La reciente Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California, además de sus esfuerzos políticos por unificar al hemisferio en torno a la libertad y democracia tuvo un papel significativo en lo que denominan «Amazonia Connect», que es un esfuerzo de Estados Unidos para apoyar a Brasil, Colombia y Perú a través de esa iniciativa (que se lanzó en la cumbre climática en Glasgow) para “conservar los bosques globales y los sumideros de carbono críticos». Y esos esfuerzos van a requerir, adicionalmente, iniciativas y esfuerzos en renovar, modernizar y relanzar la matriz energética peruana y hacerla más eficiente, más verde, de menos costos de operación y con proyección comercial de integración (venta de excedentes a mercados del continente).

En esa dinámica, Perú debe estar a la vanguardia para tener electricidad para cubrir su propio mercado y excedentes para vender dentro el hemisferio (Brasil como principal mercado potencial).

Latinoamérica es tierra fértil para la generación de electricidad desde fuente renovable (solar, eólica). Para 2021, la mayor capacidad de energía renovable fue: Brasil, (159.943 mega watts), México (29.443), Venezuela (16.598), Argentina (15.027) y Chile (14.890). Otras naciones sobresalientes por su capacidad de producción de energía renovable en 2021 fueron: Colombia (12.553), Paraguay (8.832), Perú (6.431), Ecuador (5.300) y Uruguay (3.741). (Fuente: Statista).

Perú es un caso interesante: fue uno de los primeros en América Latina en incentivar inversiones para generación de electricidad vía renovable (solar y eólica) desde 2008 mediante una Ley de Promoción de la Inversión en Generación de Electricidad con uso de Energías Renovables. Hubo algunas subastas, pero definitivamente se necesita más agresividad y la mejora continua de su normativa que de momento no da oportunidades claras a generadoras eólicas-solares participar en igualdad de condiciones en licitaciones convocadas por distribuidoras de electricidad.

Perú actualmente tiene una generación total de energía eléctrica (2021 Sistemas Aislados y Sistema Eléctrico Interconectado Nacional), de 57.371 gigavatios hora (GWh), cifra relativamente superior a 2020, año de la pospandemia (52.734 GWh) (Fuente: “Principales indicadores del mercado eléctrico nacional”).

La participación de fuentes de generación en el mix energético queda así, para 2019: hidroeléctricas (55,28 %), termoeléctricas (40,49 %), eólica (2,8 %), diésel y carbón residual (2,5 %) y energía solar (1,3 %).

En ese orden las generadoras hidroeléctricas produjeron ya para 2021 31.945 GWh y las térmicas (de gas natural) registraron una producción de 22.822 GWh. En ese mix de generación las renovables aproximadamente 3.165 GWh. (Con datos de ojo-publico.com)

Adicionalmente a las renovables, no olvidemos que Perú tiene gas natural (desde su principal fuente que es su reserva Camisea) que le permitió  al Perú dejar de ser carbón y petróleo dependiente para lograr estabilizar una matriz eléctrica basada en gas natural e hidro. Siempre dijimos el gas es un puente entre fósiles y renovables y va a ser siempre el backup de las renovables en periodos de escasez de lluvias o días no soleados. De todas formas el Perú tiene garantizados más de 20 años de producción de gas para su matriz energética.

Siguiendo las reglas del acuerdo de París se espera que para 2050 el petróleo sea sustituido por la energía solar, pero fortaleciendo un mix eficiente y muy real: algo de gas y algo de renovables, preservando la economía y tomando en cuenta posibilidades reales del país y del globo en su conjunto.

Naturalmente las inversiones privadas, la tecnología y el apoyo del Estado con regulaciones poco intrusivas desempeñan un papel importante en esa ecuación.

Y Perú, con legislación a la vanguardia pero con una democracia sólida, como fue en la última década, podría ser el eje central en la comercialización de excedentes de electricidad en el continente, continuando su tradición de país atractivo de iniciativas e inversiones.

Foto:  inversiones en energía renovable LATAM.

@BorisSGomezU


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