La palabra “Iniciación” es muy conocida en el mundo profano, donde se le conoce como algo donde se es aceptado en un grupo y debe pasar por unas pruebas y ritos. En Estados Unidos, en  algunas universidades, los estudiantes están agrupados por fraternidades y para ser admitido debe pasar por unas pruebas, que llaman Iniciación, y así hay varias instituciones profanas con estas prácticas, pero que no llevan al ser humano a su transformación, pues no existe una transmisión espiritual y la autorrealización íntima del ser. Estamos en una era del Kali yuga (discordia, perversidad, mal, era oscura), donde aparecen personas con un lenguaje muy florido, sin transmisión espiritual, por lo tanto son solo intelectuales con mucha información y  erudición. La “Iniciación” nos faculta a leer lo que hay detrás de la letra y a comprender lo que hay más allá de lo físico. El intelectual lee, el iniciado medita, es una diferencia kilométrica, el intelectual solo recibe información física, y no está en capacidad de investigar más allá de lo físico, la razón se lo impide. Solo son esclavos de dogmas, temores y prejuicios, es lógico que van por el camino del error, es su “proceso”. Para comprender estas verdades hay que “conocerse así mimo”. Si se desvía del Kundaline (Chacra en la base de columna, que al despertarla sube como una serpiente, despertando los demás Chacras, produciendo cambios en nuestro ser, y al llegar a la coronilla, se experimenta un éxtasis espiritual, propio de los Avatares), es susceptible a despertar las bajas pasiones, los agregados psicologicos, o como lo llama Samael: el Kundargateador, energía contraria, hacia abajo. Para ser Iniciado en el sendero Espiritual, primero hay que equilibrar el Ego, eliminar el egoísmo, los prejuicios, la hipocresía y sobre todo el temor, contrarios al sendero Iniciático. El iniciado, se convierte en otro ser humano, porque ha tenido una revelación crucial acerca del Universo y la vida, por la transmisión espiritual, La iniciación, representa uno de los fenómenos espirituales más significativos de la historia de la humanidad. A través de la iniciación, en las sociedades primitivas y arcaicas, el hombre se convierte en lo que es y en lo que debe ser: un ser abierto a la vida del espíritu, en pocas palabras, a través de la iniciación, el candidato pasa más allá del medio natural, más allá de lo físico. Para el mundo primitivo, alcanzan el estatus de seres humanos a través de la iniciación. Antes de la iniciación no comparte por completo la condición humana precisamente porque todavía no tienen acceso a la vida religiosa. Por medio de la Iniciación, el alma del hombre debe armonizar las fuerzas opuestas, no malas o buenas, como estamos acostumbrados a calificar. Hay que tener en cuenta, que de acuerdo a los siete Principios Herméticos, ninguna energía es buena o negativa, solo son opuestas. La Iniciación debe armonizar las energías contrarias, y unirlas para desterrar el dolor, prácticamente es trascenderlas. Orden al caos. En la iniciación, con la muerte del Ego, resucita el cuerpo luminoso, luego de descender a lo más profundo de su ser (vitriol), conociendo sus defectos y limitaciones, se deslastra de las energías inferiores y las convierte en virtudes, queda libre para vibrar a los niveles de los Planos Superiores. Lo que trato de describir es la Parábola que nos enseñó el maestro Jesús en el “hijo pródigo”: regresamos al “Estado Primigenio”, abriendo Conciencia, es el objeto de la iniciación. Todo su proceso, son pruebas para crecer y expandir conciencia, este proceso nos transforma de gusano a mariposa. La iniciación es la vía hacia el conocimiento de los misterios superiores, es el sendero hacia el auto-conocimiento, es una predisposición, una voluntad  para conocerse así mismo. Me atrevo a decir, que es muy valiente colocarse uno frente así mismo, como en un espejo, y reconocer los defectos y limitaciones; es el primer paso para empezar a correr el velo. Para mi comprensión, el temor y la angustia de conocer la verdad, buscar la luz, lo que hace es velarte más, se necesita paciencia y constancia, por que quien no la tenga, tampoco tiene fe. La verdad y la luz están muy dentro de ti, así como el oro está dentro de la piedra que lo oculta. No hay nada dentro de ti, que no esté contenido en el universo. Hay que practicar el desprendimiento, lo enseñaron los maestros: Buda y Jesús, suprime los deseos y despréndete de todo, para seguir el sendero de los Avatares. Hay que fortalecer y purificar el carácter, para ser buenos receptores de la luz, hay que ser “libres” para comprender todas estas cosas.


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