Muchas veces, creemos tener el control, sin embargo, no nos hemos detenido a darle prioridad a la necesidad de planear nuestra propia vida y podemos pasar por alto este aspecto. Por tal motivo, es pertinente plantearnos una planificación con metas establecidas y las vías más acertadas para cumplirlas.

Así,  instaurando pautas oportunas que tengamos ya consideradas, tratamos de controlar lo mejor posible el camino que vamos a recorrer a lo largo de nuestra existencia, a pesar de que la dinámica del  entorno que nos rodea sea cambiante y no lo podamos dominar.

No obstante, es relevante recordar que pueden presentarse imprevistos que nos afectan, lo cual no debe invalidar la necesidad de contar con ese importante plan, para replantear y obtener respuestas a esas situaciones inesperadas.

Este nos ayuda a disponer de una guía que facilita nuestro desarrollo como individuos y permite estar preparados para enfrentar nuestro porvenir. Se hace pertinente tener en cuenta la importancia de plantearnos esta estructura englobando ideas e imágenes que nos lleven a decidir las acciones más convenientes.

Un plan de vida consiste en una proyección personal que se fija a largo plazo para considerar las metas que debemos establecer durante el transcurso de nuestra existencia, tanto a nivel personal, familiar, profesional, como emocional, el cual debe incluir el proceso y los pasos a seguir para alcanzarlas.

Nos conduce a contar con una especie de guía que contenga un plan de acción. Es así como en las etapas propuestas para nuestra planificación hay que abarcar lo que deseamos acometer, estipulando además los términos a cumplir, lo que quisiéramos lograr en cierto tiempo, revisando periódicamente para efectuar los ajustes necesarios.

Así mismo, resulta acertado considerar la importancia de realizar una revisión de manera periódica sobre cómo está marchando, pues así los individuos podemos aplicar correctivos, vigilar que no nos desviemos del recorrido para alcanzar el cometido final y en caso de no obtener los resultados que deseamos, proponernos acciones diferentes.

Debemos hacer un esfuerzo por apegarnos a nuestros principios para mantenernos firmes en lo correcto. Solo aplicando la práctica de una planificación en nuestra vida podemos aprender y perfeccionar esta excelente herramienta.

Resulta muy importante tratar de evitar la  toma de decisiones equivocadas, no dejarnos arrastrar por el conformismo, ni llevar una existencia que no nos llene, tomando acción y planificando para lograr nuestro cometido, así como los cambios  fundamentales.

Para resumir esta idea, se puede decir que la utilidad de un plan de vida reside en la posibilidad de proponerse cuestionamientos como  adónde queremos llegar, qué deseamos alcanzar y analizar si estamos enfocados en el camino correcto para lograrlo.


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