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Recordemos el artículo 104 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: “La Educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y comprobada idoneidad, y el ingreso, promoción y permanencia serán por criterios de evaluación de méritos y sin injerencia partidista”.

Es obligado que busquemos el significado que tiene la presencia de Padrino y otros militares en el inicio del año escolar en distintas escuelas del país.

Resalta como evidencia que lo primero que quiere mostrar es su desafío a los maestros venezolanos, a la gente que enseña y sobrevive con un salario quincenal entre 6 y 34 dólares que ni sumándoles los dos bonos mensuales: el de calle y el de guerra, sobrevivirían, podrían alimentar a sus familias y cancelar el pasaje para asistir a la escuela.

Padrino se baja de su transporte de lujo -importado desde el imperio- pisa la puerta de la escuela con sus lujosas botas militares pensando que es un dios griego que baja a la tierra a saludar a los mortales y a los niños que verían un héroe de la guerra aposentándose en su escuela.

La irrupción de Padrino y sus gorilas no fue azarosa, probablemente se despertó y pensó: “Sería muy bueno para nuestro régimen que los dioses que mantienen a Maduro en el poder se relacionen con los mortales, y con la canalla docente que vocifera y pelea por salario. Voy a mostrar quien manda”.

La consigna militarista se cumplió en varios estados del país: los militares y policías también estuvieron en escuelas de dos estados donde los gobernadores son aliados de Diosdado Cabello: Aragua gobernada por Karina Isabel Carpio Bejarano, esposa del mayor general retirado (GNB) Luis Motta Domínguez, y en Trujillo, con el mayor Gerardo Alfredo Márquez, del 4F Movimiento que intentó el golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez en 1992.

El mayor Márquez publicó en su Instagram mensajes del regreso a clases “con alegría y entusiasmo, más de 153.000 escolares trujillanos regresaron a sus aulas de clases”, mientras enseña fotos de hermosos niños con docentes felices en una escuela que se ve en muy buen estado.

Mientras los militares ejecutaban su operación “Somete a la escuela, a los docentes y a la  infancia”, el director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica informaba al país algo que ya sabíamos: “Es el peor inicio de año escolar del que tengamos referencia”.

Carlos Calatrava advirtió que 4 millones de niños y jóvenes están fuera del sistema escolar. Además, prevé que siga empeorando el nivel de aprendizaje de los que asisten a clases.

Calatrava, un venezolano de verdad, anunció que su universidad presentará una propuesta de política pública con el fin de recuperar el sistema educativo. Un tema que está en otro extremo a la posible mirada del militar Padrino de la realidad de nuestras escuelas, aparenta ignorar la razón por la cual los docentes están de pie confrontando un régimen sin compasión, representado por una ministra de educación (en minúscula) que desafía y se burla de las justas reclamaciones de los docentes. Su última declaración podemos entenderla así: “Aumentaremos los salarios de los maestros cuando nos sobre, todavía queda mucho por replicar de la operación Tareck el Aissami” y agrega de forma amenazadora: “Voy a instalar un sistema para perseguir a los maestros que no asistan a clase, no me importa que no tengan dinero para los pasajes y que sus familias estén en la hambruna, los expulsaré del magisterio”.

Sigo preguntando qué tipo de digresiones  llenan el cerebro de Padrino cuando se presenta como Ulises entrando en Ítaca a saludar a la comunidad escolar, una institución pisoteada económicamente, vejada por el régimen que representa  con  sus batallones militares rodeado por los enriquecidos miembros de su Alto Mando Militar.

“Las condiciones de agravamiento generales del sistema, de la escuela y la dimensión profesional de los educadores son las «peores» que se pueden registrar. En este inicio, estos tres factores están en una alineación casi perfecta para decirle a la sociedad venezolana: ‘no vengas, no me los traigas, aquí no hay nada qué hacer, no hay esperanza, futuro’. 14% de los niños y jóvenes están fuera de la escuela «no sabe qué es un salón de clase, una maestra, no sabe qué es hacer una tarea. Calatrava prosigue: 28 millones de personas habitan el territorio nacional. De esa cantidad, 11 millones tienen entre 0 y 18 años de edad, por lo que califican para asistir obligatoriamente a escuelas y liceos. Partiendo de estas cifras, 3 millones de niños y adolescentes se encuentran excluidos del sistema educativo, y 1 millón adicional corresponde a los desertores.

