Fuerzas Armadas
Foto: Archivo

«Un militar no tiene virtualmente que meterse, sino en el ministerio de sus armas». Simón Bolívar.

Este enunciado del Libertador y Padre de la Patria, poco o mejor dicho nada les importa a quienes se rasgan las vestiduras y manifiestan ser fervientes «bolivarianos», pues contradicen en toda su expresión el ideal del hombre que ofrendó su vida en procura de la independencia y libertad de la patria que lo vio nacer.

La Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional en vigencia con Rango, Valor y Fuerza de Ley, oculta entre sus páginas la intención perversa de destruir los valores y principios, constituyéndose en un obstáculo infranqueable de las pretensiones abyectas de este régimen, de mantener el modelo político castro-comunista en Venezuela, reñido y rechazado por las mayorías democráticas del país y en clara violación a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

La promulgación de esta ley exhibe con impudicia y desprecio absoluto por la Constitución de la República, Poder Electoral, Estado de Derecho y la soberanía de un pueblo. El régimen lo hizo con la deliberada intensión de mantenerse en el poder, y en su obsesión acordó la creación de unas montoneras denominadas Milicias, que no son otra cosa que civiles militantes del partido PSUV, uniformados y listos para defender al régimen en cualquier eventualidad que se pudiese presentar.

Justifican la creación de la Milicia como una fuerza de complemento. Los teóricos al servicio del régimen desconocen que a finales del siglo XVI, cuando comenzó a organizarse en Europa el Ejército, se separaron los conceptos de Ejército y Milicia, que habían prevalecido como fuerzas improvisadas del pueblo, por tanto se encuentran desubicados en el tiempo con su nueva doctrina y pensamiento militar.

El peligroso contenido antidemocrático, totalitario y militarista de esta ley es una responsabilidad inexcusable de la institución armada, garantes de los valores y principios de la democracia, de la paz y la libertad.

No hay duda alguna de que Hugo Chávez tuvo y logró la finalidad de convertir las Fuerzas Armadas en una fuerza pretoriana y permitirle el propósito de eternizarse en el poder como las dictaduras del Medio Oriente y del Norte de África, legado que su hijo putativo y heredero de la corona Nicolás Maduro aplica hoy en día con más énfasis.

Un análisis retrospectivo nos permite recordar que desde el nacimiento de una nueva Constitución para nuestro país, redactada por una Asamblea Nacional Constituyente y aprobada por el pueblo venezolano a través de un referéndum democrático el 15 de diciembre de 1999, se reemplaza la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nacionales vigente desde el 22 de febrero de 1995, Gaceta Oficial 4844 por La Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, en la que el artículo 328 de la nueva Constitución de la República sigue integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional y se hace un cambio trascendental, al otorgar el derecho al sufragio al personal militar en actividad en conformidad con la ley, sin que les esté permitido optar a cargos de elección popular ni participar en actos de proselitismo político (artículo 330 Constitución)

Durante el período 2005-2010, la LOFAN ha sido objeto de transformaciones legislativas, violando en forma sistemática la Constitución Nacional, con la incorporación de conceptos no establecidos en la misma.

La primera reforma parcial se promulgó en Gaceta Oficial 38280 el 26 de septiembre del 2005, en la que se introduce la Reserva Nacional y la Guardia Territorial que complementan los componentes militares, para la consolidación de la integración cívico-militar dentro del concepto de la defensa integral de la nación.

Posteriormente aparece el concepto de «resistencia popular» y en mayo de 2007 se introduce en la Fuerza Amada Nacional el lema o saludo obligatorio: “Patria, socialismo o muerte” y como respuesta “Venceremos”, frase proveniente de las Fuerzas Armadas de Cuba, comenzando de esta manera la implantación del nuevo pensamiento militar venezolano, el cual obviamente lo ponen en práctica a diario en las instituciones militares, en las cuales ahora le agregaron otro slogan patriotero: «El sol de Venezuela nace en el Esequibo».

De acuerdo con el análisis realizado por jurisconsultos y profesionales de las Fuerzas Armadas, las sucesivas reformas de la LOFAN han sido violatorias de lo establecido en los artículos 328, 330 y 331 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y realizadas en forma sistemática para involucrar a los integrantes de la FANB en la diatriba política nacional. La Milicia Nacional no aparece como componente militar en el artículo 328 de la carta magna, pero la incluyen en la organización de la FANB (artículo 5 de la LOFANB) después de los componentes militares en forma específica y destinada a complementar a la FANB en la defensa integral de la nación y las Regiones Militares, como organización operacional. El legislador no la denomina propiamente como componente; pero en la práctica tienen algunas funciones similares a los otros componentes, con la diferencia de que en la Milicia sus miembros no ejercen la profesión militar, pero si tienen militancia política.

En conclusión, estás y otras reformas posteriores han impuesto un proyecto militarista, totalitario y de corte fascista que no ha podido controlar a la mayoría de los integrantes la FANB, y lo que han logrado es confusión, aumento de la nómina improductiva, planificación desordenada, desconfianza y animadversión de la población civil a la FANB.

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