Séptimo trabajo de Hércules: La Captura del Jabalí de Erimanto (Libra. 22 Septiembre – 21 Octubre). El rey Euristeo, su primo y poco amigo, después de que Hércules descansó de su última misión, le tiene lista su próxima misión. Otro trabajo debe ser llevado a cabo. En la mitología griega, el Jabalí de Erimanto era una criatura que causaba muchos problemas en toda la zona, vivía en Erimanto, un monte de la Arcadia. Era un animal muy feroz y enorme, podía arrancar un árbol con sus colmillos, cuyo alimento preferido era la carne humana. Según la mitología griega, el Monte Erimanto, llamado así por un hijo de Apolo al que Afrodita le quito la visión de los ojos por haberla visto bañarse desnuda. Apolo se vengó tomando la figura de Jabalí, le quitó la vida a Adonis, amor de Afrodita. La misión de Hércules es capturar al Jabalí de las montañas de Erimanto y traerlo vivo. Apolo le regaló un arco para esta misión, pero Hércules (Héroe Solar) decidió que en esta misión no habrá muertes y destrucción como en las anteriores misiones. Se preparó muy bien para esta misión, por lo difícil y delicada. Pasó el portal hacia su misión desarmado, excepto por su fuerte clava. En el transcurso de su misión se le presentarán dos situaciones importantes: una rara amistad y el coraje sin temor. Se dirigió a las altas montañas de Erimanto en busca del jabalí, pues allí habitaba tan feroz animal. En la montaña se encontró a un viejo amigo, bien extraño, es un centauro llamado Folos, quien lo invitó a libar un poco de vino para festejar el encuentro. Folos invitó a otro centauro, el sabio Quirón. El vino es de los compañeros centauros, que lo tenían reservado para momentos muy especiales, por lo tanto estaba prohibido consumirlo. Hércules entre el vino y la algarabía olvido por momentos su misión. El grupo de centauros percibieron lo que ocurría, sumamente molestos se presentaron y atacaron ferozmente a Hércules y sus acompañantes centauros. Hércules, ebrio, se defendió y entre la trifulca desposeído de sí mismo y por error mata a sus dos amigos centauros: Folos y Quirón; aunque había prometido no haber violencia y muerte, luego huyó hacia las montañas, reanudando la búsqueda del Jabalí. Siguió subiendo la montaña hasta llegar al nivel de los nevados. Allí observó bien el lugar, y a lo lejos divisó el Jabalí, esperó que se acercara más, optó por armar una trampa, donde el Jabalí fuera atrapado sin hacerle daño. Llegó la noche y al alba el Jabalí salió de su madriguera a buscar alimento y cayó en la ingeniosa trampa hecha por Hércules. Hércules se acercó y lo liberó, y los dos tuvieron una lucha fuerte, feroz hasta dominarlo. Quedó domesticado el animal. Hércules le ató una cuerda de las patas traseras, y así lo llevó hasta la presencia de Euristeo. En el camino, la gente se agolpó para ver al feroz animal domesticado, por la forma como lo llevaba Hércules, causó mucha risa ver dominada la bestia feroz. Regreso con el Jabalí donde el Rey Euristeo, así ejecutó Hércules su séptimo trabajo. Tenemos en este trabajo, que lo cobija el signo “Libra”, equilibrio y justicia, identificado por una balanza. La trampa que prepara para cazar el fiero animal nos evoca la idea de la atención, como preparamos trampas para que nuestros deseos dejen de ser el conductor de nosotros. Una falta importante en esta tarea: se le dijo que reservara tiempo para el alimento, Hércules lo malgasto tomando vino y embriagándose. El vino representa el elixir de la vida, conocimiento e iniciación, también los deseos. Pero en exceso te lleva a un espejismo y fantasía causado por la embriagues. La embriaguez trae alegría fantasiosa, también trae sufrimiento, se desbocan las bajas pasiones y graves consecuencias. Los centauros: Quirón (el sabio) es el pensamiento correcto y Folo es la fuerza física. El pensamiento y la fuerza física no controlan los deseos. La Captura del Jabalí, es como un símbolo que nos revela un mensaje iniciático: para eliminar el ego, se necesita atención, prudencia, no temer a conocernos a nosotros mismos. Conocer nuestros límites, vicios y bajas pasiones. El Jabalí es el Ego, causante de nuestro sufrimiento en este plano. El sufrimiento es causado por los deseos, lo decía el Maestro Buda y nos enseña que para eliminar el sufrimiento hay que suprimir los deseos. Cuando nuestra voluntad se fusiona con la Voluntad Universal, se producen grandes cambios. Solo atreves del equilibrio, el silencio y la paz podemos integrar nuestra personalidad, antesala de la iluminación. Las altas montañas simbolizan la elevación del Iniciado en la Masonería, el crecimiento, por medio de la comprensión de los mensajes de los símbolos masónicos. El símbolo de Folo (cuerpo físico) con su invitación a libar vino, Hércules sucumbió ante los deseos. Libra es un equilibrio entre lo espiritual y lo material. La dama que sostiene la balanza y esta vendada, nos simboliza también, que la mirada a nuestro interior nos puede indicar un sendero  justo y misericordioso. La extraña amistad con los centauros, simboliza  que se dejo llevar por los instintos básicos, tentaciones y su consecuencia: dejo a un lado su objetivo de la misión temporalmente. Esta tarea de Hércules nos enseña el equilibrio, la prudencia, la atención y sobre todo el manejo de nuestra voluntad. Condición primordial para iniciar el sendero iniciático.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!