Muchas veces gustaría escribir sobre temas diferentes; pero veo el drama y la deriva en la que está navegando Latinoamérica y no puedo voltear la cabeza y hacer como si nada pasara. Me preocupa y me duele nuestra región. Así que nuevamente toca escribir de un tema recurrente; nuevamente nos sorprende la política de Petro en materia de drogas. Ahora les ofrece a los narcotraficantes no ser extraditados a Estados Unidos si negocian. Teniendo en cuenta los innumerables señalamientos que pesan sobre los grupos guerrilleros en lo concerniente al tráfico internacional de cocaína, las acciones del otrora miembro del M-19 y ahora presidente de la República de Colombia son alarmantes.
De momento el mandatario neogranadino le ha hecho la propuesta a Estados Unidos de no extraditar a los narcotraficantes. Este asunto realmente podría favorecer a muchos delincuentes que quieren quedarse a sus anchas dentro de su país burlando los controles de las autoridades y valiéndose de los conocimientos y contactos que pudiesen tener en su propio pateadero.
Basta con revisar la historia, para ver los privilegios que tuvo Pablo Escobar dentro de una prisión de su país, y ni hablar de los privilegios que tienen los jefes de bandas delictivas venezolanas dentro de las cárceles en las que ellos son la autoridad y disfrutan de fiestas y lujos que no son propios de un reo.
En momentos en los que la estabilidad de América Latina se tambalea, el arribo de Petro al poder representala última estocada al orden de la región. Los grupos irregulares armados celebran que personajes como Nicolás Maduro y el nuevo mandatario colombiano ocupen el poder de dos países que geográficamente son una pieza clave para los planes de crecimiento de los comerciantes de la droga.
Gustavo Petro no sólo pretende legalizar el uso de la marihuana tal y como expresó hace unas semanas, además busca darle una apariencia de pacificación a las acciones que simplemente benefician a los narcotraficantes. Petro ha suspendido la extradición mientras llega a un acuerdo con Estados Unidos.
Uno de los que celebra estas medidas es el hermano de la senadora Piedad Córdoba, Álvaro Córdoba, quien es requerido por una Corte del Distrito Sur de Nueva York por tráfico de cocaína a Estados Unidos. Él se ha mostrado seguro de que no será enviado a Estados Unidos y de que será absuelto de todos los cargos que pesan en su contra. Álvaro Córdoba además enfrenta señalamientos de estar vinculado al grupo residual de las disidencias de las FARC Gentil Duarte.
La expansión del crimen y la droga está devorando a casi toda la región gracias a los gobiernos anacrónicos de la izquierda. Es urgente que las fuerzas democráticas y cívicas no permitan que la anarquía y la delincuencia se adueñen del futuro de nuestros países. Para ello es fundamental reconstruir las bases de las instituciones, trabajar en construir nuevos liderazgos y así poder pintar el mapa de América Latina de nuevos colores con gobernantes que defiendan y representen los valores que definen la identidad de los latinos: trabajo, familia y fe.
Atrás deben quedar quienes sólo piensan en promover la droga y en darle prebendas a los delincuentes, atrás debemos dejar ese capítulo oscuro de la historia del continente.
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