La manipulación mediática y la propaganda están más activas que nunca. El proceso electoral del 2024, igual que las guerras, activa inmensos recursos para confundir y «vender» candidatos. La realidad-real pasa a un segundo lugar o simplemente se ignora.

Que MCM ganara en buena ley unas primarias y recibiera un respaldo de dos millones y medio de votantes, no tiene ninguna importancia para los «oportunistas». En una elección de verdad, Maduro, con 14% de intención de voto, ya estaría fuera de competencia.

Entonces viene la «operación fraude» que arranca con la inhabilitación de la candidata de la mayoría y el silencio o la conducta cómplice, por no decir la alegría, de sus adversarios y competidores en las dos orillas. La oposición se fragmenta y el régimen feliz.

Entonces empieza la “pesca en río revuelto”, cualquiera puede ser candidato a perdedor, que es el propósito del régimen, rechazado por la mayoría, pero candidato dócil y a la medida del régimen que, desesperado, anda fabricando estos «hombres de paja».

La otra estrategia del régimen es desmoralizar y desactivar la participación; crear un sentimiento fatalista de derrota anticipada. De allí la importancia de mantener fuerte la decisión de organizarse, participar y votar. Igualmente, el no caer en provocaciones de violencia.

La ruta es electoral y pacífica. María Corina Machado es candidata por decisión popular y ella no puede abandonar la candidatura porque, de hacerlo, estaría faltando a su compromiso con una gran mayoría nacional, como lo demuestran, día a día, todas las encuestas.

MCM está en su derecho y obligación de mantener y desarrollar su campaña electoral y, según todas las encuestas, con la primera opción para ganar las elecciones presidenciales. Que el régimen no le va a permitir ser candidata es obvio, porque perderían con toda seguridad. Pero nadie se retira porque el adversario quiera. Cuando llegue el momento de la inscripción electoral, se sabrá a qué atenerse y, de seguro, MCM y sus equipos de asesores sabrán qué hacer. Y si ello obligara a apoyar otra candidatura, se verá y se sabrá en ese momento. Lo único cierto es que MCM le gana a Maduro y si no es ella, solo puede ganarle a Maduro a quien ella apoye.

Es la gran electora de este proceso, no por mesías ni providencialismo, sino porque así lo ha decidido la mayoría. Otro candidato(a) opositor, sin su apoyo, no pasaría de ser comodín del régimen para aceptar los resultados, a favor de la continuidad de Maduro.

El gran problema de muchos aspirantes es reducir la política solo a la política y olvidan que a veces la política también es historia.

 


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