Es un tema muy hermoso para meditar, y digo “meditar”, porque no se puede razonar, la “humildad” es el reflejo del ser de su alto nivel de conciencia. La humildad no se decreta, no se practica, y aquí hay un error de concepto sobre la misma: la enseñanza de nuestros Padres, desde pequeños, es que practiquemos ser “sencillos”, sin discriminación de raza, color, posición económica, de pensamiento, etc., y a lo largo del transitar de la vida, como un ser profano, terminamos siendo sencillos en forma política, por interés, hasta el punto de que se cree que se alcanza prebendas espirituales. La mente es muy voluble, y experimenta, cambios constantes sobre todo cuando lo vemos desde el punto de vista del “Ego”, para mí el “Ego y la Razón” van de la mano, son inconstantes e impetuosas. La mente es difícil de dominar cuando no estamos en conciencia de un camino iniciático, y esto tiene sentido: el sendero iniciático, y sobre todo en la masonería, es para “abrir conciencia”. Considero que la “mente” está ligada a la Gran Conciencia Universal, simplemente llegamos a este plano velados de este conocimiento y nuestra misión es quitarnos ese velo para tener conciencia de nuestro verdadero estado primigenio. Para los que comprendemos lo que es la transmigración de las almas (reencarnación), también comprendemos que un estado de humildad se adquiere en un proceso de varios ciclos de vida en este plano. Todo esto consiste en la práctica de las virtudes, sobre todo el “No Apego y Desprendimiento”, para dominar la mente y someterla a tu ser interior. Se dice que cuando el discípulo está apto vera los pies del Maestro llegar, y es importante siempre buscar seres que estén más avanzados en el sendero iniciático, no en grados masónicos, sino en estados de conciencia avanzado. Nuestro IL.Y.P.H Fermín Vale Amesti dice: “El fin supremo de la masonería es dominar la mente”, y por ende abrir conciencia. Todo esto se puede lograr trascendiendo la razón. Ahora bien, ¿cuándo comenzó este sendero?. Este sendero comenzó en el momento de la Iniciación, cuando recibimos la transmisión (de oído a oído) espiritual e interiorizamos la misma. Debemos recordar que la trasmisión espiritual se recibe de una institución que tenga “tradición iniciática”, no importa si es religiosa o Iniciática. La humildad está basada en la construcción de nuestro Templo interior, se dice que el Templo de Salomón será reconstruido, considero que es una alegoría, pues, a cada momento se reconstruye el Templo de Salomón en el interior de cada uno, logrando develar la presencia Divina en cada ser humano, nacemos de nuevo. Para el masón, el Universo (macrocosmo) deben ir en completa armonía con el ser humano (microcosmo), de lo contrario es un caos, y esto nos lo describe su comportamiento en este plano donde tiene el planeta tierra en un caos, todo por: el “poder”, contrario a la “humildad”. Por eso insisto en la práctica del “no apego”, de: ambición desmedida (Poder), fanatismo (tolerancia) e hipocresía (Sinceridad), esto se logra con el “Conocimiento de sí mismo”. “Comprende” y llegarás a la sabiduría, más allá de los sentidos, de la razón, más allá de lo físico. La humildad no corresponde al mundo exterior, es el reflejo de la Luz interior, la Luz transformadora, creadora que nos quita el velo de la fantasía, ilusión de este plano para poder comprender las Grandes Verdades. Cuando el ser humano está bajo el dominio de los sentidos, lo que percibe es por medio de la razón, por eso no comprende lo que está más allá de lo físico. “El propósito de la masonería ha sido siempre dar luz al ser humano. En sí mismo el hombre y la mujer son la Logia que se comunica con lo de arriba y lo de abajo” (Vicente Alcoseri). En nuestras Logias, igualmente en las instituciones religiosas, en las muy espirituales como el budismo, etc. se presentan personas que se inician y luego de un tiempo empiezan aspirar a cargos, y si no los satisfacen, crean divisiones que debilitan los grupos. Pero esto también es importante, nos están mostrando la verdadera cara de un profano dentro de la institución que le rinde culto a la personalidad. En la masonería existe un método para que un Hermano ocupe cargos: se le nombra y debe aceptarlo, porque no debe evitar su responsabilidad cuando se le solicita que lo haga. Son cargos de responsabilidad y no de lucimiento. Es la gran obra masónica dentro de cada masón, debes mejorarte a ti mismo. El filósofo Kant dice sobre la humildad: “La humildad es la virtud central de la vida ya que brinda una perspectiva apropiada de la moral”. Para el budismo: “la humildad es la conciencia respecto al camino que se debe seguir para liberarse del sufrimiento”. Hay muchos conceptos sobre la “humildad”, pero para mí comprensión, la “humildad” no se puede conceptuar, igual que la “bondad” y el “amor”. Es igual que hacer un concepto sobre “Dios”. Mientras más haces conceptos, más te alejas de su esencia. La “humildad” no es mansedumbre, sometimiento, sumisión o debilidad: es un estado de conciencia elevado. La felicidad es un estado de sublime espiritualidad, pero en el mundo profano es efímera, y es tal, que no somos conscientes si tenemos felicidad. Un estado de felicidad: es no estar apegado a nada, y no quiere decir que no poseas algo, solo que no estás apegado a ello. No podemos meditar si el Ego nos está invadiendo, halagando, llenando de soberbia. Por eso se predica el desapego y el desprendimiento. El ego nos mantiene solo en la realidad externa de la fantasía. El ego es como el guardián del umbral que impide nuestro paso al nuestro Templo Interior. Hice una reflexión sobre la humildad y sus senderos, pero lo más importante: la humildad no se practica, es solo un estado muy elevado de conciencia que se demuestra con el: No apego, servicio, ser libre, no toma a nada personal y se le observa en el comportamiento de la persona, ejemplo: La Madre Teresa de Calcuta, San Martín de Porres, la imagen de la humildad San Francisco de Asís. Ellos no fueron humildes, se les observó humildad, y se adquiere con procesos en ciclos de vidas anteriores.

 


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