Solo han pasado unos siete meses desde que el mundo se enteró de que un nuevo y peligroso coronavirus estaba entre nosotros y aún para el día de hoy lo que sabemos sobre covid-19 está cambiando rápidamente. Una pregunta ha estado en el fondo de muchas mentes en esta pandemia: si todos contraeremos el coronavirus eventualmente, ¿por qué no salir de eso ahora? Es una pregunta importante. Este es un virus nuevo para el cual es probable que ninguno de nosotros tenga inmunidad, cuantas más personas lo contraigan y más personas se vuelven inmunes, será más difícil que el virus continúe propagándose.

Sin embargo, probablemente necesitemos tener 65%-70% de la población inmune antes de que se extinga o se convierta en endemia. Si nuestra batalla contra el coronavirus es un juego de beisbol, estamos en algún lugar de la primera mitad del partido. Suena lógico aplanar la curva lo suficiente para evitar agobiar a nuestros hospitales y superar esto lo más rápido posible sin provocar un exceso de muertes. En días recientes expertos han puesto en duda el concepto de inmunidad de grupo, planteando la posibilidad de que la inmunidad sea de corta duración, quedando de nuevo vulnerables al virus como si nunca lo hubiéramos tenido, pero es probable que estos anticuerpos aumenten al volver a exponerse al virus y aún detener la reinfección, junto con el resto del sistema inmune.

Por otro lado, retrasar la propagación de la enfermedad no solo ayuda a los hospitales a hacer frente a las sobrecargas; también nos da tiempo para hacer investigaciones médicas, identificar tratamientos y encontrar vacunas, sobre todo en la población más vulnerable por tener los factores de riesgo ya conocidos. Nuestra experiencia lidiando con el virus nos ha confirmado esto último. Es quizás mejor enfermarse por el coronavirus ahora, que en los primeros meses de pandemia.

Si analizamos la historia en constante evolución de esta epidemia, al principio los médicos y los investigadores se centraron en la fase aguda del covid-19, pero un  seguimiento continuo después del alta médica  ha detectado la persistencia de algunos síntomas, denominados “síndrome poscovid-19” o pacientes de “larga duración”, apodo tomado de los transportistas de larga distancia (Long haulers).

Aproximadamente 80% de las personas con covid-19 termina teniendo una respuesta leve y la mayoría de esos casos se resuelven en aproximadamente 2 semanas. Para las personas que tienen una respuesta severa al virus, la recuperación puede demorar entre 3 y 6 semanas. Pero ahora hay reportes de casos de fatiga por coronavirus que están tardando mucho más en recuperarse.

Los síndromes posvirales ya eran conocidos, como en los casos de la gripe (influenza) o la mononucleosis (enfermedad del beso): los pacientes pueden seguir cansados ​​o fatigados y pueden tener tos persistente en el caso de la gripe, no relacionados con la presencia del virus. Algunas cifras  sugieren que desde un tercio hasta la mitad de las personas que se han recuperado de la fase aguda del coronavirus pueden no sentirse del todo bien por meses. Este virus es novedoso en el sentido de tener una respuesta inflamatoria que puede provocar cicatrices extensas en el pulmón y también puede atacar muchos otros órganos, como por ejemplo el tracto gastrointestinal, el sistema cardiovascular, la piel, los riñones, pérdida del olfato y problemas de la coagulación sanguínea en estos órganos. En el sistema nervioso los problemas de confusión mental pueden hacer sentir que tienen  “niebla mental” o la  llamada  “niebla del covid”.

El virus SARS-CoV-2 también se ha relacionado con la miocarditis (inflamación del músculo del corazón) con una frecuencia más alta que otros virus. Hay preocupación en los deportes con jugadores de alta intensidad como el baloncesto, de tener muerte cardíaca súbita si presentan esta afección ya sea sintomática o asintomática.

Lo mejor que puede hacer ahora es consultar a especialistas que evalúen cada caso en particular.  Pueden requerir un programa de rehabilitación poscovid o atención domiciliaria de soporte.

La ultima razón para recomendar una demora en el contagio de la covid-19 es el progreso extraordinario, en un tiempo récord, de la investigación de vacunas efectivas y seguras contra  el virus. La vacunación para prevenir la enfermedad podría comenzar en los próximos meses.

Nadie sabe realmente por qué ocurre el covid-19  prolongado. En el futuro podremos saber los efectos a largo plazo que tiene el virus en los riñones, los pulmones y el corazón. Tampoco sabemos qué proporción se recupera al 100%.  Todavía hay demasiadas incógnitas para hacer predicciones. Aún nos queda mucho por aprender y es necesario realizar más estudios.

Los médicos lo que podemos ofrecer al público es un llamado repetitivo para que se tome en serio el coronavirus, porque en este momento la única forma segura de no exponerse a los efectos de este virus caprichoso es no contraerlo en absoluto. Los síntomas crónicos pueden afectar a cualquiera impactando el regreso a sus labores habituales. Para los adultos mayores y con afecciones subyacentes vale la pena llevar ese día lo más lejos posible en el futuro, cuando estaremos mejor preparados para enfrentarlo. Hay que recordar que los jóvenes, con menos probabilidades de desarrollar una enfermedad grave,  pueden ser los propagadores que contagien a la población más vulnerable.

@santiagobacci


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!