La guerra fratricida entre israelíes y palestinos tiene un responsable, desde la creación del Estado de Israel: Inglaterra; sin embargo, en este conflicto, convergen múltiples factores que van desde sus orígenes bíblicos enmarcados en la descendencia del patriarca Jacob, nieto de Abraham, quien cuando Palestina era habitada por los filisteos rebautizó como Yisra’el debido a que en la traducción del griego a español Palestina significa «tierra de los filisteos.

Transversalizado el origen del conflicto, convergieron factores históricos, políticos y geopolíticos, donde corsarios ingleses a la orden de la corona inglesa con patentes de corso, al igual que los Bandeirantes -como se llamaba a los aventureros del imperio portugués-, a partir del siglo XVI, ocuparon nuestros territorios en el Esequibo, Demerara y Berbice.

Históricamente, el conflicto tiene sus orígenes en cinco eventos: -La caída del imperio otomano; -el triunfo militar de Inglaterra como parte de la Triple Entente; -La Declaración Balfour (1917), al final de la Primera Guerra Mundial, (1914-1918), en apoyo a los judíos, a fin de permitir su asentamiento en los territorios palestinos que en ese entonces formaba parte del Imperio otomano; -La retirada de Inglaterra del problema en 1948, dejándolo en manos de la ONU, el mandato internacional, acordado por la ONU; y -el reparto del Mandato Británico en dos Estados, uno judío y otro árabe, según resolución 181 de la Asamblea General de 1947.

Tras la retirada británica, los judíos proclamaron la independencia del Estado de Israel en mayo de 1948, mientras que los árabes no aceptaron el reparto y declararon la guerra dos días después de la proclamación de la independencia del Estado judío.

Geopolíticamente. Como parte de la diplomacia multilateral, el mandato británico sobre Palestina ordenaba una administración territorial bajo un régimen internacional totalmente discriminatorio para Palestina, mientras a Israel le otorgaba un trato diferencial como un Estado libre y soberano con la Resolución 181/ 1947 de las Naciones Unidas, la cual oficialmente dividió a Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío.

Políticamente. El 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurión declara la independencia del nuevo Estado de Israel. El país recibe una gran oposición internacional, pero también un gran apoyo de otros países como Inglaterra. Pues Israel es visto como un refugio seguro para las numerosas víctimas de la persecución nazi a los judíos en Europa. En este contexto el objetivo era buscar un hogar para los Judíos, por lo cual se pensó en un momento fundar el Estado de Israel en la Guayana Inglesa, llamándola «Erez Israel» (Tierra de Israel).

La propuesta fue formulada por el rabino Chaim Weizman, primer presidente del Estado de Israel en 1918, quien creía que la Guayana Esequiba sería un lugar ideal para el pueblo judío porque era un territorio deshabitado y rico en recursos naturales.

En este contexto, está claro que la diplomacia inglesa, el Foreign Office, ha sabido jugar, intervenir y deshacerse de los problemas producto de su terrofagia, con la entrega de territorios como Hong Kong, Australia, de las colonias, protectorados, los 14 territorios de ultramar británicos como el peñón de Peñón de Gibraltar y los cincuenta y seis (56) países soberanos independientes y semiindependientes miembros del Commonwealth; no así en el caso de las Malvinas el Peñón de Gibraltar o nuestra Guayana Esequiba.

En estos momentos Venezuela libra una dura batalla no solo contra la excolonia inglesa en la CIJ, sino contra la arrogante Albión de los días de la Reina Victoria, gestora de: – Las conspiraciones tramadas en el Tratado de Washington de 1897; -La componenda en la composición del tribunal de Paris; -De los vicios de nulidad contenidos en el Laudo arbitral de Paris de 1899; -y más reciente los extraños fallos de la CIJ, a las objeciones presentadas por Venezuela de su falta de jurisdicción y la necesaria participación de Inglaterra en el juicio instaurado por la ex colonia de la Guyana inglesa, lo cual deja en evidencia los interese ocultos de Inglaterra y su complicidad en los despojos territoriales en el Esequibo, reclamados por el Libertador desde 1822, razón por la cual como venezolanos debemos estar unidos como una sola y sólida roca como el macizo guayanés, sin hacer consultas con los resultados ya conocidos.


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