Sí, el titular de este artículo es cierto, pero no me refiero con esa expresión a lo que comúnmente alude, que es sobre orientación sexual, sino sobre la orientación ideológica de su gobierno. La verdad es que se escondió en el clóset solo temporalmente para ganar las elecciones y para darle un poco de fachada decente a la sumisión burdelesca de conservadores y liberales siendo parte de la coalición de gobierno del socialismo del siglo XXI.

Sí, me refiero a que salió del clóset de “moderado” o socialdemócrata para declararse lo que ha sido toda la vida y quiere que sea la orientación de su gobierno: un revolucionario marxista, enemigo de la democracia y que intenta su destrucción por la vía insurreccional, ahora disfrazada por la estrategia del Foro de Sao Paulo, que utiliza la vía electoral para destruir la libertad democrática desde el poder. En el discurso de la Asamblea de la ONU, Petro expresó los lineamientos programáticos de su gobierno. Pero en el discurso de la minga indígena en Caldono (Cauca) reveló su estrategia insurreccional para extender su poder en el tiempo y en el contenido por vía de la “legitimidad de la calle”.

En el discurso de la ONU, el discurso de Petro fue claramente de alineación con el eje totalitario mundial (p. ej. no es casualidad el discurso de apoyo de Putin a Petro ese mismo día), con dos denuncias falsas: la derrota de la guerra de las drogas y el cambio climático. Hizo su plataforma programática para la instalación del socialismo del siglo XXI, que analicé en un artículo anterior (https://www.elnacional.com/opinion/discurso-vergonzante/), en él con falacias critica al sistema capitalista para defender su dependencia de los narcoterroristas y su estrategia de decrecimiento, ambas con la finalidad de convertir Colombia en un narcoestado del socialismo del siglo XXI como sus aliados Ortega y Maduro, con el apoyo de los tiranos Putin y Xi Jinping .

En el discurso de Caldono explicita su estrategia revolucionaria declarándose enemigo de la democracia y explicando su vía para perpetuarse en el poder. Petro siguiendo la estrategia leninista de declarar un enemigo interno, expresa que el enemigo de su gobierno es nada menos que la institucionalidad democrática, “los procedimientos construidos y escritos a través de normas, durante décadas… normas hechas por los privilegiados del Estado», para apoyar su estrategia de instauración de la dictadura del socialismo del siglo XXI.

Petro declara claramente su intención de instauración de la lucha de clases al atacar“a una oligarquía que ha gobernado a Colombia en los últimos dos siglos, llenándose de privilegios, de dinero, de fortunas, extraídos de la injusticia social», con la monserga de la justicia social y el gobierno de los pobres copia a Chávez para atraer a la masa de “desposeídos” los cuales los perpetuará en la miseria para hacerlos dependientes del régimen.Se lanza en ristre contra las instituciones democráticas, las cuales las personifica en «funcionarios que tienen el corazón en la codicia, en el bolsillo, a ver si se llenan de billetes» para justificar el desmantelamiento del Estado democrático en aras de la instauración del narcoestado.

La legitimidad democrática la sustituirá por un régimen personalista, estalinista que se acoge al método del populismo de Laclau, que postula la posibilidad de articular clase y pueblo, socialismo y populismo. Este ideólogo del socialismo del siglo XXI apoya un régimen personalista con legitimidad populista, basado en la continuidad entre socialismo y populismo, por eso Petro proclama una nueva “legitimidad” para su régimen: «Es convocando a la población a las calles, a las plazas públicas, para construir colectivamente el país que queremos». «Lo que queremos es 1 millón de personas saliendo a la plaza pública». Es «esa legitimidad» basada en «ríos de gente que salgan a apoyarme» a lo que él invita, a «que se apropien del poder», a hacer «una redefinición de la democracia».

La lucha de clases marxista-leninista la traslada Petro a las Fuerzas Armadas y de Policía, pues como magistralmente lo expone Enrique Peñaloza en un artículo de lectura indispensable:

“Petro sabe que esas manifestaciones masivas y acciones populares azuzadas por él pueden llegar a incluir violaciones de la Ley. Para Petro es esencial que el Ejército y la Policía no actúen contra los que cometan delitos con el objetivo del «cambio» y que respalden su gobierno. Ningún policía o soldado hace parte de la oligarquía opresora. Repite varias veces en su discurso que el pueblo no debe luchar contra el pueblo «uniformados por el Estado, uniformados por la insurgencia, matándonos…». Sus ministros de Defensa y Justicia trabajan en neutralizar a policías y soldados, a la vez que Petro busca persuadirlos de que ellos no deben actuar como guardianes de la Ley y las instituciones, sino como parte del pueblo explotado.” ( https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/enrique-penalosa/columna-de-enrique-penalosa-sobre-los-discursos-de-petro-710511 ).

Petro, pues, proclama que su gobierno actuará bajo una nueva “legitimidad” que resolverá las contradicciones de 200 años de historia colombiana dominada por una “oligarquía esclavista”, hace el llamado a la defensa de esa lucha de clases oligarquía- pueblo, bajo la receta de todos los líderes socialistas prometiendo el paraíso cuando se conforme el “hombre nuevo”, pero como remata Peñaloza:

“Pero claro, para eso va a requerir más tiempo. Lo que se interpone ante la necesidad de tener más tiempo como líder supremo, es el plazo definido por la Constitución y la ley. Pero esas son normas ilegítimas de un Estado al servicio de la oligarquía, que no es menester acatar. Solo hay que obedecer la verdadera democracia, que es el pueblo. Y no el pueblo que vota, sino el que sale a las calles. «El gobierno del cambio se volverá del cambio, si hay pueblo en la calle”. (ídem).

Petro, pues, salió del clóset, proclamó lo que quiere hacer, la instauración de la dictadura del socialismo del siglo XXI, ya no hay duda de sus pretensiones dictatoriales y socialistas, va con toda a la destrucción de la democracia, él no disfraza sus intenciones, Conservadores y liberales están plegados a esa nueva “legitimidad” apoyándole a pupitrazos las reformas legislativas para el montaje del andamiaje de su tiranía del socialismo del siglo XXI. ¿Se va a quedar el resto del país, la gran mayoría de demócratas, el verdadero pueblo republicano de brazos cruzados? ¿Va a instaurar Petro el socialismo del siglo XXI ganando por W.O? (walkover, o sea, por no presentarse a la cancha).


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