Trabajo 6 de Hércules: “Apoderándose del cinturón de Hipólita” – Virgo (22 Agosto – 21 Septiembre). El Rey Euristeo le encarga una nueva tarea a Hércules y le pide que le traiga el “Cinturón de Hipólita”. Admeta, la hija del Rey Euristeo, deseaba poseer ese “Magnifico Cinturón”, que le había regalado a la Reina Hipólita (Reina de las Amazonas) su padre “Ares” (Ares es junto Atenea el dios griego de la Guerra – representa la muerte – En Roma era Marte) como insignia real, aunque también, según otros conocedores del Mito, se lo había dado Venus, la reina del amor. Este cinturón era símbolo de “la Unidad, de la Maternidad y del Niño”, a quien toda la humanidad se vuelve. Hércules se embarca en esta nueva misión y va acompañado de Telamón (hijo de Éaco y Endeis, hermano de Peleo) e Iolao (hijo de Ificles y Automedusa) y se dice que es posible lo haya acompañado Peleo (sobrino de Hércules) también. Las amazonas estaban ubicadas a orilla del rio Termodonte (centro norte de Turquía), un pueblo de mujeres, gobernado por mujeres, muy belicosas, poco temerosas y muy fuertes. Hércules, tiene que apoderarse del cinturón de Hipólita, ella es la gran reina de las  Amazonas. Esta es la orden que recibió de Euristeo. Cuando llega a Paros, tiene un enfrentamiento donde pierden la vida los hijos de Minos (Rey de Creta – hijo de Europa y Zeus – El esposo de Europa era Asterion, quien cuido a Minos como si fuera suyo) llamados: Eurimedonte, Crises, Nefalión y Filolao. Luego llega a Temiscira (antigua ciudad griega-cerca del Mar Negro y desembocadura del rio Termodonte – Turquía), donde habitan las Amazonas lideradas por la reina Hipólita. Cuando llega a Temiscira le esperaba la Reina Hipólita con su Amazonas en actitud de paz dándoles una afectuosa bienvenida, pues sabía de las proezas del Hércules en sus misiones y el objeto de su visita a las Amazonas. Quedo impactada al conocer a Heracles, quien le manifestó el objeto de su visita, que era pedirle le etregara su cinturón que le había regalado su padre, el cual le salvaría la vida a él y sus acompañantes. La Reina Hipólita le ofreció entregarle su cinturón de oro puro y símbolo del poder sobre las Amazonas, de buen agrado sin condiciones. La Diosa Hera, se hizo pasar por una amazona corriendo la voz de la falsa noticia de que Hércules y sus hombres querían secuestrar a la Reina Hipólita y conquistar su país, porque no soportaba que un país sea gobernado por mujeres. Hera estaba molesta por la facilidad con que consiguió poseer el Cinturón sin esfuerzo. Las Amazonas cambiaron su actitud de paz, y tomaron su forma de aguerridas guerreras despiadadas, y montadas en sus caballos atacando el navío donde estaba reunido Hércules con la Reina Hipólita. Hércules y sus hombres se sintieron engañados y respondieron con mayor violencia. Hércules, mira a la Reina Hipólita y ambos se sintieron engañados, pues confiaba el uno del otro, ella trato de defenderse pero Hércules la atravesó con su espada quitándole la vida. Le quito el “Cinturón”, se lo coloco sobre su hombro, y se marcho del lugar. Tremendo error, la reina de las Amazonas tenía que ser redimida por la unión y no por la muerte. Hércules se percato que lo ocurrido con las amazonas fue por causa de la terrible Diosa Heras, quien la había vuelto a engañar, pero el daño causado ya estaba hecho. Hércules da la orden, todos a bordo, nuestra misión aquí ha terminado, izaron las velas y se hace a la mar muy decepcionado, arribando después a las costas de Troya. Esta región estaba gobernada por el Rey Laomedonte, el cual tenía una hija llamada Hesione. El Rey Laomedonte fue desleal y traicionero con los dioses Poseidon (Dios del mar, de los ríos, tormentas, y terremotos, inundaciones) y Apolo (patrono del oráculo de Delfos-juventud, belleza, mecenas de las artes – el más amado de los dioses). Zeus lo castigo. Apolo le envió una epidemia y Poseidón le envió un monstruo cetáceo que invade la planicie de Troya causando desastres. Un oráculo le sugiere al Rey Laomedonte, que para aplacar las calamidades debe dar en sacrificio a su hija Hesione al monstruo, encadenándola a una roca a la orilla del mar para que la devore. Este episodio es semejante a Perceo cuando salvo a Andromeda. Hercules para salvar a “Hesione”, hace un pacto con el Rey Laomedonte: le pide a cambio de salvar la vida de su hija los “Caballos Divinos” (Era un regalo de Zeus a Tros, abuelo del Rey Laomedonte por salvar a su hijo “Ganimedes”. El Rey acepto el pacto y Hércules se dispuso a cumplir su parte. Cuando fue a rescatarla, ya el monstruo marino se la había engullido, de inmediato se enfrento al monstruo y se dejo engullir por el mismo. Ya en su vientre, toma a Hesione con la mano izquierda (con esta mano se recibe–se relaciona con lo femenino), pero esta acción, según la mitología griega, tomo tres días, semejante a lo que le ocurrió al Jonás bíblico, pero sin luchar. Hércules, con su espada destroza el interior del monstruo dándole muerte y rescata a Hesione. El Rey Laomedonte, a quien el Dios Zeus castigo por incumplimiento de la palabra, por astuto, ladino y pícaro, también se comporto igual con Hércules, incumpliendo el trato, y en vez de entregarle ”Los Caballos Divinos”, lo engaño entregándole “caballos común y corrientes”. Hércules lo amenaza con una guerra, que mas tarde cumple con la batalla de Troya. Se marcha, y después de unas luchas en Enos (antigua ciudad griega en Tracia-Turquía), Tasos (situada en el mar Egeo, cerca de Tracia) y en Torone (fue una antigua ciudad griega en la región de Epiro, entre la desembocadura del río Thiamis). Luego llega a Micenas y le entrega al Rey Euristeo el cinturón de Hipólita. Este trabajo de Hércules tiene sus significados: el cinturón de Hipólita era el símbolo de la Unidad, sacrificio, fe, Amor, el cual no comprendió. Salvando la vida de Hesione, logro resarcir el error de quitarle la vida a la Reina Hipólita, equilibro una acción incorrecta. El Cinturón rodea y cubre la cintura, nuestros centros inferiores e instintos. El sendero iniciático está lleno de adversidades de la vida Karmica. Solo atendemos a los que nos caen bien, pero ignoramos a los que nos aman y ofrecen paz, es por esto que no comprendemos nuestro nivel de estado de conciencia. El Ego nos ilusiona en el plano. El amor no se decreta ni se toma a la fuerza, fluye por si mismo, para comprenderlo tenemos que equilibrar los instintos inferiores. Ninguna verdad es completa sino equilibramos los opuestos. Hay que practicar las virtudes de la “Tolerancia, compasión y caridad”. La tolerancia es vivir y dejar vivir, aceptar al otro tal como es, que en la masonería llamamos “Fraternidad” y amor masónico, y así vendrán los cambios y crecimiento. La vida es una constante evolución. Hay que olvidarse de sí mismo, para cumplir nuestra misión en este plano.


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