Ted Córdova-Claure (crédito: Martín Córdova )

Aún no pude llegar a la hemeroteca de El Nacional para tener en mis manos un periódico impreso de la época de los setenta, páginas que hoy vienen y tocan mi curiosidad porque estuvieron impregnadas del sello de un gran periodista latinoamericano como fue Ted Córdova Claure, nostalgia que aflora especialmente en estos momentos porque nuestro El Nacional es objeto de un abuso infinito. Además, porque en mayo se conmemoran 10 años del fallecimiento de Ted Córdova Claure (2011) y El Nacional fue, en definitiva, su mejor casa, de las muchas casas editoriales que fundó y fue parte. Fue su hogar y su centro de producción periodística más importante.

El Nacional –desde su comienzo en 1943– siempre se rodeó de periodistas internacionales siendo un periódico pro-democracia y libertad, que no es un cliché sino realidad objetiva, y con ese mandato congregó –y continúa haciéndolo– a periodistas de toda Latinoamérica que tengan como único estandarte –y estándar– la defensa de la libertad y la libre expresión. Hasta allí llegó Ted Córdova Claure, a mediados de los setenta, para ser jefe de la sección Internacional del rotativo, a cargo del denominado cuerpo A del periódico. Martín, hijo de Ted, me confirmó que el diario venía dividido en 4 “cuerpos” o secciones y en esa sección –a cargo de Ted– tenían la famosa “página 8”, donde sus periodistas –junto con Ted–firmaban material original, hicieron escuela, se convirtieron en verdaderos maestros de generaciones y forjaron nombre en El Nacional.

Como bien relata José Egidio Rodríguez, periodista y diplomático venezolano residenciado en California, …”en esa redacción recaló un periodista que había sido corresponsal en otros diarios de Latinoamérica, Ted Córdova Claure (Bolivia), quien ocupó la jefatura de la sección Internacional”, relato que remata con un par de anécdotas: “El Nacional era una buena plaza para contraer matrimonio: la periodista Mara Comerlati se casó con Pedro León Zapata, el genial ilustrador y caricaturista de la página de opinión y el Papel Literario; Susana Rotker con Tomás Eloy Martínez; Eliana Loza Schiano con Ted Córdova Claure…”

Hay una simpática caricatura del equipo editorial de El Nacional –cuya firma es del caricaturista “Pancho” Francisco Graells estrella de El Nacional y del Le Monde Diplomatique– y que circula en redes y en la cual se  refleja el equipo del imponente periódico latinoamericano, con el barbado Ted en medio de colegas y grandes computadoras.

Caricatura de El Nacional 1975: Ted Córdova-Claure, arriba a la izquierda. (Autor: Pancho Francisco Graells, foto: Martín Córdova)

La ecuación El Nacional y Ted Córdova Claure fue importante: dio varios resultados, uno de ellos es la obra periodística “Testigo de la Crisis” y un afamado libro –que no tiene nada que ver con un corresponsal internacional– como el titulado Adiós al sibaritismo, libro insignia que narra los periplos interminables de Ted por la comida y el placer de los manjares y su súbito retorno –obligado por los médicos– a la dieta, a comidas menos grasas y ensaladas que el autor, Ted, nos propone como su propia experiencia y testimonio por sus múltiples dolencias de salud ocasionados, entre otros, por su buen paladar. Definitivamente el tipo era un sibarita.

Córdova fue uno de los primeros periodistas en utilizar la tecnología: las computadoras, programas e impresoras a colores y dejar atrás las viejas máquinas de escribir, lo que puso en vanguardia sus escritos y aportes periodísticos. Estaba adelantado a su época: podía conversar de la situación política internacional de los próximos cinco años y tenía un olfato muy refinado para sentir el pulso de la noticia y del rumbo de la tecnología: me imagino hoy a Ted Córdova tuiteando a mil por hora sobre la nueva realidad/normalidad en que la sociedad debe salir adelante.

