La adecuada condición física y el equilibrio emocional son extremadamente importantes para mantener un óptimo bienestar en salud. Es una dualidad indispensable: salud física y mental, binomio necesario para mantenerse sano desde todo punto de vista. Los venezolanos han estado muy afectados emocionalmente mucho antes del inicio de la pandemia, no nos cansamos de repetir la grave crisis a la que está sometido nuestro país: la hiperinflación en primer lugar, la cual ha sido indetenible y hasta ahora no ha sido posible controlar; el salario básico que no alcanza para vivir; la devaluación o la pulverización de la moneda; la deficiencia de los servicios básicos; no contar con una seguridad social y también la imposibilidad de tener acceso a un sistema de salud. En fin, una cantidad de situaciones que nos hace muy frágiles emocionalmente. Me refiero más que todo al ciudadano común, a los que no tenemos privilegios y debemos subsistir en la rutina diaria de la vida. Los ricos y poderosos ahora son otros, ya los conocemos y a ellos no les falta nada.

Llega la pandemia y encuentra al país en una emergencia humanitaria compleja desde el punto de vista de la salud y sumido en la grave crisis que todos ya conocemos. Expertos de reconocidas ONG vinculadas con el tema de la salud mental han alertado sobre los innumerables casos que les están llegando: los trastornos de ansiedad y depresión prácticamente ocupan el primer lugar, crisis de pánico, y han notado también que los conflictos  intrafamiliares han sido una importante causa de consulta. También el miedo al contagio y sus consecuencias, angustia para poder vacunarse, sentimientos de duelo ante la pérdida de un ser querido o amigo cercano, bien sea por la COVID-19 o por otra causa. No es solo el virus el que está enfermando y ocasionando pérdidas humanas, sino también otras enfermedades que conllevan a un triste desenlace o al sufrimiento de aquella persona que no consigue solución para curar o controlar su padecimiento en una clínica privada y mucho menos en los centros públicos de salud. Es como sentirse atrapado y sin salida.

La fatiga pandémica desde el punto de vista emocional esta predominando. El control social y el tener que estar confinado más de un año ocasiona que este cansancio sea un motivo para vencer la resistencia de llevar adecuadamente las medidas de protección. Estas medidas, no nos cansamos de reiterarlo, deben mantenerse hasta tanto se controle esta pandemia. Lamentablemente no sabemos cuándo será, esto dependerá de los gobiernos y de sus ciudadanos, así como de lograr la inmunidad de rebaño vacunando a gran parte de la población, lo que en Venezuela está todavía muy lejos de lograrse.

A lo anteriormente expuesto se suma otro peligro que se expande tan rápido como el virus y es la infodemia. Este término fue empleado por la OMS para referirse al despliegue de información y noticias falsas sobre la COVID-19, la cual puede aumentar el desasosiego, la angustia y la depresión en la población. La información falsa y alarmante que se transmite por las redes sociales, los audios que se difunden por WhatsApps son extremadamente inquietantes, incluso audios de personas que dicen ser médicos y no lo son, o aquellos no identificados. La información sobre las características de la COVID-19, sobre todo en la forma de transmisión la han tergiversado de manera alarmante. También sugerencias de utilizar medicamentos que los especialistas no recomiendan. Todo esto produce una paranoia en la persona que se desboca  en los centros de expendio o venta de medicinas para comprarla y entonces comienza la automedicación.

La infodemia es mala compañera de la pandemia y exacerba todos los factores para que la salud mental se deteriore aún más y se pierda el control. El director de la OMS, Tedros Adhanon, manifestó: “La evolución del brote del coronavirus dependerá de la medida en que se haga llegar la información correcta a la gente que lo necesita”. Estas palabras  las dijo para  alertar sobre la muchísima desinformación sobre el virus y que corre de manera paralela a esta pandemia. Por supuesto, es necesario mantenerse informado sobre esta enfermedad, pero de fuentes confiables y reconocidas como las sociedades científicas pertinentes, academias científicas, expertos reconocidos y fuentes periodísticas serias.

También es indudable que ante el quiebre emocional por la situación que se está viviendo no se debe escatimar en buscar ayuda. La organización Psicólogos sin Fronteras de Venezuela ha sido un ejemplo por su intensa actividad en aportar un apoyo muy valioso para las personas que lo necesitan. Pero es insustituible la fuerza y solidaridad de todos y la unión familiar para soportar, luchar y salir airosos de esta crisis tan grave que atravesamos en nuestro país

@mariayanesh


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