«Aquel que trabaja con mármol y haya la forma de su propia alma en la piedra, es más noble que el que ara la tierra». (Khalil Gibran).

Cuando un caballero profano se inicia en la masonería es reconocido por ser un ser humano virtuoso y de buenas costumbres. Es un ser cualificado, esto quiere decir, que su corazón y su conciencia está abierta a la percepción de lo trascendente, E.G.A.D.U. ha proyectado su luz sobre su ser en el instante de la iniciación. Como iniciado en los misterios menores, mira el espíritu de lo que hay detrás de la letra y de las palabras, «Comprenderá» su significado y su mensaje, que permite que la percepción de la verdad surja. Cuando el ser humano se inicia en este sendero, primero se recrea en la razón, en el conocimiento profano, busca la razón de la creación del Universo y de su existir investigando en el campo de la ciencia. Se satura de este conocimiento y no encuentra respuestas concretas, y su intuición, que es como un órgano espiritual, le indica que hay que mirar más  allá de la razón, más allá de lo físico, más allá de la ilusión de lo que nos enseña este plano en que habitamos. Un ejemplo práctico: *visualicemos una pirámide. Divide en 33 escalones por un lado. Estos son los grados que transitamos en la masonería. La base de la pirámide es el conocimiento que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida en este plano físico. Los 33 escalones es el conocimiento que recibes a lo largo de la carrera masónica. Cuando llegas al escalón 33, observa la punta de la pirámide, donde se encuentran las aristas que forman sus lados. Alli en ese punto decides continuar navegando en la razón o pasas a los misterios menores, ya no te sirve el conocimiento puramente racional, basado en la información que le brindan sus sentidos, está regido por la intuición intelectiva… solo en la meditación y la comprensión conocerá la verdad, más allá de lo físico*. La gnosis es un conocimiento que va más allá de la fe, de los dogmas, fuera de la razón, lo suprahumano, es un conocimiento directo. Conocimiento por *síntesis* y no por *análisis*. La gnosis es un sendero que permite al iniciado “comprender” su naturaleza divina, la liberación espiritual, el nivel de conciencia supraindividual, y alcanzar la sabiduría trascendente. El lenguaje de la gnosis es el “simbolismo”, que expresa lo que no se puede en palabras. Lenguaje *no racional*. De acuerdo con el nivel de conciencia, que se posea, tendrá una percepción individual del mismo. Ejemplo: “El Loto” y lo que representa como símbolo…”La Raíz”: representa nuestro cuerpo físico. “Las Hojas”: Nuestra Psiquis-alma. “La Flor”: El alma liberada y su “Perfume”: El Espíritu. El *Símbolo* es una herramienta que permite a un iniciado, cualificado, a romper la barrera que lo limita con el mundo material o profano, esto quiere decir, sobrepasar el nivel de realidad de este plano. El objetivo del símbolo, es que nos hable interiormente, en nuestra Logia Interior. El que no comprende *El Símbolo*, es un iniciado especulativo, un iniciado virtual, y el que lo comprende, hizo una iniciación efectiva. Una cosa es entrar en la vía iniciática, y otra cosa es seguir la vía. Gnosis, es ver con los ojos internos, es un conocimiento no aprendido, libre de dogmas, es una iluminación intima. No es el resultado de ningún esfuerzo mental. Nuestro “Yo” verdadero no tiene vista, ni oídos, es “conciencia pura”. El ser humano cualificado, refleja “humildad”, condición para iniciar el sendero iniciático o búsqueda de la verdad, y solo se inclina con reverencia  ante la verdad trascendente. Por lo tanto, la gnosis masónica, nos ayuda a conciliar los opuestos y a encontrarnos con nuestro ser real y verdadero. La verdadera masonería es una Escuela de Misterios, y algunos por su falta de comprensión desconocen la naturaleza esencial de la masonería. Es importante destacar que la masonería es una augusta institución para “comprenderla”, de ahí que sus 33 grados de estudios simbólicos se le denomina “Grados de Comprensión”, en primer lugar no dan estatus y segundo, que en su “comprensión” anida el verdadero  y tan satanizado “el secreto masónico”. Intelectualmente se puede desarrollar un conocimiento profundo sobre la masonería, y hablar maravillas de ella, pero solo en la flor de la comprensión esta la verdadera masonería, muy “libre” de lo fanático, dogmático, ortodoxo, con lo que le hacen  tanto daño la mayor parte de los masones y sus dirigentes, y sobre todo con los términos tan bajos pasionalmente como: la regularidad e irregularidad, que lo comparo con la palabra “pecado” de las religiones. Todos estos apelativos sirven es para dominar y controlar a sus seguidores. El que se conoce a sí mismo, conocerá al Creador y sus leyes, e igual forma digo: el que comprende la masonería, conocerá a su Creador que está dentro de sí mismo, y será un ser “libre” y pleno espiritualmente. Ser libre es no estar apegado y ser desprendido: es la única forma de comprender al Creador, el Universo y sus leyes. El masón no cree, el masón comprende en su ser interior todo y al todo.


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