Parte I

“Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales… No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo” (Efesios 6:11-18)

Los hijos de la luz constituyen la parte más conspicua de la humanidad, mientras que los hijos de la oscuridad representan una minoría absoluta. Y, sin embargo, los primeros son objeto de una especie de discriminación que los coloca en una situación de inferioridad moral con respecto a sus adversarios, que a menudo ocupan posiciones estratégicas en el gobierno, en la política, en la economía y en los medios de comunicación”. (Carta al presidente de EE.UU por parte del Arzobispo Titular de Ulpiana, junio 2020)

La gripe de 1918 fue tan letal -hoy sería equivalente a 200 millones de personas-… A partir de 1920… el inicio de una revolución demográfica…“ (Infobae, julio 2020)

 

«La economía requerirá abundante y crecientes minerales extranjeros, especialmente de países menos desarrollados… la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de Estados Unidos…” (NSSM, 1974)

Programa 21 es un plan de acción exhaustivo que habrá de ser adoptado universal, nacional y localmente por organizaciones del Sistema de Naciones Unidas, Gobiernos y Grupos Principales de cada zona en la cual el ser humano influya en el medio ambiente

Desde los años sesenta, el Banco Mundial, la ONU, y fundaciones filantrópicas estadounidenses, como la Ford o la Rockefeller, empezaron a enfocarse en lo que consideraban el problema de las cifras crecientes del Tercer Mundo. Consideraban que la sobrepoblación era la principal causa de degradación ambiental, el bajo desarrollo económico y la inestabilidad política. La población masiva en el Tercer Mundo se veía como una amenaza al capitalismo occidental y al acceso a los recursos…” (BBC, octubre 2011)

Esta ecuación tiene cuatro factores: CO2= PxSxExC

Así que tiene una cosa a la izquierda, CO2, que se quiere que llegue a cero,  que estará basada en la cantidad de personas (P), los servicios (S) que cada persona utiliza en promedio, la energía (E) en promedio para cada servicio y el C emitido por cada unidad de energía… El mundo tiene en la actualidad 6.800 millones de personas (P) y está en camino para llegar a 9.000 millones. Ahora si hacemos un gran trabajo en nuevas vacunas, cuidados de salud y servicios de salud reproductivos podríamos disminuir esa cifra, quizás, 10% o 15%” (TED, 2010)

«Debemos seguir disminuyendo la tasa de crecimiento de la población mundial. El planeta no puede soportar más gente«. «Si pudiera reencarnarme, me gustaría volver como un virus mortal… contribuir a resolver la superpoblación» (Actualidad, septiembre 2014)

Primer paso: Eugenesia. Eliminar a los comensales inútiles (mayores de 65 y enfermos crónicos); la creación de una sociedad inmunodeprimida. Siguiente objetivo: Recesión. Depauperar  las sociedades y su desarticulación” (Juárez hoy, abril 2020)

Lo mismo sucederá al final de los tiempos, saldrán los ángeles, separaran a los malos de los justos y los echaran al horno de fuego. Allí será el llanto…” (Mateo 13, 47-53)

Parte II

“Todo parece indicar que estamos a las puertas del periodo denominado fin de los tiempos, donde  la batalla entre el bien y el mal será mucho más fuerte y decisiva, donde Dios le arrebatará al maligno y a sus secuaces el control que tienen de buena parte del mundo, lo que implicará una purificación del mundo. Pero también una purificación a nivel de cada uno de nosotros que conducirá finalmente al triunfo del Inmaculado Corazón de María, a un nuevo Pentecostés  y a un posterior período de paz.

Pero lo que tenemos inmediatamente enfrente es la agudización de la batalla entre el bien y el mal, y  la oración será fundamental en este período: más importante de lo que se puede imaginar. Nos enfrentaremos a un enemigo cada vez más violento y además mentiroso, que va a crear falsas impresiones para despistarnos y sacarnos de rumbo. Él tratará de darnos miedo, quitarnos la paz, desinformarnos de lo que sucede realmente, dividirnos y hacernos creer que tiene más poder del que tiene. Razones por las que debemos estar atados más fuertemente a Dios, no sólo para avanzar en nuestra purificación, dejándonos purificar por Él para que podamos acceder a todas su gracia, sino también porque necesitamos protección y poder ver la realidad sin las falsas ilusiones creadas por el maligno.  Y además apoyar con nuestra oración la conversión del mundo: especialmente de nuestros seres queridos.

Esta lucha no aparecerá de improviso, ya hay signos premonitorios, como el pánico que está siendo generado a raíz de la epidemia de coronavirus. Pero también Dios mandó a sus profetas a avisarnos desde hace siglos la lucha que vendría. Uno de ellos fue la hermana Mariana de Jesús Torres en Quito Ecuador, que recibió apariciones de la Santísima Virgen en el siglo XVII. Nuestra señora le dijo que en el siglo XX la preciosa luz de la fe se apagará en las almas debido a la corrupción moral, y que el pequeño número de almas que mantengan la fe y practiquen las virtudes padecerán variados sufrimientos También le dijo que la inocencia de los niños casi desaparecerá, y que buena parte de los sacerdotes abandonarán sus deberes sagrados y se apartarán del camino marcado por Dios.

Después, a mitad del siglo XIX, nuestra señora se apareció en La Salette. Le  dijo a los videntes que sobre fines del siglo XIX una gran cantidad de demonios serían liberados del infierno y que pondrían fin a la fe poco a poco, incluso en aquellos dedicados a Dios, dando como resultado que los espíritus de las tinieblas se extenderán por todas partes y habrá un debilitamiento universal en todo lo que concierne al servicio de Dios. Habla también que se producirá un descuido de la oración y la penitencia.

Pocos años después el papa León XIII tuvo la visión de un ataque masivo de demonios sobre el mundo permitido por Jesucristo. Él oyó un diálogo entre el demonio y nuestro Señor en el que el maligno le decía que podía destruir la Iglesia, y que solo necesitaba un poco más de poder y tiempo. Jesucristo acepta el reto, y le da entre 75 y 100 años para operar más libremente. Fue a raíz de estas visiones que León XIII escribió las oraciones leoninas para decir después de cada misa entre la que estaba la oración a san Miguel Arcángel.

Luego, a principios del siglo XX, san Pio X escribió su Primera Encíclica advirtiendo sobre los furiosos esfuerzos para borrar la memoria y el conocimiento de Dios de la faz de la tierra, y en 1957 Sor Lucía de Fátima en una entrevista con el padre Fuentes le dijo que la Virgen le contó que el diablo está en medio de una batalla decisiva contra ella, y que de ahora en adelante debemos elegir con quién vamos a estar. También le dijo que Dios está dando en los últimos remedios al mundo, que son el Santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María, y nos está dando también el último medio de salvación que es su Santísima Madre. Concluyó diciendo: es necesario que cada uno de nosotros comencemos a reformarnos espiritualmente, no solo en el deber de salvar nuestras propias almas, sino también las almas que Dios ha puesto en nuestro camino, porque el diablo hará todo lo posible para distraernos y quitarnos el amor por la oración…” (Foro de la Virgen María, julio 2020)

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2020.

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