El laboratorio de manipulación de mensajes que tiene Miraflores funciona impecablemente, claro, con la asesoría experta del presidente de la Asamblea chavista y los cubanos. La semana pasada distrajeron a los venezolanos con la vuelta a la mesa de negociaciones y el alivio de las sanciones, pero nada de eso es cierto. Son lo que llaman ahora “fake news” porque después de unos días, y a la calladita, lanzan declaraciones que transmiten sus reales intenciones, solo que las pasan por debajo de la mesa.

Y la oposición queda, como siempre, deslumbrada viendo pajaritos volar como si fuera algo extraordinario. La verdadera noticia es que el gobierno chavista no tiene intenciones de viajar a México, no porque no quieran gozar del hotel cinco estrellas y demás lujos, sino porque no está dispuesto a unas negociaciones reales sobre elecciones presidenciales. Lo que al final le interesa es el levantamiento de sanciones, por eso es que hacen el amago de que tienen un pie montado en el avión.

Y siempre hay alguno (generalmente el mismo) que, como no piensa lo que dice, vende toda la estrategia que cuidadosamente montan en el laboratorio de manipulación de mensajes. Por eso, hace unos días Diosdado Cabello lo dijo, abiertamente disgustado: “Aquí no han levantado ninguna sanción a Venezuela, y conociendo a los gringos, dudo que, aunque tengan la palabra empeñada, la cumplan”. Habría que aclararle que lo que repetidamente ha dicho Estados Unidos es que se levantarán las medidas en su contra si se avanza en las negociaciones. Una cosa viene primero y luego la otra. Y no va a cambiar aunque hagan pataletas.

Pero el broche de oro, lo que resume las verdaderas intenciones de Maduro y sus compañeros es que ahora piden a Rusia en la mesa, además de a Alex Saab. ¡Qué cinismo! Si pudieran exigirían la invocación del espíritu de Chávez para negociar. Esto es lo mismo que decir que no están dispuestos a ceder, que es lo que al final les toca hacer.

Rechazar la presencia de Noruega es la mayor desfachatez, cuando ha sido ese país el que lleva años haciendo esfuerzos para buscar una solución negociada a esta horrenda crisis. Los chavistas siguen poniendo pretextos jugando al sí pero no solamente para ver si en un momento de confusión realmente les levantan las sanciones.

Hay muchos analistas y hasta líderes opositores que han visto las intenciones de Miraflores desde el principio. Nada los obliga a sentarse a la mesa, mucho menos si la agenda incluye como primer punto la preparación de las elecciones generales. Ya van cuatro intentos de estas rondas de negociaciones que no han llevado a nada, como bien se ha advertido. Es tiempo de que se busque otra alternativa. Los venezolanos necesitan resolver esta crisis, no se puede seguir esperando.


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