En una ciudad en la que el hecho cultural está tan venido a menos, en el que la ayuda oficial no pasa de ser una mera dádiva cuando no una manifestación de intenciones que difícilmente satisface las necesidades de las instituciones, grupos e iniciativas particulares, uno no puede menos que maravillarse cuando ven luz proyectos como el que se concretara con la publicación del libro Puerto Cabello en letras (2021), obra que gentilmente se nos permitió prologar, disponible en Amazon.

La ciudad nació del comercio y al comercio se debe, y aún así son diversas las manifestaciones artísticas que han tenido como asiento a la urbe marinera, a lo largo de su dilatada historia. Ya lo decía don Ramón Díaz Sánchez al recordarnos que el puerto del pasado poseía una inconfundible vocación hacia las elevadas expresiones de la cultura humanística, en las que convivían armoniosamente hombres de empresa y hombres de pensamiento, reuniéndose con frecuencia en una misma persona estas dos cualidades. Comerciantes y escritores calificados, comisionistas y poetas, banqueros y músicos, corredores y periodistas —afirmaba el cronista— abundaron en la ciudad, recordando los nombres de Juan Antonio Segrestáa, Miguel Picher, Calixto González, Lope Bello, Estílito Ibarra, Julio Antonio Matos, Carlos y Augusto Brandt, Pedro Denis Cruz como ejemplo de una generación ya pretérita, lista que se amplía sustancialmente si sumamos a quienes les sucedieron, de ayer y hoy, los que preferimos no mencionar para no incurrir en odiosas omisiones.

Aunque buenos músicos, cantantes y pintores entre otras expresiones culturales tenemos en el puerto, es en el campo de las letras en el que más han destacado muchos coterráneos, haciendo significativos aportes en la poesía, la crónica, el cuento, la novela, el ensayo, el reportaje y la historia. Escritores y escritoras tuvimos en el pasado y, por fortuna, tenemos hoy, bien a tiempo completo o como segundo oficio, siempre movidos por un denominador común: expresar sus sentimientos e ideas. Por tal motivo no resultó difícil reunir a un grupo de ellos (María Inés Arrabal, Eddy Barrios Orozco, Carmelo Berbín, Mirih Berbín, Luis Enrique Ferrer, Germania Galíndez, Julio César Guanipa, Edgar Lampe Oliveros, Xiomara Malenche, Emerzon Meneses, Zonia Molina Leal, Aridel José Morillo, Leonardo Petit Frías y Grísseld Lecuna) para dar forma a esta antología de poemas, cuentos e historias. Puerto Cabello en letras es, además, un proyecto editorial pleno de porteñidad en el que convergen los trabajos de estos catorce talentosos escritores compilados por Grísseld Lecuna Bavaresco, contando con los aportes de la artista Carmen Salazar cuyos dibujos engalanan sus páginas y los retratos del fotógrafo y siempre colaborador Serge Páez, corpus agradablemente diagramado por Leonardo Petit.

Mal podíamos, entonces, no apoyar esta idea ofreciendo también nuestra guía editorial y patrocinio, a través de nuestra firma Sabatino Pizzolante Abogados Marítimos & Comerciales, convencidos como estamos de que a pesar de las difíciles circunstancias económicas publicar no es imposible, sobre todo, cuando hay algo útil que decir.

La iniciativa es el alma de la prosperidad de los pueblos, escribió hace poco más de siglo y medio ese paladín de la cultura y filántropo que fuera Juan Antonio Segrestáa, pero ello solo es así cuando tales iniciativas se materializan, otra cosa sería simples deseos cuando no palabras al viento. Los trabajos allí recogidos, indudablemente, son palabras que de ahora en adelante perdurarán impresas en el papel, el deseo cumplido de cualquier autor.

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@PepeSabatino


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