El valor de haber llegado hasta aquí constituye una hazaña que corresponde a la conciencia ciudadana activada. No se trata de un espectáculo verosímil de elecciones, sino de una elección de verdad, como debe ser.

Los ciudadanos decidieron reivindicar el fundamento de la República, como es la soberanía popular. Dejando de lado el CNE que es Maduro con sus reglas y cartas marcadas.

Sin la actuación contundente de los ciudadanos, no se puede actuar de manera efectiva contra el régimen. Acudir a las primarias es un acto de resistencia, es asumir la conciencia histórica de darle a Venezuela el destino que le corresponde. Vamos a elegir con nuestro voto al liderazgo del coraje, que nos conducirá a la reconquista de la libertad y de la democracia. Es hora de reemplazar a un “liderazgo” deslegitimado que nos llevó de fracaso en fracaso.

Enfrentaremos a los responsables de la destrucción política de una sociedad. Con inteligencia grupal vamos caminando hacia el objetivo de la salida del peor régimen y más ladrón de nuestra historia republicana, que aplicó el peor paquete económico y social contra un pueblo, con la tragedia de la denegación de justicia y la sistemática violación de sus derechos humanos.

Se ha mantenido la corporación criminal con base en la lógica despiadada del hambre, la represión brutal y la supresión de libertades. Venezuela fue condenada a la oscuridad. La normalización forzada no resultó, 70% de los emprendimientos de restaurantes fracasaron, por costos imposibles de mantener.

La primaria de la gente le dice No al socialismo, que se nos vendió como el cielo en la tierra y acabó configurando un país distópico, apocalíptico, responsabilidad absoluta de estos criminales y de su “opolaboración” complaciente y vergonzosa, que ya no tendrá más la responsabilidad del liderazgo.

Venezuela se convierte en un movimiento social decidido a enterrar al socialismo.

La realidad lacerante describe que solo en un mes 60.000 venezolanos trataron de entrar por México a Estados Unidos. La migración solo se resolverá con la salida del usurpador del poder, que trajo miseria y muerte.

La primaria arrojará más de 8 millones de votos, porque esa cantidad de venezolanos en la diáspora ya votó contra el régimen forajido.

Clama justicia la destrucción de una generación: la emergencia humanitaria, que ha perdido irreversiblemente su capacidad para desarrollar sus potencialidades.

Niños que asisten a la escuela destartalada, dos veces a la semana, con improvisados maestros de la “chamba juvenil”.

La víctima social de esta ignominia ha sido la infancia, se le borró su mundo, sin capacidad de aprender y alimentarse.

La real y ominosa sanción ha sido este régimen, que nos ha dejado una huella de destrucción. El usurpador sacrifica a un país entero para permanecer en el poder, toda la data de nuestra identidad la tiene Cuba, que es el país ante el cual se ha prosternado el régimen, lesionando la soberanía en forma infame.

El fin del nuevo liderazgo que surgirá de las primarias es, entre otros, reunir de nuevo a la familia venezolana, hoy dispersa en diferentes países.

Venezuela encuentra su camino y ha dado un paso trascendente, que merece la admiración del mundo.

¡Libertad para Javier Tarazona, Emilio Negrín y John Álvarez! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!

 


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