Hay quien se mete en política por los principios y hay quien lo hace por beneficio. En el caso de los actuales dirigentes políticos que le dan oxígeno a Maduro mientras se hacen llamar de oposición conviene preguntarles: ¿Hasta qué punto el beneficio personal está por encima de los valores de la justicia y del amor hacia el país? Ellos saben lo que están haciendo. Cuando se sientan a dialogar con el régimen hipotecan al país. Realmente no han demostrado tener empatía por el pueblo que padece por culpa de una dictadura que ha destruido a Venezuela.
Un cargo no convierte a nadie en líder; muchos políticos ocupan importantes posiciones pero jamás tendrán lo necesario para liderar. Cuando un individuo o un grupo es capaz de dejarse comprar o cuando reculan en sus ideales, se convierten en una suerte de lacra, que refuerza la equivocada idea colectiva que esgrime que todos los políticos son corruptos.
¿En qué ayuda a la lucha por la libertad de Venezuela que la oposición se siente a dialogar con la dictadura? ¿Es que acaso todos los diálogos que la oposición ha sostenido con el régimen han servido para algo? Quienes hacen acuerdos con Maduro, no piensan en el sufrimiento de los venezolanos, no les interesa realmente la libertad para la nación, por el contrario, es precisamente esa situación la que les puede otorgar mejores beneficios personales a ellos, a cambio de hacer la pantomima de un diálogo con el que hacen creer que buscan sacar al tirano. Hoy en día todos somos conscientes de sus incapacidades políticas y morales. Ellos apuestan por el levantamiento de las sanciones a Maduro a cambio de puras pendejadas que realmente no se corresponden con el clamor de un país que reclama que se restituya la democracia.
Si realmente Joe Biden termina por levantar sanciones a la dictadura de Venezuela y dejar que la compañía petrolera Chevron negocie con Pdvsa, eso podría facilitar que sigan beneficiándose a sus anchas los chavistas corruptos. Todos hemos conocido las recientes noticias que se han publicado sobre este tema. Es una vergüenza que este giro responda presuntamente a una petición del gobierno interino de Juan Guaidó. La información fue dada a conocer por un funcionario de alto nivel de la Administración estadounidense, que quiso mantener su identidad en el anonimato. También señaló que dichas decisiones son resultado de un acuerdo de ambas partes -oposición y chavismo- para “volver a las conversaciones, que deberían anunciar muy pronto”. Como guinda del pastel no hay que olvidar que además le levantarían las sanciones a Carlos Erik Malpica Flores, exfuncionario de alto rango de Petróleos de Venezuela y sobrino de Cilia Flores.
La verdadera oposición a la dictadura de Nicolás Maduro y al chavismo corrupto no está representada por los dirigentes políticos que se sientan a dialogar con el genocida, la verdadera oposición la hacemos los millones de venezolanos que construimos país dentro y fuera de nuestras fronteras, trabajando y dejando el nombre de la nación en alto a pesar de las circunstancias que oprimen. Los auténticos líderes, son los ciudadanos de a pie que todavía apuestan por el futuro del tricolor, quienes denuncian la realidad y quienes no pierden la fe de reconstruir a Venezuela, libre de los delincuentes que gobiernan en este momento y de los políticos sin gloria.
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