En la obra de Miguel de Cervantes, la más importante de la literatura española, Don Quijote de la Mancha, se puede leer la oración: “Pero su San Martín le llegará como a cada puerco», haciendo referencia a que si alguien ha actuado mal, tarde o temprano tendrá que pagar por sus culpas. Todo pareciera indicar que a la dictadura le está llegando el momento de enfrentarse a la justicia. En efecto, primero Alex Saab es extraditado a Estados Unidos, a pesar de los intentos fallidos del régimen venezolano para evitarlo. Luego, la detención del Pollo Carvajal, Claudia Díaz y para completar el fiscal Karim Khan pasó de la fase preliminar a una investigación formal para determinar la posible veracidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura venezolana.
En el caso de Alex Saab –presunto testaferro de los usurpadores de Miraflores– está sujeto a la aplicación de sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro. Como todos sabemos, el gobierno de Cabo Verde llegó a un acuerdo con Estados Unidos para evitar que Saab tuviera una condena superior a la máxima pena del país africano y es por esa razón que se desestimaron 7 cargos de lavado de dinero, para ser procesado solo por conspiración para blanquear dinero con una pena máxima de 20 años, tiempo que será decidido por el juez de distrito Robert Scola. Sin embargo, no está descartado que Saab haya llegado a un acuerdo con la justicia estadounidense, lo cual no es de extrañar porque recordemos que en la primera audiencia se acordó no conceder libertad bajo fianza para evitar una posible fuga y por lo tanto Saab, bajo esta presión de enfrentar años en cárcel, puede revelar el entramado de los dineros mal habidos por parte de la mafia de la narcodictadura. Sin embargo, no podemos ser tan inocentes para pensar que Estados Unidos solo llegó a un acuerdo con Cabo Verde, todo señala que también pudo haber llegado a un acuerdo con Alex Saab, quien debe haber empezado a dar información relevante con relación a sus socios y también de otros miembros del oficialismo relacionados con este caso. De lo anterior se podría deducir que no es casualidad entonces que el Distrito Sur de Florida haya acusado formalmente, en octubre, a José Vielma Mora y a Ana Guillermo Luis, ambos venezolanos por lavado de dinero, además de otros implicados colombianos, como Álvaro Pulido Vargas, Enrique Rubio Salas, Emanuel Rubio González y Carlos Lizcano Manrique, y esto solo es la punta del iceberg.
Para continuar la pesadilla del régimen, está también el caso de Hugo “el Pollo” Carvajal, con secretos de la dictadura, que van desde el narcotráfico hasta el financiamiento de grupos irregulares y lideres políticos de otros países, como lo casos de Néstor Kirchner, Evo Morales, Lula da Silva, Fernando Lugo y Pablo Iglesias, según las declaraciones de Carvajal que adelantó a la Audiencia Española. El exdirector de la Dgcim aseguró: “Mientras fui director de Inteligencia y Contrainteligencia Militar de Venezuela recibí una gran cantidad de reportes señalando que este financiamiento internacional estaba ocurriendo. Ejemplos concretos son: Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Lula Da Silva en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay, Ollanta Humala en Perú, Manuel Zelaya en Honduras, Gustavo Petro en Colombia, Movimiento Cinco Estrellas en Italia y Podemos en España. Todos estos fueron reseñados como receptores de dinero enviado por el gobierno venezolano”. En otras palabras, de ser ciertas y tener pruebas, el Pollo Carvajal está poniendo al descubierto la estrategia que ha estado tramando la narcodictadura, siguiendo las pautas, primero del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, para apoderarse de Latinoamérica y Europa, desestabilizando las democracias para implementar el modelo del siglo XXI.
Pero mientras más masa, más mazamorra y está el caso de la enfermera del innombrable de Sabaneta, Claudia Patricia Díaz Guillén, a quien él nombró tesorera de la nación. La importancia de este caso es la relación directa con el empresario Raúl Gorrín y Adrián Velázquez Figueroa –esposo de Díaz Guillén–, todos implicados en un esquema de cambios de divisas aprovechando el cargo que ostentaba la mujer, para el blanqueo de capitales, a través de sobornos y prácticas delictivas. Esta organización criminal generó millones de dólares en ganancias fraudulentas, lo cual afectó el bienestar del pueblo venezolano. Ya su extradición fue aprobada por los delitos calificados por Estados Unidos como asociación delictiva para cometer lavado de dinero y lavado de instrumentos monetarios.
Además de todos los escandalosos casos de corrupción, ya mencionados, está la reciente visita del fiscal Karim Khan, de la Corte Penal Internacional a Suramérica, para revisar los casos de crimenes de lesa humanidad. En el caso concreto de Venezuela, una historia de violación de derechos humanos continuada, corrupción, mala administración de los servicios públicos, falta de alimentos, educación, y abandono total de la población en el tema de la salud, provocando la migración de 7 millones de venezolanos, por fin estamos viendo una luz al final del túnel. Luego de todas las denuncias hechas ante la CPI, que ameritaron un examen preliminar de varios años, el fiscal Karim Khan anunció el paso a la siguiente fase, la de una investigación formal para determinar la posible veracidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura venezolana. Así que podemos deducir que el usurpador de Miraflores está siendo investigado de manera oficial por parte de la CPI. El futuro luce oscuro para la dictadura y todo indica que la banda que tiene su guarida en Miraflores deberá pagar ante la justicia, porque los crímenes de lesa humanidad no prescriben y ellos lo saben. “Confía en el tiempo, que suele dar salidas a muchas amargas dificultades”, Miguel de Cervantes.