“El hombre de honor no tiene más patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos, y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: la nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen y condición”. Simón Bolívar

Se suele incurrir frecuentemente en el error de confundir los conceptos de nación, Estado, país y patria. muchas veces  políticos, empresarios, estudiantes y profesionales de distintos oficios los usan como sinónimos. Pero es de vital importancia no usar la palabra patria como sinónimo de estado o país, pues cuando hablamos de patria no tiene nada que ver con el ordenamiento jurídico, ni con la estructura de autoridades, ni economía ni nada por el estilo, sino exclusivamente de la tierra natal.

Y de patria deriva la palabra “patriotería”, que no es otra cosa que la simulación de virtudes patrióticas o la exagerada creencia en las excelsitudes de un país. El patriotero generalmente es chovinista y llega a la idolatría, real o simulada, de los símbolos patrios descuidando los verdaderos deberes del patriotismo.

El inmortal Jorge Luis Borges en su poema “nadie es la patria”  reza en uno de su párrafos: “Ni siquiera el jinete que, alto en el alba de una plaza desierta, rige un corcel de bronce por el tiempo, ni los otros que miran desde el mármol, ni los que prodigaron su bélica ceniza por los campos de américa o dejaron un verso o una hazaña o la memoria de una vida cabal en el justo ejercicio de los días. Somos el porvenir de esos varones, la justificación de aquellos muertos; nuestro deber es la gloriosa carga que a nuestra sombra legan esas sombras que debemos salvar”.

Los acontecimientos, muchos de ellos graves, que han ocurrido a lo largo de estos últimos años, por el desatino de un gobierno que olvidó su más sacramental deber, de prodigar bienestar, salud, paz, seguridad, educación, empleo y tranquilidad a sus gobernados, han herido profundamente a la patria y de ello no hay duda alguna. Un país divido por el abusivo discurso de quien desdibuja la preeminencia de la figura de un jefe de estado, y que con lenguaje procaz, pendenciero, provocador, intimidador y abusivo en extremo, violenta el ordenamiento jurídico legal constituido,  para atropellar la dignidad de los venezolanos, víctimas del socialismo del siglo XXI.  Patria…Patria…Patria ¡Qué herida!

El desabastecimiento de alimentos, medicinas y otros rubros de necesario consumo de un pueblo, hambriento de una real justicia social, constituye otro de los más severos  agravantes que ha conducido a todas las clases sociales, a pasar penurias  en medio de una inusual escasez, obtener por lo menos lo más básico de su alimentación, o la medicina que pueda paliar su dolor y el de miles de venezolanos enfermos de afecciones coronarias, cáncer, diabetes y otras dolencias.  Patria…Patria…Patria ¡Qué herida!

El abrupto enriquecimiento de hombres y mujeres militantes del partido de gobierno, es cosa que poco o nada le importa al régimen, cuya primera autoridad cuestionada hasta por su ilegitima designación, se desgañita prometiendo que meterá preso a los corruptos “caiga quien caiga” con todo el peso de la ley (¿?). Pero lo boliburgueses, propietarios de aviones, yates y mansiones en el extranjero, particularmente en el imperio norteamericano…¡Bien gracias! Patria…Patria…Patria ¡Qué herida”

La detención y procesos abiertos en contra de hombres y mujeres, por la presunta comisión de delitos, resquebrajando los derechos humanos y garantías de los ciudadanos,  que ante la mirada indiferente de los órganos del poder, es decir, TSJ, ministerio público, defensoría del pueblo y otros, pagan con cárcel los abusos de un régimen que se escuda bajo la consigna de la llamada revolución socialista, marxista mal llamada bolivariana, para arbitrariamente vulnerar todos los derechos, así como los principios morales y éticos. son muchas las víctimas del desafuero feroz y criminal  con que se manejan los hilos del poder. bastaría solo recordar a Franklin Brito un hombre que sacrificó su vida hace diez años ante la injusticia por la expropiación de sus tierras, a manos del gobierno, al comisario Simonovis, hoy en el exilio tras diez años de prisión de la cual escapó,  y a la jueza Afiuni, quien sigue siendo víctima del ensañamiento de un régimen que mantiene al país en un virtual estado de indefensión. Patria…Patria… Patria ¡Qué herida!

La violación de la carta magna, la cual  los socialistas mal llamados bolivarianos la califican como la mejor del mundo”, no ha sido sino un instrumento para en su nombre mantener una falsa constitucionalidad y una supuesta democracia  y ahora con una ley  habilitante que celestinamente les permite cometer arbitrariedades como detenciones, allanamientos de inmunidad parlamentaria, confiscaciones y una serie de desafueros que montados en un andamiaje jurídico constitucional, les consiente perpetrar cuanta tropelía se les ocurra. Patria…Patria…Patria ¡Qué herida!

El asedio a la prensa independiente a la que califican despectivamente como golpista, amarillista y conspiradora, así como a los profesionales de los medios de comunicación , no es sino una evidente demostración de que la libertad de expresión cada día es más amenazada por el régimen socialista, marxista mal llamado bolivariano,  que pretende cerrar los canales de información, cercenando los derechos que tenemos todos los venezolanos de estar informados veraz y oportunamente, acción inalienable en una nación que se precie y demuestre ser democrática.  Patria…Patria…Patria ¡Qué herida!

Y qué decir de los más de 4.500.000 venezolanos, hombres, mujeres, niños y personas de la tercera edad, que han emigrado a otros países en una diáspora jamás imaginada, desde la historia de la fundación republicana hace más de 200 años, lo cual constituye según la ONU una dolorosa página en la historia latinoamericana, que no tiene parangón. Patria…Patria…Patria ¡Qué herida!

Y lo más grave, la federación de Cuba con Venezuela, aprobada cuando Nicolás Maduro era miembro de la constituyente y quien promovió la inclusión del nefasto artículo 153, que se puede consultar para comprender la gravedad del mismo, pues nuestra soberanía puede ser entregada  a Cuba, lo cual sin duda alguna constituye un delito de traición a la patria, que por nada ni nadie los venezolanos podemos permitir. Patria…Patria…Patria ¡Qué herida!

La patria está herida y de muerte, por la desmedida y torpe ambición de quienes manejan sus destinos. Aristóteles manifestó: «En la adversidad sale a la luz, la virtud» y a esta  reflexión agregaríamos la de Albert Eistein cuyo pensamiento debemos asimilar en estas circunstancias críticas: «Por más difícil que sea una situación, nunca dejemos de buscar una salida, y de luchar hasta el último momento».

[email protected]/ @_toquedediana


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