La opinión pública tiene un papel trascendente en la configuración de la sociedad. Es dictamen colectivo de las personas sobre cualquier tema o cuestión determinada. El sentir público tiene el poder de influir en las políticas gubernamentales, discurso e incluso comportamiento ciudadano. El opinar de una sociedad es reveladora, e impacta.

Puede ser moldeada por varios factores; medios de comunicación, políticos, grupos de interés y redes sociales. Individual o en su conjunto, produce efecto de manera significativa en la formación de la opinión pública. Tienen poder de enmarcar la narrativa y agenda sobre cualquier tema dado. Los canales de noticias, periódicos y plataformas, dan carácter a la percepción que tiene el público de los eventos al resaltar u omitir de manera selectiva ciertos detalles. La política, conjuntos y vinculados de provecho también juegan un papel fundamental, utilizando diversas tácticas, como discursos, mítines, originar tareas y campañas publicitarias para producir resultado, consecuencia y promover.

El impacto se puede observar en varias áreas, normas sociales y comportamiento individual; las políticas gubernamentales con frecuencia son moldeadas por la opinión pública. Los funcionarios electos, deben responder a veredictos y rendir cuenta a sus electores. Razón por la cual, realizan encuestas para tantear sentires antes de tomar decisiones sobre temas de importancia. Pautas y valores también son determinados, y temas como igualdad de género, derechos ciudadanos y justicia racial han evolucionado, llevando cambios en principios y reglas de la sociedad.

El poder de influir en el comportamiento, es incalculable. Por ejemplo, normas sociales y presión de compañeros pueden moldear actitudes y acciones de los individuos. De allí, que las cruzadas para fomentar el manejo seguro, desalentar el tabaquismo a menudo utilizan medidas para intervenir en el proceder. De igual modo, para inclinar el comportarse del consumidor; las empresas realizan estudios de comprensión sobre sus productos, utilizando la información para mejorar sus ofertas.

Sin embargo, la opinión pública no es certera ni siempre precisa o refleja la realidad. Puede estar influenciada por prejuicios, obsesiones, desinformación y propaganda. En los últimos años ha habido un aumento de las noticias falsas y teorías de confabulación, que han influido en la opinión pública sobre numerosos temas. Es fundamental evaluar críticamente las fuentes de información y no depender únicamente de las redes sociales o canales de noticias.

En el caso Venezuela, la crisis política y económica, debatida y controversial, surgen teorías de intriga alimentadas de propaganda conveniente y difusión intencionada, generando desconcierto confusión y desconfianza. Por ejemplo: la creencia de un complot extranjero para derrocar al gobierno, es hipótesis indicadora que Estados Unidos y otros países occidentales confabulan para desestabilizarlo. Presunción desacreditada por quienes argumentan, una mala gestión económica y corrupción gubernamental.

Otro supuesto conspirativo, es el resultado de un experimento socialista que salió mal. Sugiere que las políticas comunistas-castro-socialistas implementadas, provocan el colapso económico. Y finalmente, los opositores financiados, apoyados por haberes extranjeros, aludiendo que dirigentes trabajan para y con gobiernos extranjeros para perturbar y tomar el control del país.

El impacto de estos cálculos de conspiración ha sido significativo. Creando susceptibilidad, recelo y aprensión entre la ciudadanía, lo que dificulta tener discusiones comprometidas, responsables sobre los problemas del país. Utilizados por inescrupulosos, para despistar, traspapelar pecados, evadir culpas, desacreditar y mancillar ajenos.

La utilización irresponsable de teorías para denigrar ha sido perjudicial para las instituciones democráticas. Se manipulan para justificar arrestos, encarcelamientos y reprimir independencias civiles, como la libertad de expresión y prensa. Un ejemplo evidente, incuestionable, los cientos de presos/exiliados por razones y causa política.

La opinión pública es un aspecto transcendental de toda sociedad. Da forma, regla, medida, comportamiento individual y colectivo. Sin embargo, no deja de estar sujeto a sesgos, oblicuidad, torcimiento y desinformación. Es esencial evaluar en detalle las fuentes de información y participar en debates saludables para formar una opinión precisa, instruida y entendida. Todos sin excepción, tienen un papel que desempeñar en la formación de la opinión pública. Depende de nosotros ser garantes, críticos y fustigadores de la información, tomar decisiones conocedoras, enteradas, y basadas en orígenes confiables.

@ArmandoMartini

 


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