“La creatividad no es una cualidad de la que estén dotados particularmente los artistas y otros individuos, sino una actitud que puede poseer cada persona” Erich Fromm (psicoanalista-filosofo-humanista- judío alemán-1959). También el ajedrez es una disciplina que desarrolla la capacidad de un ser creativo, y que cada día podemos ser más creativos (Cesar A. Monroy H. Director de la academia FICM de ajedrez virtual. Gamificación, llevar el juego a ámbitos donde no es común. Autor del proyecto Ajedrez interdisciplinar– Colombia). El origen del ajedrez se pierde en la noche del tiempo, por otro lado, la historia ubica sus raíces en la antigua India, alrededor del siglo VI. Originalmente conocido como chaturanga, fue diseñado para representar la estrategia y táctica de la guerra, con piezas que representaban varios elementos de un ejército y fue llevado al Occidente medieval por medio de los persas y los árabes. Ha sido utilizado como como símbolo de reflexión y estrategia, tiene varias interpretaciones simbólicas en el desarrollo de la historia. Su simbolismo es trascendente, cuyo propósito es llevarnos al conocimiento para el desarrollo y despertar de la conciencia. La comprensión de sus símbolos es de suma importancia, nos conduce a un conocimiento superior. La estrategia del ajedrez ha tenida múltiples interpretaciones en su historia. La masonería, es como un jardín donde se cultivan los símbolos que son las bases primordiales de sus enseñanzas iniciáticas. El ajedrez ha conservado vestigios de ese carácter sagrado. El juego del ajedrez es la representación de sendos ejércitos, actualizando el drama cósmico de la dualidad, sobre un pavimento cuadrado, formado por baldosas alternativamente blancas y negras. Cuando el ser humano vive en perfecta armonía con el cosmos, los juegos poseen un carácter sagrado, y no es una simple distracción. Los filósofos Sócrates y Platón sostienen que el juego del Ajedrez es originario de Egipto y el dios Thoth es su inventor. La logia masónica se encuentra entre un piso ajedrezado y la bóveda estrellada que adorna el techo, una alegoría de que los masones caminamos en una senda entre el cielo y la tierra. El tablero con los colores blanco y negro representa a la dualidad, a Dios Uno y dual, como el Yin-Yang de la tradición oriental. Aprendemos que la Luz y la oscuridad se oponen, pero se complementan, porque el uno no existe sin el otro. Dice Rene Guenon (masón-matemático-filosofo-estetista-francés), que el blanco y negro tiene un orden metafísico: El negro, el cielo, representa al no manifestado y el blanco, la tierra, representa al manifestado. En el Ajedrez el “Rey” representa el estado sacerdotal o brahmánico, el cual hay que proteger, y el fin del juego es protegerlo, y si el contrario lo encierra se da el “Jaque Mate”, fin del juego. La corona del Rey, forma circular que representa al cielo, que tiene una posesión de una realeza interior, que le permite gobernar en orden con la Voluntad Divina. Corona viene del griego “Karn”, cúspide la montaña Sagrada Hiperbórea. En el Árbol Cabalístico, Kehter es la Unidad, la más elevada del Árbol, y es la corona que porta  el Adam Kadmon. El Rey se mueve libre en forma circular, una casilla a su alrededor (el centro donde gira el compás), símbolo de su inteligencia Divina. Lincoln R. Maiztegui Casas, Universidad de Montevideo, dice que en el juego del Ajedrez y el arte de los sonidos (clima musical), existe un cordón umbilical, que se expresa subjetivamente en diferentes formas, y quien escribe este artículo, lo relaciono y comprendo con el “Silencio”. Ahora bien, encontrar un paralelo entre el Ajedrez y la filosofía, en particular, con su rama metafísica, no es el objetivo de este artículo, para comprenderlo hay que trascender la razón. El ajedrez es una actividad lúdica (la actividad que se realiza con fines recreativos o para competir y que se basa en reglas. Está relacionado con el entretenimiento), en cambio los que creen en la predestinación (de la palabra griega proorizo, que tiene el significado de «determinar de antemano» – predeterminado por fuerzas superiores) han encontrado una equivalencia entre la movilidad de una pieza, siempre condicionada a la voluntad hipertexto jugador y la suerte del individuo. El gran poeta y humanista persa Omar Khayaham, que vivió entre el 1048 y el 1122, en uno de sus poemas breves llamados Rubayat, dijo: “Y después de todo, qué es la vida sino un inmenso tablero de ajedrez, sobre el cual el Destino mueve a los hombres como si fueran piezas, y luego los coloca en una caja de madera”. Jorge Luis Borges (escritor, poeta, ensayista, estetista y traductor argentino) escribió sobre el Ajedrez: “si el Destino, o Dios, mueve tanto las piezas de ajedrez sobre el tablero como al hombre sobre el mundo, quién mueve o condiciona, a su vez, la voluntad de ese Destino o de ese Dios. Metafísica pura”. La pieza del ajedrez cree que tiene la libertad de moverse a su libre advedrio, pero no sabe que está sometida a la mente y mano del jugador que juega con su destino, igual forma ocurre con el ser humano quien esta engañado con el espejismo de su libertad, pues está sometido, igual que la pieza del ajedrez, sometido a otra voluntad superior, que solo “Él” sabe el objetivo de su misión en este plano. Entre la masonería y su ritual hay una similitud en su noción del proceso de aprendizaje. En la masonería comienza en el primer grado y en el ajedrez se mejora en el juego con el tiempo el estudio de sus estrategias y se adquiere experiencia. Ambos están llenos de simbología, tanto la masonería y el ajedrez se pueden ver como un juego sagrado, desde el punto de vista iniciático, cada una de las piezas representan cualidades del ser humano.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!