La pregunta que titula este artículo es la que se hace la mayoría de venezolanos que aún apuestan por una salida mediante el voto popular, ante unas elecciones controladas por un régimen neototalitario que ejecuta de manera abusiva las decisiones del resto de los poderes y donde la «inhabilitación» de María Corina Machado, convertida en la líder de la oposición, es el signo más evidente de la pérdida de la democracia en la otrora patria del Libertador.

Por ello, la respuesta a tal interrogante es que ya Nicolás Maduro hace mucho tiempo fue derrotado, cuando en 2015 fue aplastado por la mayoría de la oposición en la Asamblea Nacional. Fue ese día cuando en su discurso derrotista dijo que «más nunca» podían ir a otras elecciones para perderlas.

Desde entonces, se conjugó en 2017 una ilegal e ilegítima «constituyente» que fue convocada sin previo referendo, como sí se realizó en aquella de 1999, y peor, que estuvo marcada por una elección de segundo grado, cerrando todos los espacios a la oposición, y cuyo parlamento con mandato 2016-2021 fue disuelto de facto por una «sentencia» del TSJ que la consideró en «desacato».

A partir de tal alteración constitucional vino la elección de Nicolás Maduro en 2018 -con un llamado equivocado a la abstención por parte de la oposición- con un país que ya había sido golpeado por la crisis económica desde que este asumió el poder en 2013 y que solo generó el desconocimiento de la comunidad internacional a su autoridad, junto con la aplicación de sanciones por Donald Trump, lo cual terminó de multiplicar los problemas, porque el madurismo, pensando que podía gobernar con los apoyos de China, Rusia e Irán, demostró que todo ha sido monserga y los resultados de la gestión del régimen una bazofia política.

Por supuesto que la elección de la Asamblea Nacional en 2020 fue otra pantomima, máxime cuando se aumentaron el número de «diputados» también de manera arbitraria y, por ende, consolidaron el neototalitarismo en Venezuela.

Ante tal realidad, lo único que ha crecido con el régimen de Nicolás Maduro ha sido la pobreza, la miseria, la destrucción de los servicios públicos, la degradación de la educación, y la liquidación del sistema de salud, sin obviar que Pdvsa prácticamente está en ruinas, lo que ha ocasionado que casi 8 millones de venezolanos hayan abandonado el país, con la consecuente pérdida de técnicos y profesionales universitarios.

Así, luego de que Maria Corina Machado ha sido erigida como la conductora de la oposición, solo queda apostar que ante su casi nula posibilidad de inscribirse, surja una sustitución que mantenga la unidad, y ese 28 de julio, tal como ocurrió el día de las elecciones primarias, la gente salga masivamente a decirle adiós al régimen que ha destruido a Venezuela.

Nicolás Maduro no podrá ganar sobre cualquier candidatura que nazca del acuerdo entre la auténtica oposición, razón por la cual al régimen solo le queda huir hacia adelante, porque sabe que no cuenta con apoyo popular. El régimen está derrotado.

@vivassantanaj_


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