Hace un par de años se nos acercó un joven emprendedor. Su objetivo era montar una fábrica de mayonesa. Había tenido en el pasado alguna experiencia en el rubro, al igual que su familia. La fortuna, también parecía sonreírle. Tenía facilidad para acceder a un crédito bancario. Sin embargo, y a nuestro juicio de forma correcta, el emprendedor nos contrató para que le realizáramos la valoración financiera del proyecto. No se sentía del todo cómodo con la posibilidad de introducir capital, endeudarse y de paso comenzar un nuevo proyecto si los números no cuadraban.

Y en efecto, los números no dieron. El modelo de negocios, luego de ser valorado, arrojó resultados que superaban por mucho los montos de inversión que inicialmente se tenían previstos, al igual que los tiempos de retorno serían mucho más largos de lo esperado. En resumen, la mejor inversión que pudo hacer este cliente fue tener su trabajo de consultoría y postergar su proyecto. En resumen: ya vendrá otro momento, otro entorno y circunstancias, para crear la tan ansiada fábrica de mayonesas.

Ejemplos como este nos suceden a diario con una diversidad importante de clientes. Debemos recordar que las empresas en Venezuela deben asumir distintos retos. Desafíos que involucran distintas aristas que engloban desde aspectos coyunturales de la ya conocida situación país, hasta temas mucho más cercanos a la gestión de negocios de cada empresa en particular. Dentro de estos últimos se ubican procesos que el propio empresario puede abordar, y con ello, generar un factor diferenciador en la administración de su compañía.

Uno de los aspectos que usualmente se dejan a un lado por no pocos empresarios es el de la planificación financiera. Es usual escuchar que en la Venezuela de hoy es prácticamente “imposible” planificar, porque el mediano y largo plazo se han transformado en odiseas cuya profundidad y laberintos se desconocen. Aún y cuando es cierto que el horizonte temporal en Venezuela representa todo reto, que los lapsos para la toma de decisiones usualmente deben achicarse por una cantidad diversa de variables, creemos posible, recomendable y necesaria la ejecución y desarrollo de una planificación financiera para los negocios y empresas.

Gracias a la llamada “planificación financiera” un empresario de forma organizada puede preparar una guía que le permita, con el detalle y la especificidad que requiera su negocio, contribuir a la consecución de los objetivos financieros que se haya fijado para un determinado ejercicio económico. ¿Qué implica ello en la práctica? Objetivos tan sencillos como perfeccionar su política de inventarios, comprar o vender mayor o menor cantidad de materia prima, o desarrollar proyectos de mayor envergadura, como la apertura de un nuevo local comercial, franquiciar la estructura de negocios o abrir una sucursal de la compañía en el extranjero.

¿Por qué sería entonces importante la planificación financiera? Sencillo. La misma es una herramienta que le otorga al empresario una mayor capacidad de previsión en la gestión operativa de su compañía, preparándolo para diversos escenarios de forma tal que sea más eficiente en el manejo de las entradas y salidas de flujo de efectivo que componen a su organización.

Dentro de la realidad financiera venezolana la planificación financiera se traduce en la práctica en dos elementos fundamentales: primero, en el estudio y proyección de los flujos de caja de la compañía dentro de un determinado plazo; segundo, el análisis de los estados financieros de la entidad para el período sujeto a estudio. En un marco de negocios caracterizado por una notoria informalidad en no pocos casos, la tarea de la planificación financiera se transforma en un asunto imperativo. Como quiera que buena parte de las empresas locales cierran su ejercicio económico en diciembre, la preparación de la planificación financiera en el último trimestre del año resulta aconsejable e idónea.

Algunas preguntas pueden servir de guía para la elaboración de una planificación financiera. ¿Cuáles son sus objetivos como empresa? (Por ejemplo, nacimiento de proyecto, expansión, retoma de operaciones, estabilidad) ¿Su organización prepara flujos de caja? ¿Con qué frecuencia y bajo qué parámetros los realiza? ¿Tiene usted estados financieros? ¿Qué tipo de estados financieros? ¿Preparan los estados financieros solo para cumplir con un requerimiento regulatorio-formal o realmente reflejan la salud financiera de la organización? ¿Cuál es el plazo de la planificación? ¿Cuáles son los indicadores de gestión que se emplean para hacerle seguimiento a la planificación? ¿Se tiene un plan “b”, o varios escenarios para ajustar las velas de la compañía en función de cómo se vaya dando el desempeño de la organización dentro del plazo de la planificación?

Las preguntas citadas anteriormente no constituyen un cuestionario que debe seguirse a rajatabla, pero sí un punto de partida para que se evalúe la pertinencia de realizar una planificación financiera para su compañía. Cada organización, como se mencionó, tendrá sus propias necesidades y particularidades, de allí que la planificación termine por adaptarse a cada objetivo particular.

Un aspecto importante a resaltar es que la planificación no va dirigida exclusivamente a las grandes empresas y corporaciones, las cuales, usualmente, tienen su propio equipo financiero capaz de preparar la planificación. Por el contrario, esta herramienta reviste especial importancia para la pequeña y mediana empresa, y también para proyectos que se encuentran en una fase inicial de desarrollo. La razón es evidente: emprender, hacer negocios, siempre tendrá un grado de incertidumbre y riesgo. Cuanto más preparado se esté preparado para enfrentar estas variables, que en mucho caso son imponderables, mayores serán las posibilidades de capear el temporal que implica hacer negocios. Mucho más en esta Venezuela, llena de retos, pero también de oportunidades.

¿Qué sucede si no se cuenta con el equipo financiero para desarrollar una planificación? La solución no es otra que ubicar una consultora que esté en capacidad de brindar el servicio. De alguna manera, este cometido forma parte de nuestra misión a través de distintos espacios, tanto profesionales como académicos. ¿La razón? El éxito es nuestro compromiso. Un compromiso que se extiende para todo el sector empresarial venezolano.


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