En el anterior artículo describimos la VI ley hermética: causa y efecto. Voltaire nos dice algo al respecto: «La casualidad es una palabra que carece de sentido; nada puede existir sin una causa». Una Querida Hermana, Rosalba Loaeza (México), nos da luces en este punto: “El ser humano no es objeto de juego, entendemos que la vida no es un hecho accidental de suerte o de las coincidencias, reconocer que todo lo que recoge, aunque cueste creerlo, ni es más que lo que sembramos, e importante es que veamos y reconozcamos que todo es un continuo aprendizaje».

El universo es el efecto de una causa, y las leyes que lo rigen son causas que continúa la obra del Creador. Nuestro estado de conciencia solo nos permite inventar la palabra «Dios», para definir la causa del universo, y de verdad no tendría sentido si no fuera así. Solo las mentes más elevadas nos instruyen en el sendero iniciático, del origen del universo, y por ende de la luz, que es la verdad, y cuando la comprendemos así, nos hará libres.

Es muy natural llegar a comprender, pues está libre de dogmas e imposiciones. El Q. H. Fermín Vale Amesti nos expresa lo siguiente: «El verbo o la palabra es el principio rector del cosmos, el origen de todas las cosas y del conocimiento».

7- El Principio de Generación. «La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos». La palabra género viene del latín que significa «concebir», crear, producir, etc., tiene un significado más amplio que la palabra «sexo», que solamente es una diferencia en este plano entre macho y hembra que corresponde a  la vida orgánica. La palabra sexo solo se aplica en el reino animal por las diferencias físicas de macho-hembra, en una palabra, el sexo no es el principio de generación. En la ciencia, nos manifiestan que el átomo está compuesto de electrones o iones, y giran cada uno en torno al otro en un grado de intensidad.

La formación de los átomos se debe a que los corpúsculos negativos giran alrededor de los positivos. Los positivos tienen cierta influencia sobre los negativos, y aquí dan origen a la generación o creación de un átomo. Las antiguas enseñanzas herméticas coinciden con este planteamiento científico, pues han planteado el principio del género masculino como positivo y lo negativo como femenino, igual como opera la electricidad. El principio de generación esta en todo: lo masculino y femenino está presente y funcionan en cada plano de la vida, nada puede generarse sin que el principio padre y madre esté en todo.

Vamos a considerar el principio de generación en su manifestación más elevada: consideramos en E.G.A.D.U. dos aspectos: Padre-Madre. Cuando invocamos al G.A.D.U. padre, invocamos la inteligencia y la  justicia. Cuando invocamos al G.A.D.U. madre, invocamos el amor y la misericordia. De esta unión del G.A.D.U. padre-madre surge la creación.

En el átomo encontramos el mismo principio, como lo explicamos anteriormente, en el polo positivo masculino es «atraer», estimular, sembrar, dirigir, y en el polo negativo femenino es «recibir», germinar, reproducir, dar forma.

En la electricidad opera igual el papel positivo masculino es el de «dirigir» hacia el principio femenino que es el «creador». Los principios masculino-femenino se complementan. Así funciona el principio creador en el plano físico. En psicología, también se considera este principio, la «dualidad mental»: «consciente», mente voluntaria, activa, objetiva y «subconsciente», mente involuntaria, pasiva, inconsciente, subjetiva.

En la meditación el ser humano se encuentra con el «Yo», consciente, masculino, activo, y su parte femenina en la mente es el «Mí», que se encuentra más interno, que es un conjunto de pertenencia que va formando la personalidad.

El ser humano piensa de sí mismo por el «Mí», personalidad susceptible al cambio y está sujeta al Principio de Polaridad y Ritmo, y dominarlo exige concentración y voluntad. El, Yo activa, crea, es el aspecto del ser; y el Mí germina dando forma al pensamiento y trae la realización de la idea, es el devenir. El femenino recibe impresiones, el masculino es darla o expresarlas. Hay que tener cuidado cuando el «Yo» trata de dominar en ideas en el «Mí». El proceso normal es que trabajen coordinada y armoniosamente. Ósculo de paz.

 


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