Borges-dólar -inflación
Foto: Federico PARRA / AFP

En medio de la puesta en escena del diálogo mexicano, reactivado después de permanecer congelado por mas de 12 meses, el régimen madurista replica sus nefastas políticas económicas y comerciales de naturaleza populista. Es evidente que Maduro y sus colaboradores se guían por la cartilla que suelen utilizar los gobernantes que no reparan en los daños que le infringen a los ciudadanos, cuando deterioran las variables económicas, financieras, monetarias y sociales, ya que para ellos lo esencial es seguir detentando el poder a costa de lo que sea, y en este caso venezolano es al precio alto de la pobreza que deben pagar los ciudadanos de un país atenazado por los problemas que se amontonan a las puertas de los hogares de las familias.

Todavía retumba como una tormenta aquella frase de Chávez, sentenciando que “ser rico es malo”, para seguidamente exhortar a sus correligionarios “a padecer de hambre o a comer piedras, si era menester, con tal de salvaguardar su revolución del socialismo del siglo XXI”. Esas contradicciones discursivas respondían a las imposturas de quienes no defienden principios, sino intereses personales, mientras los vicios les van carcomiendo los postulados y arrestos patrioteros, hasta convertirlos en rehenes de sus desvaríos y delirios de nuevos ricos. Solo basta con recordar aquellos aviones que se compraron, los derroches que se llevaban como un deslave miles de millones de dólares que nada tenían que ver con los niños de la calle que Hugo Chávez juró sacar de esa miseria, cosa que no hizo, como tampoco cumplir su juramento de cambiarse el nombre por semejante incumplimiento.

Otra vez, el régimen populista emprendido por el chavomadurismo retoma a través de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), ente adscrito al Ministerio de Comercio Nacional, las nefastas políticas de control de precios, que ha sido tan nociva como la de control de cambios. El desbordado costo de la vida que ellos han ocasionado con sus esquemas populistas, lo pretenden detener aplicando la misma medicina cuando, bien se sabe, que sus resultados han empeorado la salud económica y social de los venezolanos. Para esconder tal fracaso vuelven con la cantaleta de “la regulación de precios”, ahora de 42 rubros alimenticios, lista que estaría enmarcada en el esquema de control que ahora denominan “precios máximos”.

El desorden es de tal magnitud, que al momento de escribir este artículo los medios de comunicación que sobreviven en Venezuela no han podido confirmar esta especie, que fue divulgada por la mismísima Sundde, pero que repentinamente la sacó de circulación. O sea, que estamos en un limbo, ya que no se sabe, a ciencia cierta, si esa medida populista se aplicará tal como fue comunicada por el organismo gubernamental.

¿Qué es lo que está pasando? Que la devaluación está “corriendo como río crecido” y eso coloca a la tasa oficial del dólar, avalada por el mismísimo Banco Central de Venezuela, en 11,25 bolívares. Lo que significa que el salario mínimo equivale a 11,55 dólares y el ingreso integral equivale 15,5 dólares. En pocas palabras, que la inmensa mayoría de los venezolanos seguirán acorralados en la pobreza, desmintiendo la narrativa oficialista de que “Venezuela se arregló”.  ¿Quién puede comprar en los bodegones con esos ingresos miserables?


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!