John Nash

Llegar a redactar este artículo en particular y, en especial, comentarte sobre “Petipuá” (así mismo como lo estás leyendo es como sus creadores denominaron este proyecto ya en ejecución) pasó por varias consideraciones y extrañas conexiones.

Petipuá surge de un grupo de profesionales de las áreas de comunicación, medios de comunicación y ciberespacio, cuya cabeza visible y representativa es un muy querido amigo, Eduardo Antonio Caballero Ardila.

Petipuá enfoca sus investigaciones y proyectos en la Educomunicación, un área de intersección entre la educación y la comunicación.

Su misión es exclusiva y eminentemente educativa en la comunicación  y consiste en concientizar a jóvenes, padres, maestros, educadores, comunicadores y otros profesionales de las ciencias sociales y económicas -y en general a todos los sectores de la sociedad- sobre la necesidad de entender la verdadera dimensión de Internet, de saber diferenciar el área sana de Internet del área de su inframundo (“Deep Internet”), de entrenar a los cibernautas –especialmente a los más jóvenes- a navegar responsablemente por el área sana y a aprender a identificar los mensajes y contenidos.  Advierto vehementemente que Petipuá no tiene nada que ver con actividades políticas, ni su objeto es político. No tiene fines de lucro y su ethos es totalmente académico, abierto a todos quienes se interesen en la Educomunicación.

En la zona donde resido es absolutamente normal que diariamente se interrumpan el servicio eléctrico, el servicio de Internet de Cantv y la señal por vía de telefonía celular; todos simultáneamente.

Totalmente incomunicado en estos repetitivos sucesos casi que a diario, pensé que aprovecharía el tiempo y que me retaría a mí mismo a iniciar dos proyectos rezagados desde hace mucho tiempo y que me ilusionan mucho: Wff ‘N Proof, el juego de lógica moderna de Layman E. Allen (University of Michigan)  y The Propaganda Game de Robert W. Allen (Nova Univerity) y LorneGreene (NBC Paramount Studios).

Convertiría –pensé- una situación de carencia en una oportunidad ya que ambas actividades se pueden llevar a cabo con la iluminación de velas, lámparas de aceite o lámparas de kerosene. El pequeño detalle –pasado inadvertido- es que ambos juegos están diseñados para ser jugados con la participación de dos y hasta cuatro jugadores y, pues, necesito, al menos, un compañero de juego para esas horas de oscuridad e incomunicación; compañero a quien no puedo contactar por estar precisamente incomunicado.

Me entusiasmé con el juego Wff ‘N Proof, el juego de lógica  moderna cuando leí en la introducción un ejemplo presentado por el autor. Pensé que me iba a gustar. Sin embargo, hace pocos días tuve la oportunidad de ver nuevamente con mi hijo mayor la película Una Mente Brillante, ganadora de cuatro premios Oscar en 2002, sobre la vida adulta de John Forbes Nash, Jr., ganador en 1994 del Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel y el Premio Abel en 2015.

Me gustó mucho la escena de la película en la cual muestran las palabras de aceptación pronunciadas por John F. Nash y decidí buscarlas. Parte de sus palabras en aquella escena -dirigiéndose directamente a su abnegada esposa, Alicia Lardé,- fueron: «Es sólo en las misteriosas ecuaciones del amor donde se pueden encontrar razones lógicas». Viniendo de un lógico que se codeaba diariamente con Albert Einstein, quería leerlas completas y de la fuente original.

No encontré por ninguna parte ese discurso de John Nash. Resulta que John Nash no pronunció ningún discurso ni dictó ninguna conferencia durante la ceremonia de otorgamiento y aceptación del premio en 1994.

En cierto modo me sentí intrigado por la película porque las escenas del supuesto discurso eran muy emotivas y me conmovieron. Me recordaron dos discursos de mi papá refiriéndose a mi mamá, a quien mi papá le expresaba su profundo amor y cariño y reconocía el invalorable mérito de mi mamá en la obra de mi papá. Quizás la mayor expresión de respeto mía hacia mi papá fue su amor, dignidad y caballerosidad al compartir sus logros y méritos con mi mamá. Y me enorgullezco por ambos.

Resulta que en la película que comento, alguien había cambiado la realidad y presentado, a través de una película muy exitosa y famosa, unas situaciones que no eran del todo ciertas. Entiendo que hubo razones para hacerlo y las respeto y, más aún, las aplaudo. Es que la receta que utilizó John Nash para sí mismo no es para todo el mundo. Pocos pueden neutralizar la esquizofrenia a fuerza de lógica y de voluntad.

Si deseas ver y oír una versión más apegada a la realidad, te recomiendo que veas https://www.youtube.com/watch?v=AqzLizhLvEI , un documental donde participan los colegas de John Forbes Nash, Jr. en MIT, en Princeton University, Louis Nirenberg (colaureado con el Premio Abel 2015 y, quizás, el último en conversar con él) y Cédric Villani.

Y si quieres afinar aún más la razón que tuvieron para variar en la película los eventos de los tratamientos psiquiátricos y la forma en que John Nash se sobrepuso a la esquizofrenia, te recomiendo que veas «Ideal Money and the Motivation of Savings and Thrift»  y la introducción que hace el presentador en la conferencia dictada por John Nash en la Universidad de Stranton.

Mi incomodidad –no por la película, los guionistas, directores y actores- fue muy circunstancial y envuelta en mi experiencia personal. Se centró en la escena más emotiva y conmovedora que obviamente fue utilizada a propósito para manipular a la audiencia. Confieso que me hizo llorar. Además, fue un poco torpe la manipulación porque es fácilmente comprobable que es falsa. Pero la pregunta permanecía sin respuesta: ¿por qué, cuál fue la intención de tergiversar los hechos en este particular aspecto que no era determinante en la trama?