Lo más llamativo de la visita de los militares a las escuelas encabezado por Vladimir Padrino radica en el hecho de que la crisis de la educación es total, no se puede ocultar, salta a la vista de todos. Los estudiantes solo asisten a clase 2 días a la semana, el logro de los niños y jóvenes se ha prostituido con la adopción de un sistema de “Promoción automática”, los maestros se ven obligados a ejercer oficios complementarios para mantener sus hogares, hoy muchos de ellos desempeñan labores de servicio doméstico, forman parte de equipos de guardias residenciales, trabajan en oficios menores de limpieza, entre otras de las escasas oportunidades que tienen a su alcance, nuestros maestros barren calles, cuidan propiedades, son mesoneros, choferes, todos oficios dignos pero lejos de su cualificación principal como “maestros”. Este trozo de realidad lo que muestra o significa es que nuestros niños y jóvenes “no están aprendiendo” que se están convirtiendo en un grupo rezagado en el mundo solo comparables con los países más miserables entre los cuales ya no encontramos: En Venezuela no hay calidad educativa porque ni siquiera llegamos a 10 puntos en nuestras evaluaciones.

Según Calatrava las razones son claras. «Todo rendimiento estudiantil es una síntesis de cumplimiento de actividades escolares, acompañamiento de la familia y calidad, elaboración y ejecución de las actividades. Pero ¿qué pasa? En el país no se están cumpliendo todos los días de clase; si vamos a la escuela no se ven todas las clases porque no tenemos todos los profesores y lo que nos piden hacer no los reta.

Padrino va a la escuela y el mensaje es que no son los maestros con sus organizaciones los que presiden la apertura escolar, es lo contrario son los militares, el grupo de venezolanos armados, provistos de armas de guerra, encargado de reprimir, los que intentan aparecer en primera página en los diarios como parte de la apertura escolar. Paradójicamente arrestan un estudiante y lo torturan, lo privan de la visión de un ojo y le dejan heridas en su cuerpo:

“El estudiante de Antropología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la principal del país fue ‘torturado’ por funcionarios de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), cuerpo que lo detuvo el pasado 30 de agosto. ONG, activistas, familiares y abogados han denunciado que Álvarez fue ’golpeado con un bate’ y recibió ‘descargas eléctricas’, por lo que han exigido a la Defensoría del Pueblo activar la Comisión Nacional de Prevención de la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, y a la Fiscalía General la apertura de una investigación”.

Padrino, es la hora de la verdad. ¿Seguir torturando gente, estudiantes, o aparecerte en las puertas de una escuela también víctima del gobierno que representas, crees que con este acto convalidas la represión contra inocentes?

“El Instituto Casla emite una alerta internacional sobre la situación de Yosida Vanegas de Monasterio de 69 años, y denuncia el patrón de persecución que ejecuta el régimen contra familiares de los detenidos y perseguidos políticos. También denunciamos la incomunicación que sufren en celdas de castigo en el Sebin el hijo de Yosida, Juan Carlos Monasterio; y el capitán Juan Carlos Caguaripano”.

Concluyo sobre esta amenazante visita a la escuela de este hombre armado Vladimir Padrino con la siguiente reflexión: «La escuela, sitio de trabajo de los maestros, de lo que representa, acercarse a la visión, lo que significa ser un maestro como enseña Fernando Fernán Gómez en el inolvidable filme La lengua de las mariposas: Cómo se puede enseñar y aprender sin violencia sólo acudiendo a las fibras más profundas de un ser humano cualquiera, enseñar a respetar al otro sólo por aceptar que es un ser sensible, o también mostrar el poder del silencio con el silencio, sin órdenes, mostrando el infinito mundo de posibilidades que se despliegan en el silencio. Hoy sabemos que uno de los sectores más vulnerados, más débiles de nuestra sociedad son precisamente los maestros, aquellos seres cuya misión sagrada es conducirnos desde el inicio en la búsqueda, en el descubrimiento, en ese poder sagrado como es inventar, crear otra realidad a partir de una idea o una visión, dignificar al maestro por su noble oficio es otra de las grandes tareas que debemos cumplir en un proyecto de sociedad distinto. El liderazgo tiene la obligación de ubicar la dignificación del maestro como una de sus grandes tareas, no solo les corresponde a sus sindicatos protegerlos, es una obligación de nuestro liderazgo político, aquel que aspira conducir el país por nuevos rumbos, luchar con todas sus fuerzas y sin descanso por lograr que nuestros maestros puedan comunicarse con la lengua de las mariposas que les permite alcanzar el néctar del reservorio espiritual que lleva por dentro cada joven venezolano. Que nuestros maestros sean las personas respetadas, preparadas, y remuneradas como les corresponde por ser vanguardia cultural y ética de primera línea del país”.

No es con visitas amenazantes de militares y policías que el provenir de niños, adolescentes y de nuestros docentes puede estar asegurado, más que nunca hay que volver a una sociedad de personas libres e iguales, donde las leyes sean acuerdos y no imposiciones de gente armada. Padrino respeta las escuelas, a los maestros y a los venezolanos.


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