La dictadura de Nicolás Maduro busca dificultar la marcha de las elecciones primarias de la oposición, si no puede impedirlas, con el propósito de que haya un candidato presidencial único de cara a los comicios generales de 2024.

En una movida inesperada, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, anunció la renuncia de los miembros chavistas del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el nombramiento de un comité para designar nuevos miembros del ente electoral. La dimisión de los oficialistas fue vista por analistas y opositores como un intento del régimen de Maduro de condicionar la elección de candidatos presidenciales de la oposición.

Los nuevos integrantes de la CNE serán seleccionados por un comité legislativo que tiene como figura principal a la diputada Cilia Flores, esposa de Maduro, quien maneja los hilos del poder tras bastidores. Su salto hacia el control de la CNE le brindará las herramientas para manipular con comodidad las elecciones presidenciales del año próximo, en las que el régimen buscará no ceder el poder que retiene desde hace un cuarto de siglo.

Esta sería la primera maniobra legislativa del régimen de Maduro para debilitar y obstaculizar abiertamente el proceso de las primarias de la oposición, pero también para asegurarse el control total del CNE con vistas a los comicios presidenciales. Además, se pospuso indefinidamente la reunión para definir los términos en que la Comisión Nacional de las Primarias iba a proporcionar asistencia técnica a la oposición para los comicios previstos para el próximo 22 de octubre.

La maniobra persuadió a la oposición sobre la necesidad de superar sus divisiones y la movió a anunciar su firme decisión de llevar adelante sus elecciones primarias para intentar derrotar a Maduro en 2024. Dichos comicios serán autogestionados, sin la participación del ente electoral, lo que requerirá un compromiso decidido de la sociedad para certificar su validez.

No caben dudas de que la intención del régimen es construir un esquema que impida la victoria de la disidencia en el estado de Barinas, como sucedió en las elecciones estaduales de 2022. Para ello intentará dividir al bloque opositor obligándolo a atomizarse con diversos candidatos a las presidenciales, incluyendo inhabilitaciones, de modo de dispersar los votos y provocar una nueva frustración en la sociedad venezolana.

Al respecto, sectores ligados al chavismo anunciaron que reclamarán la inhabilitación de María Corina Machado, la precandidata presidencial que lidera los sondeos de las primarias opositoras programadas para octubre y que ha devuelto a la oposición el fervor popular que hace años no se veía en Venezuela.

Las elecciones primarias son el instrumento para darle legitimidad al liderazgo político y unificar a esa gran mayoría de venezolanos que quiere y reclama un cambio de gobierno. Es de esperar que la oposición no pierda esta nueva oportunidad, que sea capaz de dejar de lado las diferencias que impidan su unidad y que postule un candidato único con la capacidad y convicción necesarias para enfrentar exitosamente al dictador Maduro.

Editorial publicado por el diario La Nación de Argentina


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