Quizás por eso me decidí a comenzar por el juego de la propaganda en lugar de Wff ‘N Proof, el juego de lógica moderna y empecé a aprender las reglas del juego. Entendí que las reglas adjetivas son casi que irrelevantes. Están allí para darle un sentido de juego.

Lo importante es que en las reglas sustantivas se encuentran las explicaciones de las técnicas de persuasión y el objetivo de sus creadores es comenzar a enseñarte –como si estuvieras jugando- a distinguir las técnicas de persuasión y -en lo siguiente hacen mucho énfasis los creadores- a identificar la técnica, pero de conformidad y con la perspectiva de la intención de quien intenta persuadir, y no desde la perspectiva que tú supones que utilizarías siendo honesto a lo cual llaman la “Regla de la Predicción”.

La versión del juego que tengo es del año 1988 –atención: que para ese entonces, Internet estaba en pañales y las redes sociales ni concebidas- y de su introducción –la introducción que hace Robert W. Allen- traduzco y transcribo los siguientes extractos: «La propaganda es un tema de gran preocupación en nuestra sociedad actual (1988), quizás más que en otras sociedades de la historia …» (subrayado y paréntesis añadidos).

«Y, lamentablemente, es demasiado frecuente que esa propaganda se utilice para hacernos aceptar puntos de vista cuestionables, para hacernos votar por hombres que pueden no ser aptos para un cargo público y para hacernos comprar productos que son inútiles y a veces, incluso, peligrosos. Por lo tanto, la propaganda, o el método de influir en las personas para que crean ciertas ideas y sigan ciertos cursos de acción, es de especial importancia para cada uno de nosotros (subrayado añadido).

«La propaganda, tal como la conocemos hoy, puede ser un arte nefasto o noble. Porque en un momento sus técnicas pueden usarse para avivar el odio social entre grupos de personas; en otro momento, sus métodos pueden emplearse para mover a las personas a actos de empatía y de bondad. Por lo tanto, es importante que consideremos el motivo de una persona para usar una técnica de propaganda, así como comprender que se ha usado una técnica. (subrayado añadido).

«A menudo, las ideas o los hechos que deseamos transmitir están vinculados con palabras sobre las que todo el mundo tiene algún sentimiento emocional: palabras como ‘madre’, ‘hogar’, ‘belleza’, ‘amor’ o ‘crueldad’, ‘asesinato’ o ‘muerte’, dado que tanto las emociones hostiles como las amorosas son parte de todos nosotros, pero así como hay un lugar para el sentimiento emocional en los hombres, también hay un lugar para un pensamiento más desapasionado. Todo ciudadano debe tomar decisiones después de evaluar muchas ideas. Es especialmente importante entonces que un ciudadano sea capaz de pensar con claridad sobre las ideas que se le presentan diariamente. Es imperativo que sea capaz de analizar y distinguir entre el aura emocional que rodea a la idea, y el contenido real de la idea (subrayado añadido).

Propaganda ha sido diseñado para presentar a los jugadores algunas de las técnicas utilizadas para distorsionar el proceso de pensamiento. Sin embargo, uno no debe engañarse pensando que la familiaridad con el tema de este juego lo califica como un pensador experto. Propaganda debe considerarse como una introducción, más que como un curso completo, al pensamiento claro” (subrayado añadido).

Lo que te transcribí fue escrito y advertido en 1988 correspondiendo al ethos académico en Estados Unidos en ese año y estamos en 2021. ¿33 años ha? Y las ideas expuestas no lo fueron por un cualquiera. Robert W. Allen no es precisamente un “insensato populista oportunista”. Nos hizo una advertencia y ahora enfrentamos una variable más “contagiosa”: Internet y la información que circula a través de ella.

No se puede construir una sociedad en la cual quienes toman las decisiones lo hacen por ser víctimas de técnicas manipuladoras para crear estados de conciencia distorsionados e inducirlos a tomar cursos de acción que de otra manera no lo harían. Decidir y escoger siguiendo “voces” implantadas manipulativamente en las mentes es la ruina de la sociedad.

Los ciudadanos todos –sin mediar la edad y nivel de educación que tengamos- necesitamos a Petipuá, necesitamos aprender a analizar separando lo objetivo de las emociones inyectadas, necesitamos poder decidir con libertad y libres de maniobras y de manipulaciones y necesitamos también poder escoger con libertad la opción que honestamente sea nuestra preferencia.  Mejor dicho: no es que solamente necesitamos; es que tenemos el derecho humano e inalienable de hacerlo.

En particular, nuestros líderes de oposición pudieran, al menos, considerar lo siguiente: John Forbes Nash Jr. sufría de esquizofrenia. Oía voces en su mente (en la película muestran que veía y hablaba con tres personajes imaginarios pero parece que no era así) que perturbaban su capacidad de análisis, sus modos de conductas, sus decisiones y sus elecciones. Entendió que tenía la herramienta de la lógica como base para la solución de su problema.  Luchó contra las perturbaciones mentales aplicando toda su fuerza de voluntad y triunfó. La gran mayoría de los ciudadanos venezolanos no son esquizofrénicos, pero el resultado es como si lo fueran porque la propaganda en erupción cuasi apocalíptica actual perturba sus capacidades mentales y sin ellos darse cuenta. Quizás alguien me acompañe en la idea de que las fortalezas del actual régimen se basan en poder, terror, dinero y propaganda y que neutralizando la propaganda, pierden una de sus cuatro patas.

Dios guarde a V. E. muchos años.

A Mind on Strike – Remembering John Nash

@Nash_Axelrod

 


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