ecocidio en esa región del Alto Orinoco.

De los 11 delitos internacionales que constituyen los crímenes de lesa humanidad, de acuerdo con el artículo 7 del Estatuto de Roma: asesinato; exterminio; esclavitud; deportación o traslado forzoso de población; encarcelación u otra privación grave de la libertad física; tortura; Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, esterilización forzada u otros abusos sexuales; desaparición forzada de personas; el crimen de apartheid y otros actos inhumanos, todos han sido cometidos en Venezuela bajo el mandato de Nicolás Maduro, durante las protestas populares de 2014, 2017 y 2019, así como la persecución y la represión contra presos políticos. Más recientemente se cometieron crímenes de guerra en La Victoria, en el Alto Apure, durante la confrontación bélica entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo (FARC-EP) entre marzo y junio de 2021.

A partir del 21 de marzo del año 2021 se inició una confrontación armada en Apure, en la que se debió activar el derecho internacional humanitario, mediante los convenios de Ginebra de 1949 y los protocolos adicionales de 1977 de respeto a la población civil no combatiente, es decir, que no formaban parte de las fuerzas en conflicto en esos sucesos. En esos hechos se cometieron saqueos, detenciones arbitrarias, allanamientos ilegales, incendios de fincas y de bodegas, pillaje, desplazamiento forzoso de más de 6.000 personas, de la población de La Victoria en Venezuela a Arauquita, en territorio colombiano; la masacre de El Ripial el 25 de marzo de 2021 en la que fueron ejecutados 5 prisioneros civiles y la masacre de La Capilla contra cuerpos de élite de la Fuerza Armada Venezolana el 23 de abril de ese mismo año, cuando las FARC asesinaron a 8 soldados e hicieron prisioneros de guerra a otros 8.

Democidio

En los casos concretos de Putin y de Maduro también podemos hablar de democidio, una nueva categoría sociopolítica para denominar crímenes colectivos o de masas, aunque todavía no se le ha otorgado estatus jurídico, ya que no está estipulado en  ninguna norma internacional. Podemos señalar que Demo, de origen griego  significa pueblo y Cidio, de etimología latina, representa  asesinato, por lo que esta expresión se puede entender como el asesinato de un pueblo, concepto desarrollado por el sociólogo norteamericano Rudolph Joseph Rummel, más amplio que el de holocausto y genocidio porque su visión abarca la destrucción de un pueblo mediante asesinatos colectivos o masivos.

Los tribunales internacionales y la historia condenarán a Putin y a Maduro por criminales y carniceros del siglo XXI, además de democidas contra sus pueblos, por ser estos delitos crímenes contra la humanidad.


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