Foto EFE

Para eso han servido las fuerzas de seguridad del gobierno chavista, para amedrentar y asustar, para cumplir venganzas y para sembrar el terror. Y para eso están siendo utilizadas en los últimos días, después de las elecciones del 21 de noviembre. Por si algún opositor tenía dudas de que los psuvistas iban a aceptar la derrota en algunos municipios.

Después de los comicios se ha desatado la persecución de concejales y alcaldes opositores que resultaron vencedores y este tipo de acciones no puede tener otro objetivo sino meter miedo a los que asumirán los gobiernos locales. Se llevan preso por horas a los electos y luego los sueltan sin ni siquiera decirle el motivo de la detención. Saquean las oficinas y las dejan vacías, como si con eso fueran a evitar que las nuevas autoridades asuman en sus regiones.

Lo de Barinas merece un capítulo aparte, pues es la máxima prueba de que enterraron y pusieron la cruz al capital político que les heredó Hugo Chávez. Y allí hay que dejar claro que la actitud de Superlano es valiente y debe entusiasmar a todos los que le dieron su voto, pues está dispuesto a defender cada uno. Esta es una victoria que significa mucho más que una simple gobernación, y por eso no hallan cómo hacer para arrebatársela.

También merece mención el anuncio de que los peajes del puente sobre el lago y todo el estado Zulia pasarán a la administración central, porque esta es una medida dirigida a ahogar financieramente a una región que de manera consistente ha expresado su desacuerdo con el gobierno chavista y ahora tiene un gobernador que así lo demuestra.

Estas medidas de persecución, desconocimiento o estrangulamiento financiero no son nuevas. Han sido práctica del chavismo desde que llegó a Miraflores y desde las primeras elecciones que organizó Chávez siendo ya presidente. Es un mensaje claro y directo de que no les gusta que les arrebaten ni siquiera una porción del poder, y además de que tienen las armas y los recursos para fastidiar al que se atreva. El nombramiento de “protectores” fue otra de las cosas inventada por ellos para sacarle los recursos a las regiones.

Al final, los perjudicados son los habitantes de estas zonas, hayan votado en contra del chavismo o no. Gobernaciones sin recursos, alcaldías sin apoyo, concejos municipales que son más un cascarón vacío son consecuencia directa de la mezquindad del chavismo. Como decía el difunto: “Con Chávez todo, sin Chávez nada”.

Esto contribuye al deterioro de la calidad de vida del venezolano y hay que decirlo bien claro, para que la gente entienda que las votaciones por sí solas no pueden ser la respuesta para “recuperar espacios”. Los gobiernos regionales y locales la mayoría de las veces tienen las manos atadas, si son opositores. En conclusión, el cambio necesario es otro.


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