Hablaba siempre con la propiedad de los que leen, escuchan y viajan muchísimo. Era una biblioteca andante que había absorbido cientos –quizá miles– de charlas y tertulias que prácticamente, sumada a su lectura, lo hacían un diestro en la conversación e imposible de “agarrarlo” en algún tema que no pudiese dominar.

Conversé con él en varias ocasiones lamentando, de mi parte, que la distancia de edad entre él y yo haya sido una barrera que me impedía, en ese momento, entender la densidad de sus palabras y experiencias. Era de caminar pausado, en sus últimos años, poblada barba blanca, amante de la buena comida –defecto que lo llevó a acumular muchos kilos– y de vestir desprolijamente. Su propio hijo Martin subrayaba su poca atención en el vestir; pero su fina conversación, modales y cultivado en extremo lo hacían entretenido, ameno y atiborrado de información. Amaba el fútbol con pasión absoluta, sabiéndose alineaciones, transferencias entre equipos profesionales y cuanta liga podía ver en TV: tenía una minicancha de fútbol cinco en su casa. Pese a su sobrepeso nunca negó “un partidito” de fútbol con sus amigos. De caer la conversación en el fútbol o en la política latinoamericana habían al menos un par de horas para escuchar datos, cifras, anécdotas, comentarios y sus eternas “yo estuve cubriendo” tal o cual evento. Fue uno de los primeros en utilizar el teléfono móvil cuando el minuto de ingreso/salida era superior a los 2 dólares y los aparatos eran tan grandes y pesados como un ladrillo de construcción.

Siempre releo a Ted Córdova Claure y los escritos que sus colegas periodistas producen de él, tanto sus colegas de Santiago, de Buenos Aires –donde estuvo larga temporada–, de Bolivia o de sus colegas de Caracas, su ciudad favorita, con la que forjó especial amor que se tradujo en la construcción de una hermosa familia. Amaba Caracas en particular, el propio maestro del periodismo Nelson Bocaranda puede dar fe de que hacían reportaje caminando en las calles de la Caracas de esa era. Era un verdadero latinoamericano que puso en práctica el concepto. Cada vez descubro un nuevo Córdova siempre vigente y presente.

La periodista Eliana Da silva relata, en su columna dedicada a Ramón J. Velásquez –director de El Nacional desde el 5 de abril de 1979–, algunos pormenores del equipo de prensa internacional altamente competitivo que rodeó al director del rotativo, entre los más destacados:  Mario Delfín Becerra, Tomás Eloy Martínez, Miguel Shapira, Ted Córdova Claure, Víctor Hugo Irazábal y Miguel Díaz. Era una camada de gente de buena escuela, entre los que resaltaba Córdova que, a mi entender, nació en época errada: hoy estuviera muy cómodo: la vertiginosa era de la tecnología, el mundo digital, las supercomputadoras, la nueva geopolítica global, Elon Musk, el covid y el bitcoin habrían tenido muy ocupado a Ted en su periodismo y análisis vanguardista.

Escribo esta columna animado por homenajear a Ted Córdova Claure persona y exmiembro del equipo editorial de El Nacional y siendo yo actual columnista –y muy muy honrado– veo una conexión muy obvia entre el amable y gran bonachón y conversador Ted Córdova y yo, que en la distancia del tiempo, me obliga a patentar un honesto agradecimiento por haberme empujado a escribir, obviamente sin lograr yo su finura ni su arte, pero a escribir. Escribo en varios periódicos pero sencillamente con El Nacional tengo una conexión de afecto muy intenso, quizá porque, además, Ted estuvo físicamente en el periódico. Me lo imagino correteando en salas de redacción y pasillos, entre computadoras, periodistas y comentando las noticias de mañana en la siempre bella Caracas. Quedará pendiente, para los expertos y entendidos, analizar sus libros y su aporte a bibliografía latinoamericana.

