Ya bastante daño ha causado usted mismo cuando intentó manipular a todo el planeta –aliados suyos y oponentes- con su referencia al estado de alerta elevado de sus sistemas de armas nucleares durante la Undécima Sesión Especial de Emergencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Lo necio de su referencia en aquella oportunidad solo lo supera –en obras- su invasión a Ucrania mediante la guerra. Nadie considera  que su guerra consista en una “intervención de características especiales”, en una “expedición libertadora”, en un “aseguramiento de la seguridad nacional de la Federación de Rusia”, ni en una “campaña” contra el neonazismo. Pero usted ya lo sabe, porque usted y su amada Unión Soviética son invasores, bélicos, les encanta expandirse, anexionarse territorios y entrometerse en cualquier guerra en el planeta.

No creo en conceder cheques en blanco ni en dividir hasta los extremos a las facciones entre los “absolutamente buenos” y los “absolutamente malos” ni en traer al presente hechos del pasado como si fueran causas totalmente conectadas al pasado y desconectadas del presente; o sea, pretender que el tiempo no transcurre y que las sociedades no cambian. Tampoco creo en argumentos manipulados.

Su amada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas nació el 28 de diciembre de 1922, duró 69 años y desapareció el 25 de diciembre de 1991 por la iniciativa propia de Rusia y sin la intervención de naciones extranjeras. La disolución de la URSS la hicieron ustedes mismos, voluntariamente, sin amenazas, ni coerciones, ni coacciones. Tanto así y hasta tal punto, que asumieron la personalidad jurídica (y todas las obligaciones de la extinta URSS) para la satisfacción de las 14 repúblicas socialistas soviéticas satélites que habían decidido separarse de la Unión Soviética  o que quedaron independizadas (Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirkistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán) y que no parecen estar muy interesadas en someterse de nuevo a Moscú. A ninguna de estas repúblicas las veo rogándole que reinstaure a su amada URSS. No observo tampoco a ninguna de ellas prestas a unirse a su amada unión de repúblicas cacareando que lo harían, además,  con la aprobación unánime de todos los electores de cada una de esas repúblicas. No, señor Putin. No desean regresar a su amada URSS.

La historia expansionista de la Unión Soviética fue impresionante. Si usted alega que la OTAN es expansionista, entonces usted y su Federación de Rusia lo fueron como sucesores de la URSS catorce veces más y ahora -como la actual Federación de Rusia- invadieron Crimea y ahora vienen por el resto de Ucrania.

La Unión Soviética dijo ser al principio una suerte dizque de unión federativa  entre la República Socialista Federativa Soviética, la República Socialista Soviética de Transcaucasia y la República Socialista Soviética de Bielorrusia. Pero eso fue el principio y del dicho al hecho hubo un largo y tortuoso trecho.

Ya para 1939 y amparada por el Pacto Ribbentrop-Mólotov, su amada URSS invadió a Polonia y entró en guerra con Finlandia (y, sorpresa: alegando razones de seguridad para la URSS) para obligarla a ceder cerca de 11 % de su territorio a la URSS. El caso de Finlandia tuvo posteriormente un giro bastante peculiar con la Guerra de Continuación, enfrentando a la Unión Soviética como aliado de Alemania en la invasión a la URSS por parte del ejército alemán en la Operación Barbarroja. Luego, en 1940, su amada URSS invadió y se anexó Lituania, Letonia y Estonia y creó el Pacto de Varsovia incorporando a su  área de influencia a Alemania Oriental, Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia (hasta 1948) y Albania (hasta 1960). No hay que olvidar la invasión a Checoeslovaquia en 1968.

No podemos dejar de lado las intervenciones en Cuba, Granada (hasta 1979), Benín, Congo-Brazzaville, Angola, Nicaragua, Mozambique, Etiopía, Somalia, Yemen del Sur, Afganistán, Mongolia, China, Corea del Norte, Vietnam, Laos, Camboya y Venezuela.

Pero, lo dicho previamente: hasta ahora no era válido traer al presente hechos del pasado como si fueran causas totalmente conectadas al pasado y desconectadas del presente… hasta que llegó usted con su tesis de su seguridad nacional. Y ahora, la lógica pareciera que se transforma en una máxima de experiencia: Rusia = gran problema para todos (incluyendo a los mismos rusos).

¿Alguna vez se planteará, cuando caiga en desgracia, cómo se sienten los demás países y cuán preocupados están por su propia seguridad nacional desde que  la Federación de Rusia cayó bajo los tormentos mentales de usted?  Y, por cierto, aquella conferencia en la cual le argumentó a la periodista Diana Magnay con las preguntas “Estamos poniendo misiles junto a las fronteras de Estados Unidos?“ y  “¿Qué es lo que no hay que entender aquí?”.

Pues tengo tres problemas con ese argumento manipulador. El primero es que es un supuesto que no ha sucedido, de manera que es irrelevante. El segundo es que su amado Nikita Jrushchow sí lo hizo en Cuba y llevó al planeta al punto de una guerra nuclear (se llamó la Crisis de los Misiles de Cuba en octubre de 1962, por si no estaba enterado). Y el tercero es que la Federación de Rusia tiene miles de misiles con ojivas nucleares que ya están ubicados junto a las fronteras de otros países apuntando a objetivos en casi toda la faz del planeta al norte del Ecuador.

O sea, usted ya ha hecho con los demás países lo que usted alega que no desea que le hagan al suyo. Pero un pequeño detalle, señor Putin: usted comenzó la guerra siendo el caso que Ucrania ni es miembro de la Unión Europea y no es un país miembro de la OTAN. Tampoco la OTAN ha intervenido como combatiente y nadie ha emplazado armas nucleares en Ucrania. Es más, Ucrania entregó todas sus armas nucleares a cambio de las garantías de paz y protección. Ucrania no ha invadido sus fronteras sino todo lo contrario: ustedes ya invadieron Crimea y ahora a Ucrania por el norte y por el sur. La artillería pesada y la aviación de su país bombardean y destruyen objetivos indiscriminados. Les da igual si son combatientes, objetivos militares, civiles, hospitales o corredores humanitarios. ¡Vaya manera de cumplir con sus compromisos! De hecho, la mejor estrategia para con usted es pactar y firmar muchos tratados bilaterales y multilaterales para saber qué es lo que no van a cumplir. Es que no han cumplido ni la carta de la Organización de las Naciones Unidas, ni su función de miembro permanente de su Consejo de Seguridad.

La máxima torpeza que le falta aún por cometer sería atentar contra Volodimir Zelenski o su familia. Tanto trabajan ustedes en sugestionar, manipular, desinformar y crear tendencias en las redes como los ucranianos en elevar a un pedestal de heroicidad y de afecto a la familia Zelenski.

Tengo la impresión de que cualquier cosa que le suceda a esta familia opacará las indignaciones producidas por otros asesinatos a otras personalidades desde el siglo pasado al presente y jamás dejara de apuntar el dedo acusador a la Federación de Rusia, a usted, a sus militares y –aunque injusto- al pueblo ruso.

Dios guarde a V. E. muchos años.

@Nash_Axelrod


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