Siempre será una incógnita el origen de la masonería. Así como buscamos el origen del universo, el origen de la misma Divinidad creadora, incluso el origen del mismo ser humano, y nunca logramos descifrar ese origen. Es importante recalcar que la Divinidad solo hay que comprenderla en el interior de nuestro ser. La masonería, desde el punto de vista iniciático también hay que comprenderla dentro de nuestro ser, porque con el mensaje que nos instruye sus “símbolos” es un viaje a nuestro interior, es por eso que somos constructores de nuestro templo interior, el origen mismo está dentro de nosotros, porque somos parte de la “Energía Central, del Uno” y mora dentro de nosotros y esto es lo que hace que  la Augusta Institución Masónica sea tan apasionante. Pero sigamos especulando sobre el origen de la masonería: hay una teoría que nos presenta tres posibles orígenes (la masoneria-sangeet duchane). 1- los masones son la continuación de los caballeros templarios del siglo XIV. 2- Los masones son la continuación de los gremios de los “constructores” medievales. 3- La masonería surge de la combinación de tendencias de pensamientos ”metafísicos” y  “filosóficos” del siglo XVII. Es lo más seguro, especulando, surgió de las tres tendencias, porque la “masonería” es esto y mucho más que eso, es más profunda de lo que parece, que ni los que la reglamentaron se imaginaron el alcance, la fuerza filosófica e iniciática que alcanzo, hasta tal punto que le temen y muchos quieren destruirla. La Orden de los “Caballeros Pobres de Cristo y el Templo de Salomón” fue fundada en la ciudad de Jerusalén por Hugues de Payen entre 1115 y 1118. Esta Orden cautivó a hombres importantes de la época, hasta tal punto de que personajes aristocráticos se unieron y donaron fortunas a la Orden, que llegó a ser una organización muy poderosa económicamente. Se les atribuye el origen de lo que hoy conocemos como bancos con sus sistemas de protección de dinero y créditos. Esto le causó grandes problemas, porque dieron créditos y préstamos a los Reinos y varios Estados que imposibilitados de cubrir sus obligaciones crediticias, hicieron, en unión de la Iglesia Católica con su tribunal de la Santa Inquisición una persecución y acusaciones hasta llevarlos a la hoguera a sus dirigentes e integrantes por blasfemos y herejes para apoderarse de su fortuna, como en verdad sucedió. Los Caballeros Templarios comenzaron como protectores de los peregrinos y  de los lugares santos. Investigaron y buscaron documentos y objetos sagrados relacionados con el maestro Jesús, tales como la Cruz, la Copa o Santo Grial, la tumba de María Magdalena, la Lanza del soldado que traspasó el costado del maestro Jesús en la Cruz, su corona de espinas, etc. Todo quedó en el silencio y secreto lo que hayan encontrado. Los templarios que sobrevivieron a la persecución viajaron a Escocia, el rey de alli les ofreció protección, las investigaciones así lo han demostrado. El rey escocés Jacobo II designó a Sir William Sinclair como patrocinador y valedor de los albañiles escoceses y comenzó la construcción de la Capilla Rosslyn Chapel. También importó albañiles de Europa, con los cuales construyó la Ciudad de Rosslyn. Esta leyenda de la construcción llegó a formar parte de la masonería. La familia Sinclair continuó en el tiempo su relación con el Gremio Masónico. Esto ha contribuido a pensar que los templarios eran los precursores de la masonería, y la “leyenda” nos indica que la biblioteca y tesoros de los mismos están enterrados en Rossyn Chapel. Hay similitud entre los templarios y los masones: los templarios llevaban una decoración y cinturón de piel de cordero como símbolo de castidad. Los masones llevan un mandil de piel de cordero blanco como símbolo de una vida pura. Los capellanes  templarios llevaban guantes, para mantener las manos limpias para oficiar la misa. Los masones usan guantes blancos, para mostrar que sus acciones son puras. Los templarios tenían sus procedimientos en secreto e infligirlo causaba severos castigos. Los actos ritualísticos de los masones, su identificación, son secretos e infligirlo causa severos castigos, solo conocidos por los masones. Hay un punto que difiere de los templarios y los masones. En la masonería todos somos iguales en fines e ideales. Los templarios no eran iguales, tenían tres divisiones: 1- Los que procedían de la nobleza, eran iletrados y vestían capa blanca con cruz roja, pelo corto y barba larga. Eran la fuerza de choque. 2- Los sargentos. Clase media de artesanos y comerciantes. Vestían capa de color negro o marrón oscuro con la cruz roja. Eran centinelas, auxiliares, etc. 3- Los clérigos eran letrados. Llevaban capas verdes con cruz roja. Eran escribas, contables y bibliotecarios. Eran los guardianes de los conocimientos templarios. La masonería es fascinante para los que la “comprenden” iniciáticamente y un “poder” para los intelectuales.


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