Ted Córdova Claure deja un legado de obras para las nuevas generaciones: Al filo de la Revolución (La Paz, 1963), Cita en Tierra Coraje (La Paz, 1970), Made in U.S.A. (Buenos Aires, 1973), Chile sí. Primeros 800 días (Buenos Aires, 1974), Los años 60, Cuba vs USA (Buenos Aires, 1974), Adiós al Sibaritismo (Caracas, 1984), Testigo de la Crisis (Caracas, 1986), Nuevo Desorden Mundial ¿O por qué perdió George Bush? (La Paz,1993), entre otros.

Sus andaduras incluyen proezas tales como que en 1959 fue uno de los fundadores de la Agencia Prensa Latina, junto con el argentino Jorge Ricardo Messeti y el colombiano Gabriel García Márquez. Sí, ese: el famoso Gabo. Toca imaginar cómo se habrían desarrollado esas ricas tertulias entre Gabo y Ted Córdova Claure.

Vaya, entonces, mi respetuoso y sincero homenaje a un gran periodista latinoamericano, ícono de la prensa boliviana y venezolana, adelantado de su tiempo, personaje que para mí es contradictoriamente distante/cercano dado que Ted Cordova Claure es primo-hermano de mi señora madre Ruth Úzqueda Claure, de manera que mi aproximación a Córdova y sus andanzas siempre estuvieron enfocadas, principalmente, desde el afecto familiar.

Hoy el también Premio Nacional de Periodismo, que se marchó de esta vida a la conclusión de un accidente vásculo-cerebral en 2011, descansa en La Paz, adonde sus restos volvieron en 2012. Se despidió, como no podía ser de otra forma, con un entretenido email desde su residencia en Carolina del Norte y mandó un abrazo final, no sin antes arrancarnos sonrisas porque él se entregó a Dios agradeciendo su caminar por la prensa, hasta que partió definitivamente el 10 de mayo de 2011, fecha insigne para el periodismo boliviano porque ese día es, precísamente, el Día del Periodista.

Así fue, lleno de sorpresas, incluso en su despedida final: ese email –con visión casi cabal de la historia que nos tocaría vivir diez años después de su propia desaparición– sentenciaba con voz casi premonitoria que “el mundo se prepara más en fabricar misiles que en producir vacunas contra las pestes y pandemias”, quizá “leyendo” las confrontaciones militares de nuestros tiempos y la pandemia covid que prácticamente son agenda mundial desde 2019. Ese era Ted Córdova Claure, un tipo que no tenía bola de cristal pero sí podía leer los tiempos que se nos venían.

Creo que, sin soberbia, queda pendiente para los historiadores de la prensa contemporánea venezolana y latinoamericana –y boliviana– leer, escribir, indagar y mostrarnos más a Ted Cordova Claure.

De mi parte gracias y ¡un beso en la distancia, querido!

@BorisSGomezU


Con datos consultados en :

https://www.ciperchile.cl/2011/05/12/reputado-periodista-boliviano-ted-cordova-murio-en-estados-unidos/

https://elpais.com/autor/ted-cordova-claure/

http://dinamicaframework.blogspot.com/2011/05/dinamica-en-honor-mi-papa.html

https://actualy.es/periodistas-inmigrantes-en-el-nacional/

https://twitter.com/nelsonbocaranda/status/68301430007664640?s=20

http://200.2.12.132/SVI/rjv/index.php?option=com_content&task=view&id=127&Itemid=&fbclid=IwAR3lt1ziQbM8v2n7PE4hJzk1Dv8U4xvRnftbs7b45H9VqRLZRkGBfeDm1KI

https://libreriaaguilar.com.ar/productos/ted-cordova-claure-testigo-de-la-crisis-venezuela/

http://elias-blanco.blogspot.com/2011/05/ted-cordova-claure.html

https://seniales.blogspot.com/2011/05/ted-cordova-claure-1932-2011.html


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