La filosofía del siglo XVII, por sus mismas circunstancias históricas y la atmósfera intelectual que allí se respira, adopta un tono próximo al de las ciencias, y muchos de sus representantes son, al mismo tiempo, laicos, científicos y filósofos. Los procedimientos matemáticos son la nueva ciencia de la naturaleza, otras formas del pensamiento científico, tales como el mecanicismo, el dinamismo y el finalismo, proporcionan la explicación de la realidad natural, la parte principal del pensamiento del siglo XVII. La familia Spinoza se radica en Ámsterdam (Holanda) huyendo de la persecución a los judíos. Estamos hablando de una época extremadamente religiosa y fanática. Ya a los 23 años el joven Spinoza estaba en conocimiento de la filosofía y lo lleva a contravenir los dogmas religiosos. Debemos investigar lo referente a los principios religiosos que se basan en el dogma y en un Dios antropomorfo. Esto quiere decir, que el ser humano ha inventado a un ser viejo de barba blanca situado en alguna parte del Universo y pendiente de su creación y sus criaturas, y sobre todo lleno de la misma naturaleza del ser humano con todos sus atributos: pasiones y deseos. Para muchos filósofos, esta concepción sobre Dios, en vez de comprenderlo, lo que hacen es desvirtuar la naturaleza de Dios. Spinoza, concibe y comprende a Dios como una sustancia única, de donde procede todo y lo contiene todo. Es de naturaleza única e indivisible, que se contiene asimismo y contiene toda la creación, la cual se rige por la ley de la misma sustancia. Es perfecto en sí mismo y todo lo que emana de la sustancia es perfecta, incluso la misma dualidad, dos realidades del mismo, emana de sí mismo, que es una en sí misma, no son diferentes. Nada existe fuera de la sustancia de lo que llamamos Dios. Todo en el Universo tiene un propósito en sí mismo, es la misma sustancia. Todo es un orden. Si quieres comprender a la sustancia (Dios), no lo mires con la razón, si no con la intuición y la imaginación. El objeto del ser humano es trascender la razón para comprender esta verdad. Ya a la edad de 23  años, Spinoza comprendió esta verdad y la manifestó, por lo mismo fue excomulgado de su religión y  comunidad, prohibieron leer sus escritos por sus conceptos sobre Dios. En aquella época ser excomulgado, equivale a ser anulado totalmente de la religión y del medio social: era considerado lo más bajo de la sociedad. Spinoza sostenía que las filosofías mediocres para hacer estudios sobre Dios, parten de las cosas sensibles, y lo calificaba de grave error. Para estudiar a Dios hay que partir de Él Mismo: Dios. Todo procede de Dios y todo contiene a Dios, es lógico que hay que partir de Dios. Descartes parte del “YO” y Spinoza parte de “DIOS”. Spinoza sostiene que la realidad de Dios o sustancia contiene infinitos atributos. Dios existe por sí, y no necesita nada para existir y toda la Creación depende de esta sustancia, es infinito, único y no hay límites en Él. Es causa de sí mismo. Dios contiene en sí mismo la causa de existir. Sustancia es algo que existe por sí mismo, no necesita nada, ni depende de nada, existe en Sí, por virtud de su esencia. Los atributos son expresión o manifestaciones de Dios ante el entendimiento, y Spinoza dice que extensión, en Dios, es un atributo, no limitante, es por imaginación, no de la mente. Jamás Dios obra por fines, como lo comprende la humanidad, como un ser antropomorfo, lleno de la naturaleza del ser humano con sus defectos, deseos y pasiones. De la naturaleza de Dios se siguen todas las cosas, así como del triángulo siguen los ángulos sumando 180°. Para estudiar al filósofo Spinoza, no es para leerlo en la playa, hay que investigar e incluso meditar sobre cada una de sus expresiones, como lo hizo su mayor seguidor: el científico Einstein. Dios es amorfo y todo está bajo una ley universal. Esto quiere decir que a la sustancia o Dios no le importa o esté pendiente de cada parte del Universo, no es así, todo se rige por una ley universal que parte de Él mismo. Es una ley inmutable, perfecta y precisa. La imperfección está en la mente del ser humano. La humanidad no comprende esta verdad, solo lo comprenderá observando la creación, a través de un microscopio. Desde la partícula más pequeña de la naturaleza, hasta observar el macro-universo: en todo está contenido el todo, de Dios. La verdad es un atributo de Dios mismo. El ser humano no es sustancia, es parte de la sustancia. En conclusión: la realidad está formada por una única sustancia y lo sagrado es toda la naturaleza en sí. La sustancia o Dios es la propia realidad. Para Spinoza, Dios no necesita ser adorado ni tiene un sistema moral, esto es un producto de la mente humana. Spinoza dice que la libertad está basada en la razón y el entendimiento humano.


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