Cuando el mundo parece estar al borde del inicio de un enfrentamiento de alto voltaje entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN, cuyas consecuencias abarcarían a ellos y a muchos otros Estados, resulta que quien ejerce la Presidencia de México no encuentra mejor tema de reclamo que la presentación de una insólita carta  dirigida el rey don Felipe VI en la que le informa que ha resuelto “pausar” las relaciones entre su país y España porque el Borbón aún no ha pedido perdón por los saqueos cometidos por españoles durante los tres siglos de vigencia del esquema colonial (1521-1810)  que dio lugar a una misiva previa, la cual aún no ha recibido la real respuesta.

Cabe hacer justicia a nuestra “revolución bolivariana” honrando los méritos del ciudadano Maduro, quien con motivo del último Día de la Hispanidad, en octubre de 2021, inventó lo de los reclamos presentando una insólita misiva dirigida al señor Felipe Borbón, rey de España, la que “tiene como fin protestarle la indignación que como pueblo amerindio, multiétnico y pluricultural, sentimos en la República Bolivariana de Venezuela al ver cómo 529 años después se sigue celebrando lo que, a la luz de la historia y la razón universal, fue una de las más sangrientas conquistas”.

Esta misma semana que concluye, don Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, para no ser menos, se ha permitido copiar el gesto y los argumentos del señor Maduro con una  pizca adicional de machismo mexicano informando a quien constitucionalmente ostenta el título de rey de España que pausa o suspende las relaciones  bilaterales y se tira al suelo como  niño malcriado  anunciando  “no juego más hasta que no pidas perdón” .

En artículo publicado en esta misma columna el 26 de octubre pasado (https://www.elnacional.com/opinion/senor-felipe-pida-usted-perdon/) señalamos que en efecto, la colonización española en América tuvo características de saqueo y abusos injustificables tanto entonces como ahora. Así mismo es el caso con las Cruzadas que en la Edad Media asolaron Europa y Palestina con el objetivo de recuperar para el catolicismo los santos lugares donde Jesús ejerció su ministerio o la conquista europea de África, etc.

No deja de ser cierto también que algunos jefes de Estado o dignatarios hayan pedido perdón en algún momento por los sufrimientos causados por sus antecesores pero también es cierto que las consecuencias de las grandes mareas de la historia universal no pueden ni deben erigirse como argumentos constantes para revivir asuntos que llevan siglos transcurridos  y cuyas consecuencias no se pueden retrotraer a menos que su no tan lejana ocurrencia aun lo permita como es el caso  del holocausto causado por los turcos a los armenios en 1915, o por los nazis a los judíos, o por los rusos a los ucranianos en 1933 por el hambre, conocido como “holomodor” que aun tienen  la posibilidad de ser objeto de reconocimiento y perdón, pero no parece conveniente rescatar viejos odios a los que el tiempo cubrió con el olvido y menos aun el caso de la conquista y colonización española en América como consecuencia de la cual cientos de millones de hispanoamericanos compartimos valores comunes que nos identifican como hermanos en la historia además de que mantenemos filial relación con la que llamamos Madre Patria.

Así, pues, no se puede sino expresar sorpresa ante la nueva ocurrencia de AMLO expresada entre los aburridos balbuceos que caracterizan sus tempranísimas ruedas de prensa diarias además de la  subsiguiente carta a Don Felipe profusamente circulada de seguidas. Ello seguramente será acompañado por importantes reacciones políticas y económicas cuyas consecuencias se harán sentir tal vez mas en México que en España dada la mucho mayor presencia de intereses españoles en tierras mejicanas que viceversa.

Tal vez fuera pertinente sugerir al pintoresco mandatario mexicano que coja mínimo sometiéndose a una consulta psiquiátrica y ─si le recomiendan reposo─ lo aproveche revisando la historia de su propio país cuyos habitantes originarios, los aztecas, se distinguieron por las prácticas más crueles y sanguinarias de cuantas se conocieron en las tierras que fueron conquistando. Claro, Moctezuma y sus descendientes directos ya han desaparecido, pero quien hoy constitucionalmente representa la mexicanidad bien pudiera abrazar la noble causa de pedir  el perdón para los mexicanos de hoy que, para bien o para mal, son sus causahabientes. Dicen que lo que es igual no es trampa.

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OTROS: Ya Diosdado se apropió de los bienes y de  la sede de El Nacional. Ahora amenaza con que “le provoca cogerse la página web” desde la cual aún podemos expresar la escasa opinión sin censura que se lee en nuestro país. Seguiremos luchando y seguiremos opinando por este o por cualquier otro medio mientras ello contribuya al rescate de la democracia.

 

@apsalgueiro1

 

 


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