En esta oportunidad, para cerrar este ciclo de cuatro artículos sobre el Trabajo Masónico, haré una reflexión sobre “el masón en la sociedad”. Un buen masón debe ser fiel a su cumplimiento de sus deberes tanto dentro de la Augusta Institución, consigo mismo, la familia y con la sociedad. Es importante recalcar que la Masonería nunca interviene en ningún asunto del mundo, son los masones quienes son los protagonistas en la historia. Su presencia en la sociedad refleja la apertura de su conciencia, logrado en el proceso del estudio de lo que nos transmiten los Símbolos. La Masonería es un lugar donde mujeres y hombres se reúnen para tratar temas de relevancia tanto filosóficos como iniciáticos, bajo la bandera de la tolerancia y el respeto por las ideas y opiniones. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad, y por el trabajo “el mejoramiento moral de la humanidad”, tiene como misión trabajar por el bienestar mundial: mejorando al hombre y por ende a la humanidad, practicando la tolerancia, la solidaridad, el respeto entre todos y “la libertad de conciencia”.

Predica el laicismo, donde no se enseña religión, solo orientación espiritual. Hay muchos masones que han logrado que los ideales masónicos operen en la política de un Estado con resultados muy positivos en los cambios para que la humanidad viva la democracia, la libertad y el progreso, para que esto se logre se debe equilibrar la fiebre de poder que se refleja en las diferencias de pensamientos políticos, siempre tratando de dominar por medio de ideologías. Los países que viven sin diferencias políticas, sus conciudadanos viven una calidad de vida alta. Bien lo dijo nuestro Q.H. Simón Bolívar en su última proclama: “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos, y se consolida la unión, yo bajare tranquilo al sepulcro”. La Orden Francmasónica contribuye a la integración mundial, son un factor importante en la desintegración causada por divergencias de pensamientos políticos, actuando con los brazos del amor fraternal, el respeto y la tolerancia. La Masonería en sus comienzos (siglo XV) era una institución liberal, creada por luchadores liberales, buscaban en todos los países a los descontentos tanto en lo religioso, filosófico, como en lo político, para protegerse del oscurantismo reinante, y ofrecer un vehículo para el progreso de la humanidad. Las enseñanzas y valores obtenidos en la Masonería son la formación de sus miembros para proyectarlas, tanto para su crecimiento personal como para influir en la sociedad. Se concibe a la Masonería como un instrumento válido para mejorar a la sociedad. Los masones que han luchado, y otros siguen luchando por alcanzar una sociedad más justa, libre y solidaria, son una minoría, pero labran un camino que dejan huellas imborrables, entre ellos tenemos a: George Washington, Simón Bolívar, O’Higgins, San Martín, José Antonio Páez, José Martí, Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, etc. Las mayores cantidades de masones que han hecho de la tierra una sociedad más justa son anónimos, que están comprometidos con periódicos, escuelas, universidades, políticos, escritores, etc.

La Masonería exige el respeto a las leyes en el país que se habita, y que la única forma de cambiar la sociedad es el progreso individual en sus colegios y universidades. Respetarse a sí mismo es la condición indispensable para poder aprender a querer a nuestros semejantes, y despojarse de ese egoísmo vulgar del ser humano, cuya ignorancia moral lo desvían por el camino de las bajas pasiones. Los masones han enaltecido a la Orden Francmasónica en su participación por la libertad e independencia de los pueblos en América, se formó con los ideales de libertad y democracia a diferencia de la inglesa y española, que se desarrolló muy conservadora ligadas al poder eclesiástico. El fenómeno sociológico y político que causaron los miembros de la Augusta Institución en la emancipación de los pueblos de América es imborrable, claro está, los masones ejercen la política sin “comprometer a la fraternidad”. La labor de los masones en la sociedad es notable, pues buscan fortalecer al individuo frente al absolutismo estatal, independizar las naciones de las confesiones religiosas y la separación de la Iglesia y el Estado (Concordato). Que quede bien claro, no es persigue o combate las religiones, es una idea absurda en una institución donde se practica la tolerancia religiosa entre sus miembros, es evitar el poder de la Iglesia sobre el Estado y los individuos. Enseñanza religiosa y orientación espiritual, aunque parezcan iguales, son diferentes (laicismo).

El masón lucha por el privilegio del derecho del ciudadano, la erradicación de la esclavitud, aunque parezca imposible, todavía existe la esclavitud, aunque con tintes diferentes. La creación de las Naciones Unidas y la Unión Europea, en esta última los masones tienen su espacio. A los masones en América se les vincula en todas las luchas independentistas y la consolidación de las libertades privadas y públicas. Por todo lo anterior, la Masonería especulativa se desarrolló en América como grupos prohibidos por sus anhelos de libertad y precursores de las actuales democracias.

 


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