En esta serie de artículos quise resaltar el mensaje del maestro Jesús, y si, para mi comprensión, es la figura más relevante que ha existido desde hace más de 2.000 años y también la figura del maestro Buda, que después de 6.000 años sigue siendo una filosofía de vida, y también un sendero espiritual. Los dos maestros: Buda y Jesús, quienes por sus virtudes trascendieron este plano físico, pero siguen siendo una guía en el sendero espiritual para vibrar a los mismos niveles de las energías superiores. El tema real de la serie de artículos es “La religión natural y el deísmo”. En escritos anteriores decíamos que la “dimensión religiosa” es casi imposible que sea erradicada de la mente del ser humano. Siempre el ser humano creará grupos religiosos cuando crea que “encontró la verdad”. Nuestros niveles del estado de conciencia, nuestra poca cualificación, inventa cualesquier motivo para crear una institución y seguidores, y sobre todo, también depende de lo que prometa sobre la vida al salir de este plano. En esto se basa las religiones. Es importante recordar que la “vida espiritual” es un sendero diferente. Este sendero nos enseña a ser libres, liberarnos de la ortodoxia, los dogmas, que lo que hacen es limitar la búsqueda de la Luz del ser humano. Este es un motivo por el cual “la masonería” predica el “laicismo”, que consiste en que al ser humano desde pequeño no se le enseñe religión, porque es imponerle una idea, incluso, errada sobre Dios. Se le debe enseñar cómo llevar una vida espiritual, partiendo que la Gran Energía Universal o Dios reposa dentro de nosotros. Que cada partícula del Universo está impregnada de esa gran energía. Si buscamos a Dios, no hay que buscarlo arriba, ni abajo, ni a los lados: busquémoslo dentro de nosotros… allí reposo, reposa y reposará todo el ciclo de vida. Lo tenemos velado y nuestra misión consiste en develarlo, abriendo conciencia. El objetivo primordial dela masonería es prepararnos para abrir conciencia por medio del mensaje de sus símbolos. El error de la religión es inventar un Dios antropomorfo, lleno de defectos y bajas pasiones como: la ira, la venganza y sobre todo de justicia. La Gran Energía Universal no tiene justicia, porque sería discriminatorio, en Él está intrínseca “lo justo”. Cuando acudimos a esa gran “Ley de acción y reacción” estamos aplicando lo Justo. El maestro Jesús lo dijo muy bien, cuando Pedro le cortó la oreja al soldado que se llevaría preso al Maestro: “Jesús le dijo: ‘Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere”. Evangelio de San Mateo (Capítulo 25, versículos 51-52). Aquí en esta frase está lo “Justo”. Si causas mal, lo pagarás en alguna forma. No es la Ley del Talión (El término «talión» deriva de la palabra latina «talis» o «tale» que significa idéntica o semejante – justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido). Las supersticiones y los dogmas arruinan la pureza del sendero espiritual. Si el sendero espiritual es contrario a las normas de la ciencia, son meras supersticiones e imaginarias, pues la antítesis del conocimiento es la ignorancia y su hija la superstición. Nada puede ser contraria a la razón y la fe. (Abdu’l-Bahá, La Promulgación a la Paz Universal, pág. 195). Estas dos leyes del karma y la causalidad, los conceptos relacionados comunes con budistas, hindúes, jainistas y muchas otras tradiciones de orden espiritual, esencialmente dicen que cada acción tiene una consecuencia, que las buenas acciones inevitablemente tendrán buenas consecuencias. Esto es acción y reacción. Dentro de este artículo es bueno nombrar las “Religiones Monoteístas”, que solo tienen como base la creencia en un solo Dios: el cristianismo, el catolicismo, el judaísmo, catolicismo ortodoxo, anglicanismo, protestantismo, islamismo. Religiones politeístas: hinduismo. “Religiones no teístas”: el budismo. Teísmo, es la creencia en entidades divinas absolutas, creadoras del mundo y providentes, que a su vez se divide en monoteísmo, politeísmo y dualismo. Una “Religión Revelada” dice que su origen es la revelación sobrenatural ocurrida en una época determinada y consignada en libros sagrados, por ejemplo, el judaísmo, el cristianismo y el islam. Una “Religión Natural” no recurre a ninguna revelación divina para explicar su existencia, porque ésta proviene de estados de conciencia de una determinada colectividad humana: sentimientos, temores, deseo de comprensión del mundo. Las llamadas “religiones primitivas” son religiones propias de los pueblos llamados primitivos. Tienen dos rasgos fundamentales y comunes: su orientación a cosas de la naturaleza: vientos, ríos, astros, etc., y su animismo, la creencia de que existen en la naturaleza seres espirituales y espíritus personales, parecidos al hombre, pero superiores a él e invisibles a los sentidos. La “religión natural” tiene a la naturaleza como el objeto de sus creencias. El hombre descubre la naturaleza y su relación con la Divinidad mediante la “razón”, y sostiene que los seres humanos son parte de la divina naturaleza y miembros de una misma familia, motivo por el cual sostiene que deben tenerse y tratarse como hermanos. Es sencilla y modesta, no necesita ostentar cosas materiales y tampoco en los rituales. Sus libros sagrados son los Textos de las Ciencias Naturales y de la filosofía de la naturaleza. La religión natural emancipa al ser humano de todo lo que lo enajena y lo enseña a utilizar el juicio y a creer en lo que la razón aprueba, lo lleva por la senda de la bondad y la dicha individual. En la religión natural, la naturaleza no es la divinidad, si no que en cada partícula de la naturaleza está implícita la divinidad. Nuestros cuerpos provienen de la naturaleza y regresa a ella. El budismo es una religión que busca la iluminación sin creen en un Dios. Si bien los budistas no creen en un Dios, los budistas sí creen en un más allá: alcanzar el Nirvana (iluminación), superar el Samsara y el Karma. Para concluir: por eso Spinoza llama “religión natural” a la que se basa en el “amor” y no en pasiones tristes.


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