La primaria no es un proceso de partidos

Desde el 12 de febrero de 2012 los venezolanos no participan en unas primarias para elegir el líder que represente a la oposición en unas elecciones presidenciales en Venezuela. Luego de muchas reuniones entre los principales partidos políticos de la oposición, a través de la Plataforma Unitaria se creó la Comisión Nacional de Primaria (CNP) con la difícil tarea de establecer las condiciones para poder realizar la escogencia de un candidato unitario que sea la alternativa para salir de la oprobiosa dictadura que ha sido la pesadilla de los venezolanos durante los últimos 24 años. Ya a escasos días para la realización de las primarias 2023, la comisión y los candidatos de la oposición que van a participar en este proceso han tenido que vencer innumerables obstáculos impuestos por la dictadura de turno. Además de las persecuciones a la directiva de la comisión y a los candidatos cuando realizan sus giras por los diferentes estados del país, ahora los tentáculos del régimen están amedrentando a líderes opositores que se encuentran en el exilio. Pero además de esta violación de los más elementales derechos políticos que tienen los venezolanos en un proceso que debería ser normal, como lo es en cualquier parte del mundo, donde exista una verdadera democracia, también la oposición se ha encontrado con las trampas de las instituciones del régimen, como las actuaciones del Tribunal Supremo de Justicia, del Ministerio Público y del Consejo Nacional Electoral, que han puesto trabas en el camino para el proceso de las primarias, tratando de intervenir directamente con el objetivo de que los resultados les sean favorables al gobierno y este continúe en el poder desangrando la economía, corrompiendo todas las instituciones del gobierno, afectando todos los servicios públicos y violando de manera sistemática los derechos humanos de todos los venezolanos.

La Comisión Nacional de Primaria está moviéndose en un camino minado por la dictadura, con un CNE con cantos de sirena para engañar al pueblo y a la oposición, que no se comen el cuento de que el único interés del órgano comicial de la dictadura es ayudar a que las primarias sean más seguras -será para el régimen- y que según sus propias palabras, “los venezolanos debemos estar orgullosos de tener el mejor sistema automatizado del mundo”. Por supuesto que nos imaginamos que está haciendo referencia a que es el mejor sistema para que la dictadura se mantenga en el poder: para montar el show y luego de que vaya ganando el líder de la oposición, torcer los resultados para producir un cambio mágico que le dé el triunfo a la dictadura, imponiendo a un candidato que le sea conveniente al régimen. Aunque algunos hablen de las elecciones de 2015, cuando la dictadura permitió que ganara la oposición, la explicación es que el régimen no esperaba esa avalancha de votos y aunque maquillaran las cifras es posible que no pudieron cambiar los números totalmente, porque era más que evidente que había ganado la oposición. Ahora el panorama actual se vislumbra mejor, porque no hay encuesta en la que María Corina Machado no aparezca ganando con muchos puntos de ventaja sobre los otros doce candidatos, razón por lo cual la tiranía asustada está haciendo todo lo posible para intervenir en las primarias pautadas para el 22 de octubre de 2023, aunque ya por la vía electoral pareciera que les resulta imposible. Lo que sí es posible es que el régimen recurra al Tribunal Supremo de Justicia, para inventar otra historia y tratar de bloquear las primarias. Sin embargo, los ojos del mundo, la Corte Penal Internacional y la Comunidad Europea están observando la conducta de la dictadura y lo que va a pasar es que le puede salir el tiro por la culata.

Aunque el régimen intente hacer trampas, en este 2023 rumbo al 2024, existe un movimiento arrollador, un fenómeno político que supera con creces a cualquier otro del pasado reciente y que luce imparable. El gobierno tiene de su parte al Alto Mando Militar, pero sin duda alguna la tropa que está sufriendo al igual que todos los venezolanos ve con desagrado cómo esos generales y sus familiares ostentan lujos inalcanzables para un pueblo oprimido, que se muere por la desidia de un régimen que ha desaparecido miles de millones de dólares, que regala dinero y bienes a países con regímenes similares al venezolano. Venezuela sigue siendo uno de los que más riquezas naturales posee, mas el régimen que desgobierna el país ha hecho que sea la segunda economía con el más alto índice de miseria -164 puntos, según el estudio realizado por Arthur Okun, basado en los indicadores inflacionarios, de pobreza y empleo-, solo superado por Zimbabue.

La desesperación del régimen es tal que pareciera que sus dirigentes ya están de manicomio por el miedo que se ha apoderado de ellos. El TSJ anunció que se solicitará a España la extradición de Antonio Ledezma “para ser sometido a un proceso penal por la comisión de los delitos de traición, conspiración, instigación a delinquir y asociación”. Para seguir con la persecución también el TSJ solicitó la extradición de las diputadas Dinorah Figuera y Marianela Fernández. Para colmo de males, la Fiscalía pidió la extradición de Juan Guaidó. Todo esto es una cortina de humo para distraer al pueblo y a la comunidad internacional del proceso de las primarias, porque la verdad es que la dictadura está aterrada, ya está segura de que los venezolanos el 22 de octubre elegirán un nuevo liderazgo que hará temblar al régimen.

Nadie puede pensar que será fácil realizar el proceso de las primarias de manera autogestionada, pero ante un pueblo cansado de las arbitrariedades y abusos de un régimen opresor, se sobrepondrá a cualquier obstáculo. Ese mismo pueblo es y será la mejor garantía de que el proceso continuará adelante y si el régimen se empeña en menospreciar el sufrimiento de los venezolanos acumulados durante 24 años, está totalmente equivocado. Debemos estar atentos porque el gobierno tiene infiltrados en la oposición y quizás el caso más vergonzoso es el del gobernador del Zulia, después de que fue inhabilitado, autodesterrado y encarcelado, ahora quiere echarle la culpa a la oposición, equiparándola con la dictadura como responsable de la grave desgracia que vive el país. La realidad es que la oposición no maneja fondos públicos, no dirige los servicios públicos, no se encarga del sistema de salud, ni del sistema eléctrico, ni energético, ni de la educación. ¿De dónde habrá sacado ese señor que deshonra a la bella tierra zuliana esas falsas acusaciones que solo benefician al régimen, en vez de luchar por su país? Prefiere arrodillarse ante su protector residente en Miraflores. ¿Qué estará buscando? Ningún candidato debe aceptar alianza con este señor porque si lo hace, entonces está de acuerdo con esa posición entreguista que solo ayuda a mantener al régimen en el poder y por lo tanto alargar las penurias de los venezolanos. Esto tiene que ver mucho con las recientes declaraciones del expresidente de España Felipe González: “Maduro no resistiría ni unas elecciones medio libres”. De acuerdo con el exmandatario, solo el usurpador de Miraflores podría ganar unas elecciones si encuentra a algún candidato a la medida de sus intereses que haga todo el show de  que está compitiendo para ganar, pero en realidad participe para perder a favor de la dictadura. Los venezolanos deben estar vigilantes ante cualquier infiltrado y por supuesto que hay más.

Este 22 de octubre los ciudadanos deberán escoger entre 13 candidatos, de los cuales los más conocidos son: María Corina Machado, Henrique Capriles, Delsa Solórzano, Freddy Superlano, Andrés Velásquez  y Carlos Prosperi, entre otros. Todo indica que Venezuela está reclamando un cambio profundo y de acuerdo con las encuestas y las grandes concentraciones, ya los venezolanos eligieron en sus corazones a su líder, María Corina Machado, que será la conductora en esta nueva etapa de la historia republicana.

“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil”, Abraham Lincoln.


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