Cuentan los residentes de zonas populosas de Caracas que el domingo en la tarde los milicianos y los pocos activistas que le quedan al PSUV recorrieron las calles gritando: “Si no vas a votar no te damos el pernil”. Otras advertencias las hicieron los representantes de los consejos comunales por mensajes de Whatsapp: «¡Salgan a votar o se quedan sin su comida! Todo beneficio tiene su sacrificio. Después no digan que no se les avisó». Pues bien, los números indican que la deseada pierna de cochino este año no sirvió de carnada y la van a tener que dejar en el congelador.

Lo que afirma el mandante con respecto a que esta farsa electoral lo atornilló como jefe del régimen es mentira… y él lo sabe. Nadie lo puede negar. Los del CNE tuvieron que hacer magia para que pareciera que 30% de los más de 20 millones de electores votó por los candidatos rojitos.

Pero lo que pasó en las barriadas no fue lo mismo que pasó en otros estados y regiones. El hambre es mucha y no se puede juzgar a quien se dejó convencer por una bolsa CLAP. Sin embargo, tuvieron una muestra casi inmediata de lo que significa confiar en el régimen, si es que ya no lo sabían.

Un grupo se aventuró a hacer lo que realmente es pertinente, ir a la casa de gobierno en donde se encontraban los que les ofrecieron bolsas y no se las entregaron. A pesar de reclamar con la ira contenida de haber sido burlados, no obtuvieron la recompensa por haber participado en la farsa electoral.

Es bueno que los que todavía no se han dado cuenta, que son los más pobres, los más necesitados, entiendan que a este régimen no les importa su sufrimiento, que sus objetivos son seguir en el poder para seguir llenándose los bolsillos. Lo que pudieron darles a algunos no les alcanzará ni para una semana. Seguir con los rojos es agravar el hambre y las penurias.

Los jefes rojitos ya comenzaron a crear la matriz de opinión de que los resultados de la farsa los posicionan como los recipiendarios de la confianza de los venezolanos. Sobre todo porque por cada obstáculo se inventaron una explicación, como lo que dijo la primera mandante, que no había aglomeraciones en los centros de votación porque el proceso era muy rápido.

La comunidad internacional está más que clara. Y la única manera de terminar de desbaratarles la farsa es participando en la consulta que organizó la oposición. Es la única vía en la actualidad para opinar sobre nuestro destino como país.


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