No me importa ser monotemático pero insisto en que Colombia vive un momento histórico crucial, en 2022 o se consolida la dictadura del farcsantismo, instaurada con el desconocimiento de la voluntad popular expresada en el plebiscito y la consecuente incorporación del acuerdo de entrega del país a las FARC en el bloque constitucional y continuada con el cumplimiento irrestricto de dicho pacto por parte del presidente Duque, o se elige un parlamento y un presidente que  se aboquen a la reconstrucción democrática.

Como señalaba en el artículo anterior ( https://www.elnacional.com/opinion/se-salvara-colombia-del-socialismo-del-siglo-xxi/ ) no hay mucha esperanza de que esa reconstrucción democrática ocurra, pues el farcsantismo ya tiene copadas todas las instituciones del Estado y ejerce con tono dictatorial una férrea persecución a las instituciones y personalidades democráticas; el Centro Democrático se quedó en puro Twitter y claudicó ante el imperativo duquista de obedecer a sus verdaderos mentores que lamentablemente no es Uribe sino Soros y Santos; el Partido Conservador sigue apegado fuertemente al farcsantismo, basta ver que todos sus precandidatos son prominentes figuras de la dictadura de este, el resto de partidos enarbolan la bandera de la Pa$ de Santos, total casi no hay nada que hacer.

Pero la esperanza es lo último que se pierde y por ello espero que Colombia despierte y surja un outsider que lidere un movimiento antidictadura del farcsantismo. Para ello lo primero que se debe hacer es la elaboración de una plataforma programática que exprese claramente los objetivos fundamentales de ese nuevo régimen que sustituya a la dictadura del narcoterrorimo comunista que domina el país actualmente.

Considero que las bases fundamentales del programa del próximo gobierno deben contener los siguientes elementos mínimos:

  1. Rechazo a permitir el no cumplimiento de las FARC a sus compromisos de no repetición, desarme y reparación. Las FARC continúan con la estrategia de combinación de las formas de lucha siendo el mayor cartel narcotraficante del mundo, no han entregado su ingente fortuna y no ha reparado ni una sola víctima. Por lo tanto, ese acuerdo debe ser declarado nulo, por incumplimiento de una de sus partes.
  2. Acabar con la impunidad y elegibilidad de los criminales de lesa humanidad del narcoterrorismo comunista.
  3. Restablecer la política de seguridad democrática para asegurar la ley y el orden en la república.
  4. Reforma a la justicia, haciéndola transparente, ágil y honesta. Establecer una sola Corte Suprema y, por supuesto, eliminar el antro comunista que es la JEP.
  5. Reinstitucionalización de las Fuerzas Militares y de Policía, depurándolas de los elementos externos del farcsantismo que continúan ejerciendo el poder indirectamente sobre ellas
  6. Reducir el Estado al mínimo, con la venta de las empresas del Estado y reducción de gastos superfluos.
  7. Política de reactivación económica, con programas de creación de empleos formales y estímulo a la inversión privada.
  8. Establecer la educación como primera prioridad del Estado, con programas tendientes al mejoramiento de la calidad de la misma.
  9. Reformas laboral y pensional integrales, que acabe con la inequidad existente y asegure una verdadera seguridad social a todos los colombianos.
  10. Reforma profunda del sistema de partidos, asegurando la existencia de verdaderos partidos democráticos, doctrinales y tener una verdadera representación del pueblo a través de ellos.
  11. Acabar con el patrocinio del Estado al marxismo cultural imperante en las instituciones del Estado y de la sociedad civil.

Para ello se debe buscar un líder que aglutine a la mayoría de ese 90% que aborrece al narcoterrorismo comunista y defiende los valores tradicionales de la Patria y la familia. Este debe tener los siguientes requisitos:

  1. Haber firme y claramente expresado su oposición a la dictadura del farcsantismo.
  2. No haber participado en ningún alto cargo por elección o nombramiento en los abominables gobiernos del traidor a la patria Juan Manuel Santos.
  3. Tener una experiencia administrativa de por lo menos 10 años.
  4. Preferiblemente haber tenido alguna participación en la Academia, centros de pensamiento o los medios.
  5. Reunir un equipo de alta calidad humana, profesional y política y hacerlo conocer del electorado con antelación.

Obviamente esto parece una utopía, pero es mi deber expresar mi opinión ciudadana, alertando del inminente peligro de la implantación del socialismo del siglo XXI en Colombia y brindando mis alternativas para evitarlo, Dios quiera este sueño se realice, para el bien de Colombia.

 

 


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